Malas Decisiones

Capítulo veinticuatro

Holis, perdón por la demora. Fui víctima de una semana altamente complicada. No sé si decirles que disfruten de la lectura, pero ajá, hagan el intento. 

*Las opiniones emitidas por los personajes no necesariamente son las mías (Solo las de Nicole 😬) Nos leemos prontito, comenten por fis y voten también. 

—¡Mientes! —mi grito lo sobresalto de tal forma que, el papel que sostenía entre las manos cayó al piso.

—Sabía que esto iba a pasar, toma, convéncete de...

Se quedó callado de golpe por la forma en la que le arrebaté el papel que acababa de recoger del piso. Las manos me temblaban y podía sentir mi pulso latiéndome en las sienes. La rabia estaba emergiendo, asumí que, por eso percibía un pitido en los oídos que me mantenía mareado.

Leer las primeras líneas fue complicado. Me costó trabajo enfocar la vista en el papel que se movía entre mis manos a causa de mi propio enojo. A medida que avanzaba la lectura, respirar se volvió difícil. Leí su nombre, su edad y el resto de sus datos, para cuando llegué a la descripción del procedimiento había dejado de respirar.

El aire se había atascado en mi garganta mientras releía una y otra vez aquellas pocas palabras. Le habían practicado un aborto en la novena semana de gestación a como Mariano lo dijo. No pude avanzar más, clavé los ojos en el papel como si mi cerebro no pudiera procesar la información que acababa de obtener.

—Esto tiene que tener una explicación.

La confusión se mezclaba con una rabia visceral en mi voz. Las manos me comenzaron a sudar de forma extraña, jamás había sentido algo parecido.

—¿Ya leíste el nombre de la doctora que firmó la epicrisis?

Mis ojos viajaron al final del papel arrugado que aún sostenía, en donde el nombre de mi hermana, su código y un sello aparecieron ante mi vista.

—¿De dónde sacaste esto?

—En lugar de responderte ese dato tan innecesario, te daré la explicación. Embarazaste a mi diosa en el momento menos indicado. Teníamos los últimos castings en puerta y posteriormente el gran desfile —decía caminando frente a mi de un lado a otro—. En cuanto nos enteramos, Cami pensó que abortar era lo más sensato y la apoyé, porque lo era. Ese desfile marcó su carrera, si no lo hubiera hecho se habría arrepentido toda su vida, estaba a tiempo para hacerlo sin ninguna complicación. Fue con Nicole y ella la ayudó a salir del problema.

Me pasé las manos por la cara barriendo el sudor que se había acumulado en mi frente. Estaba helado, respirando rápido y preso de una rabia que jamás había experimentado. Hice el intento de hablar, sin embargo, lo único que salió de mi boca fue un pobre balbuceo.

—¿No te lo esperabas, cierto? Pero esa es tu Camila. Tu belleza como le dices. Debes comprenderla apenas tiene veintitantos, está en la mejor etapa de su carrera, un mocosito no nos convenía. Solo pensó en ella, así que dejando esto claro, creo que están de más tus amenazas. Ella tendrá todo el trabajo que salga porque es lo que desea y no te metas en esto, mejor sigue de espectador.