Capítulo veintisiete

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Holis, espero disfruten de la lectura

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Holis, espero disfruten de la lectura. (Capítulo largo)

El sonido del palpitar acelerado de mi corazón silenció el ruido que me rodeaba. Era consciente de la lluvia de flashes, las personas moviéndose de un lado a otro, y de las expresiones de sorpresa; sin embargo, no podía reaccionar. Me encontraba inmóvil en medio de todo, con la mirada fija en la pasarela en donde todavía se hallaba ella.

—¿Pablo? —Pese a la conmoción volteé ante el calor de una mano sobre mi hombro. —¡Pablo!

Lucy parecía no poder creer que me encontraba frente a ella. Su ceño lucía fruncido mientras me apretaba el brazo, cómo si quisiera asegurarte de que mi presencia era real, y no una trampa de su cabeza.

—Lucy, necesitamos ayuda.

No pude identificar la voz masculina que la llamó. El bullicio que me envolvió de forma repentina, no me permitió averiguar de quien se trataba. Lucy se alejó antes de que pudiera preguntar algo, apresurada y nerviosa, dejándome aún más confundido.

—¡Camila! ¡Cami! ¡Camila! —los gritos de los fotógrafos que se pusieron de pie se mezclaban con el sonido que hacían las cámaras tomando fotografías.

Me moví desconcertado, mirando de un lado a otro. Buscaba a mi hermana o a Benjamín, alguna cara conocida que me ayudara a salir del aturdimiento en el que me encontraba.

Camila estaba embarazada, no podía pensar en otra cosa mientras me abría paso entre la gente y los fotógrafos con el fin de llegar al backstage, a donde ella se dirigía. La agitación que se respiraba en el ambiente propició que cumplir mi propósito fuese complicado. Logré avanzar tras un par de empujones que me dejaron cerca de los fotógrafos que no respetaron el área restringida.

—¡Camila, aquí! —gritó uno a mi oído mientras se movía con su pesada cámara.

Estiré el cuello desesperado por visualizar a Camila en medio de aquel pequeño caos. Lo único que pude obtener fue un breve vistazo de su espalda antes de que se adentrara del todo al backstage.

—Señor, no puede pasar —anunció un tipo alto y fuerte que se plantó frente a mí.

Por años me había movido sin ningún inconveniente por el backstage de los desfiles importantes de la agencia de Benjamín. Por ello, me tomó desprevenido la actitud del vigilante que resguardaba la zona.

—¡Pablo! —El grito de Benja que se encontraba a unos pocos pasos de distancia alertó al vigilante. Se hizo a un lado cediéndome el paso con prisa.

Avancé sin detenerme a conversar con Benjamín. Fui directo al pasillo que llevaba a los camerinos con la mente completamente en blanco y una emoción indescriptible en el pecho. Podía ver a Camila cada vez más cerca por ello aumenté la velocidad en la que me movía. Las modelos que deambulan eran un obstáculo para llegar a ella, esquivé a una y luego a otra hasta que de nuevo me vi rodeado del bullicio de los fotógrafos. Un par de ellos lograron colarse, creando un pequeño caos cuando el personal de seguridad comenzó a seguirlos.

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