Capítulo dieciséis

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De ante mano gracias por los votos y los comentarios, los estaré leyendo con mucha emoción. *Recuerden que hay extras de cada capítulo. Los pueden encontrar en mi perfil. 

—¡No tienes porque responderle nada!

Nicole estaba furiosa, su voz no fue lo único que lo evidenció. La forma en la que me observaba reflejaba rabia. El tipo frente a mí había estado dispuesto a responderme, lo pude notar en la forma en la que enfrentó mi mirada; sin embargo, se quedó callado ante la orden que salió a gritos de la boca de mi hermana.

—¿Por qué no...?

—Vete, yo me encargo —interrumpió mi pregunta. Por varios segundos el sujeto con el que la encontré, no reaccionó. Se quedó quieto con la vista fija en ella que dio un paso hacia el frente—. Vete, por favor. Te llamaré.

Escuchar como cambió el tono de su voz para dirigirse a él aumentó mi enojo. Antes de que pudiera reclamarle me tomó del brazo para obligarme a entrar, enterrándome las uñas en el proceso. La seguí hacia el interior de la casa por el simple hecho de pedirle explicaciones. Cerré la puerta y me planté frente a ella evitando que continuara caminando

—¿Quién es ese hombre y por qué estaba dentro de tu casa?

—¡Que te importa! ¿Quién te crees para venir a hacerme esta escena?

—Claro que me importa, eres mi hermana. Ese tipo estaba adentro de esta casa, donde también vive Luciana... ¿Quién es, Nicole?

—Uno de mis cinco amantes —respondió con ironía—. Tengo uno para cada día de la semana. Los fines de semana me gusta experimentar con mujeres.

—¡Estoy hablando completamente en serio!

—¡Yo también! —me respondió exaltada—. No es de tu incumbencia saber quien es él o cualquier otro con el que me veas. A la mierda con el discurso barato de hermano mayor. ¡No te metas en mi vida!

—No puedo evitar preocuparme por ti, por Luciana —agregué más irritado—. No voy a permitir que...

—Por Luciana no tienes porque preocuparte —me interrumpió—. Mi hija es mi prioridad, no tiene ningún tipo de contacto ni con él ni con cualquier persona con la que haya salido.

—¿Más personas?

—Pablo, vete de aquí —ordenó señalando la puerta—. Solo quería dejarte claro que no tienes derecho a meterte en lo que no te importa. Ya lo sabes, ahora largo. ¡Ya!

—Tengo derecho a preocuparme por ti. ¿No lo entiendes? No me estoy metiendo en tu vida. Solo quiero saber quién es, qué tipo de intenciones tiene contigo.

—¡Debiste haberte preocupado por mí antes y no ahora!

Aquel fue un golpe bajo, la culpa de lo que pasó con ella y Luis Carlos todavía me atormentaba, por ello escucharla me afectó más de lo que esperé. Bajé la mirada y respiré hondo pensando bien antes de decir algo. El silencio que nos envolvió fue tenso. Los dos nos encontrábamos alterados, observándonos fijamente.

Malas DecisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora