Una disculpita por la tardanza, al final del capítulo les dejé una sorpresa. Nos leemos el miércoles en el extra, recuerden que pueden encontrar el libro de extra en mi perfil. Disfruten de la lectura.
Recosté la espalda a la pared, mientras observaba con detenimiento como preparaban la mesa. El personal del hotel trabajaba rápido y silenciosamente para tener todo listo antes de que Camila o Luciana despertaran. Respiré hondo esforzándome por dejar ir la impaciencia que comenzaba a ser molesta. No podía controlar lo que estaba sintiendo, mis expectativas estaban por los cielos y mi energía descontrolada.
Pese a haber dormido solo un par de horas, me encontraba despejado y atento a cada detalle. El entusiasmo me mantenía inquieto, aguardando aquel momento en el que estuve pensando toda la madrugada. Estaba decidido a aprovechar aquella oportunidad, a pesar de estar arriesgando mi estabilidad en el proceso. Me negaba a contemplar la posibilidad de que Camila me rechazara, sin embargo, era consciente de que algo así pudiera ocurrir.
—Todo listo, señor.
Le devolví la sonrisa a la encargada del hotel, quien personalmente se había encargado de supervisar cada detalle. Mientras estrechaba su mano recordé a Camila molesta por el supuesto tráfico de influencias. Estaba convencido de que no se percataba de lo chistosa que podía ser sin proponérselo.
—Muchas gracias, fueron tan rápidos como prometiste.
No entendí por qué su sonrisa se tornó tímida y su mirada directa, hasta que me percaté de que aún sostenía una de sus manos entre las mías, extendiendo aquel contacto que la puso nerviosa.
En lugar de ofrecerme a acompañarla hasta la puerta, me quedé de pie en medio de la sala, esperando a que salieran todos de la suite. Me guardé las manos en los bolsillos deseando controlar la ansiedad que comenzaba a manifestarse. Los segundos se sintieron más lentos desde que me quedé solo, contemplando la terraza llena de flores y la mesa cuidadosamente puesta en medio de esta.
Miré mi reloj en otro gesto más de mi impaciencia. Era temprano, faltaban al menos una hora para que Camila despertara, esperar se estaba haciendo cada vez más complicado. Decidido a relajarme le eché un último vistazo a las rosas en medio de la mesa, leí la tarjeta una vez más y la puse en su sitio antes de entrar de nuevo y dirigirme hacia el cuarto en donde dormí solo gracias a Luciana.
Me detuve a unos centímetros de la puerta al escuchar el ruido de pasos aproximándose. El corazón se me aceleró de golpe en el momento que volteé y mis ojos la encontraron. Camila estaba caminando con la atención volcada en su teléfono, a paso lento y ajena a mi presencia.
Por varios segundos me quedé en blanco, solamente observando como se desplazaba por la sala. En cuanto reaccioné la seguí a una distancia prudente, estudiando todos sus movimientos que aquella mañana encontré sumamente delicados. Dejó el teléfono sobre el sofá después de dar un par de pasos más. Levantó la vista y avanzó hacia la terraza sin percatarse que estaba justo tras de ella.
ESTÁS LEYENDO
Malas Decisiones
RomancePablo lidiará con las consecuencias de haber perdido a Camila, mientras ella triunfa y cumple sus sueños. ¿Podrá soportar el éxito de la mujer a la que saboteó y por la que perdió la cabeza? *** Las malas decisiones de Pab...