El orgullo de Galaxy Garrison

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Los jóvenes se aglomeraban alrededor del centro tratando de ver a los cinco guerreros que lucían sus brillantes armaduras de paladines. Los paladines de Voltron eran famosos en cada rincón del universo, no solo como los defensores del universo, como se autodenominaban, sino porque eran líderes diplomáticos admirados a lo largo y ancho del cosmos, siendo los fundadores y principales cabecillas de la llamada "alianza de los leones".

Gyrgan, el gobernante del planeta Rygnirath era una persona tranquila que se dedicaba a mantener la mente fría entre sus impulsivos compañeros, actuando a modo de conciencia del grupo. Blaytz, monarca del planeta Nalquod era lo más opuesto a su compañero, aventurero con una mente sagaz, era el que tendía a sacarlos de los líos más apretados siendo el intermediario perfecto en las no muy poco frecuentes peleas entre paladines. Trigel, la regente del cinturón Dalterion y la única mujer del grupo era el cerebro del equipo, una brillante líder táctica que podía sacar una victoria de la mayor parte de las batallas incluso antes de poner un pie dentro del campo de batalla. Alfor, rey del planeta Altea y la mano derecha de su líder era una brillante y sabio consejero, capaz de ver la luz en la más alta de las penumbras, un dominante de las magias alquímicas y el encargado de las más complicadas diplomacias. Finalmente, y no menos importante, estaba el emperador Zarkon gobernante de Daibazaal y una serie de colonias conocidas como el imperio galra, Zarkon había sido el responsable de la unión de la Tierra a la alianza al anexarla a su imperio y evitando con ello, su destrucción.

No por nada, los paladines de Voltron eran admirados por los jóvenes de todo el cosmos, junto con sus peculiares naves, una clase de felinos robóticos cargados con una combinación de la mejor de la tecnología y la mejor de la alquimia alteana.

Shiro tampoco estaba exento de aquella admiración por los defensores, desde niño había añorado con conocerlos y más de una vez había soñado con volar uno de aquellos leones voladores pero nunca imaginó que su primer encuentro con sus ídolos se vería opacado por una muchedumbre y dos jóvenes que ponían fuera de su alcance a la chica con la que intentaba hablar.

— En un momento están admirándote como a un héroe y al otro están gritando a otros como adolecentes en un concierto de rock.

Shiro se giró para encontrarse con el rostro sonriente del Mayor Holt que disfrutaba la escena con cierta diversión mientras veía a sus alumnos, y a su hija, dar pequeños saltos para intentar visualizar a los paladines por entre la multitud.

— Son adolescentes, Mayor — le corrigió Shiro resignándose a hablar con la joven Holt, no tenía el valor de siquiera dirigirle la palabra con su padre tan cerca.

— ¿Quieres conocer a mi padre? — Allura también se había acercado, tomándolo una vez por el brazo una vez más y pegando su cuerpo a él —. Si gustas puedo presentártelo.

Como si fueran movidos por una clase de imán, los tres chicos que miraban entre el público se giraron antes las palabras de la joven alteana.

— ¿Eres hija del rey Alfor? — Preguntó Lance cuyo rostro demostraba un auténtico interés, incluso Keith mostraba un inusual brillo en los ojos, al contrario de Pidge que era la única que parecía sufrir un martirio cada que la joven alteana abría la boca.

— Ustedes también pueden venir — respondió la princesa con una sonrisa forzada, después de hacer una mueca —, quizá mi padre también les agrade conocerlos.

La cara de Lance no cabía en la alegría, que ni siquiera notó el tono sarcástico que la alteana había utilizado para dirigirse a ellos pero la idea de conocer a uno de los más grandes héroes del universo valía cualquier mirada desdeñosa y palabra venenosa.

Garrison ProudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora