Gracias por su paciencia y todos los mensajes cargados de bonitos deseos, ya estoy mucho mejor de salud, para recompensar su espera les dejo un capítulo largo y como les gusta. Ojalá les guste mucho, nos leemos el miércoles con el extra. De verdad las te quiero mucho, gracias una vez más.
Pd. La cuenta de Instagram somos.intensas está haciendo un sorteo que no pueden perderse, aún pueden participar. Habrá quince ganadores que podrán leer: Un desastre llamado Valentina y El desastre del que me enamoré.
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*Este capítulo contiene escenas más dieciocho.
***
Pese al tiempo que pasé bajó la ducha helada, mi cuerpo no se había enfriado del todo. Bajé las escaleras con prisa percibiendo como la antelación se me asentaba en el estómago, provocando un estremecimiento permanente.
Busqué mi teléfono con prisa, sin poder aplacar las ansias que me dominaban. Los mensajes de Benjamín aparecieron en la pantalla de inmediato, aunque no había logrado conseguir el vuelo privado que le pedí, me ayudó a resolver un problema que consideraba importante. Respiré con alivio tras terminar de leer todo, estaba dispuesto a sustituirme en el partido del día siguiente, para que mis planes con Camila no se vieran afectados por mis responsabilidades con el equipo de Luciana.
Me serví un trago para matar el tiempo, la paciencia con la que siempre contaba, no estaba presente en ese momento en el que esperaba una llamada. Habría preferido ir por Camila en lugar de aguardar a que ella apareciera. La expectación que me producía verla me tenía descontrolado.
El vaso que sostenía en la mano se tambaleó por el repique de mi teléfono, lo dejé sobre la mesa maldiciendo en silencio haber derramado la mitad del trago en la alfombra y acepté la llamada de Juan.
—Señor, la señorita Camila está subiendo.
—¡Gracias!... Juan, no dejes subir a nadie, cuando digo nadie, es nadie. Voy a desconectar el teléfono, puedes llamarme a mi número personal en caso de una emergencia, pero emergencia de verdad. Como por ejemplo que el edificio se esté quemando, derrumbando o algo parecido.
—Copiado y entendido, señor.
Tras colgar dejé el teléfono a un lado y caminé directamente hacia el elevador por donde iba a llegar Cami. Apagué las luces y me recosté en la pared esperando casi con desesperación que las puertas se abrieran. Transcurrieron escasos segundos para que el sonido que anunciaba su llegada sonase.
Tomé aire mientras me ponía frente a las puertas observando alerta como estas se abrían, dejándome ver la silueta de Camila en medio de la oscuridad. Sus tacones resonaron aumentando la tensión que percibía en cada músculo del cuerpo. Sentía tener una eternidad esperando por ella.
—¿Pablo? —mi nombre salió con dudas de sus labios en el momento que decidió salir del elevador—. ¡Pablo! —repitió en un tono más alto.
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Malas Decisiones
RomancePablo lidiará con las consecuencias de haber perdido a Camila, mientras ella triunfa y cumple sus sueños. ¿Podrá soportar el éxito de la mujer a la que saboteó y por la que perdió la cabeza? *** Las malas decisiones de Pab...