Capítulo 2: Desplazado

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Damian

Nueve meses después de aquel anuncio, toda la familia y casi todos los Titanes estaban en sus trajes civiles en una sala de hospital, esperando el nacimiento de la hija de Grayson. Todo mundo parecía nervioso, pero Dick parecía a punto de sufrir un infarto. Temblaba, estaba pálido y se movía de un lado al otro.

-Oye, caminando en círculos no aceleras la labor de parto de tu esposa-Le dije.

-Damian, déjalo en paz. Cuando tengas tus propios hijos vas a entenderlo-Me dijo Jason mientras se sentaba a mi lado con un vaso de café.

-Eso suponiendo que alguien quiere procrear con él-Murmuró Drake desde la distancia.

-Drake, conozco quince maneras de matarte sin usar armas...-Comencé, pero Padre me detuvo.

-Muchachos, no es el momento para esa clase de discusiones-Sentenció con severidad, y todos nos callamos.

De pronto, la puerta de la sala se abrió. Todos pegamos un brinco y esperamos ansiosos.

-¡Felicidades! ¡Es una niña!-Exclamó una enfermera mientras salía del cuarto. La sala de llenó de aplausos y gritos de júbilo de inmediato.

-¡Lo sabía!-Exclamó Raven emocionada mientras abrazaba a Dick con alegría.

Chico Bestia y Cyborg chocaron cinco emocionados y luego se abrazaron. Padre y Alfred fueron inmediatamente a abrazar a Dick, que había terminado en el suelo, aún en shock. Se veía pálido y tembloroso pero sonriente.

-Felicidades, Dick-Le dije mientras le ponía una mano en el hombro.

-¡Soy padre ahora!-Exclamó con orgullo mientras me abrazaba y me alzaba del suelo. Yo le ordené bajarme inmediatamente y él lo hizo, aún extasiado.

Todo mundo se desvivía en abrazos, besos y felicitaciones para la pareja. Mi padre había gastado una fortuna comprando todo un arsenal de muñecos, muebles y todas esas cosas que los bebés necesitaban, y entre él y Alfred habían construido una cuna para la niña. La Torre de los Titanes siempre estaba llena de juguetes y flores que héroes de todas partes les enviaban. Incluso la Mujer Maravilla le había  obsequiado dos brazaletes similares a los de ella, pero con dos piedras verdes que supuestamente simbolizaban sabiduría y poder.

Tanto drama por algo tan pequeño y que ni siquiera podía hablar me parecía estúpido. Ni a mí mi Padre me había hecho cosas semejantes. Ni había organizado una fiesta de "presentación" para mí. Había estado en el nacimiento de esa cosa pero no en el mío ni en mi temprana infancia. Pero claro, para esta niña tenía todo el tiempo. Salía de trabajar temprano para volar directamente a Jump City a ver al engendro y se quedaba por horas allí. Mi Padre reacomodó todas sus prioridades, siendo la lista encabezada por la hija de Dick y Star.

Un día en que Starfire y Dick estaban de visita en la mansión para ver lo de la fiesta de presentación de su hija, yo cometí el error de cruzarme en su camino. Había

-¡Damian! Me temo que no has visto a mi pequeña desde que nació. Han pasado ya un par de semanas y me gustaría que tú y mi hija hicieran la conexión familiar-Dijo Starfire emocionada mientras se acercaba con un bulto púrpura en las manos.

-Star, no es...

-¡Mira! Ella es Mar'i Ravenna-Me dijo mientras me acercaba aquella cosa a los brazos. .

Aquella criatura de ojos verdes como los de Starfire tenía estos curiosamente abiertos para tratarse de un recién nacido. Su cabello adornado con un pequeño moño blanco le cubría de diminutos rizos negros la cabeza.

-¿Verdad que es preciosa?-Preguntó Dick mientras abrazaba a Starfire. Eran la clásica pareja de padres orgullosos y cursis.

-Eh, claro. Es linda-Dije yo mientras me esforzaba por sonreír.

-¿Por qué no la sostienes unos segundos? Apuesto a que a ella le gustaría conocerte-Dijo Starfire con alegría.

-No, de verdad...

No me sirvió de nada negarme. Starfire me puso a su hija en los brazos con una sonrisa en la cara.

-¡Se ven tan adorables juntos!-Exclamó ella mientras nos tomaba una foto con el celular.

Examiné unos segundos a la cosa. Salvo por los ojos, formados por círculos de distintas tonalidades de verde, parecía perfectamente normal. Pero lo que más odiaba de la niña era que se había adueñado de mis amigos. Ya nadie quería ir a pelear porque todos querían ir a visitarla para poder jugar. Ni siquiera era jugar; era solamente ella lanzando cosas de un lado al otro, y todo el mundo encontraba su idiotez extremadamente adorable.

-Estúpido engendro-Le dije en voz baja para evitar que mi amiga me oyera. La bebé torció la boca como si hubiera entendido lo que dije y yo se la regresé a Starfire.

Ella le pasó a la niña a Dick de pronto, diciendo que tenía un mal dolor de cabeza y se alejó un par de metros para poder respirar aire fresco. Dick me miró consternado.

-¿Te encuentras bien niño?-Preguntó sonriendo.

-Es sólo que...nada. Olvídalo.

-Damian, ambos sabemos que tienes algo. Creo que te conozco lo suficiente para darme cuenta de que estás enojado. Vamos, puedes hablar conmigo. ¿Tu padre de nuevo te está molestando?

-No es eso, Dick. De verdad no es nada. Iré a entrenar. Podemos hablar después-Le dije, y abandoné la sala.

Starfire, que seguía en el jardín, se me acercó con cara preocupada. Su instinto maternal había florecido y crecido desde que Mar'i había nacido.

-¿Qué pasa, Damian? No vas a poder engañarme a mí. Sé que algo te pasa. Se nota la pena en tus ojos-Me dijo con tono conciliador.

Sabía que no podía engañar a Starfire. Siendo una persona cuyos poderes se manejaban por sus emociones, ella tenía la habilidad de percibir cómo se sentía la gente a su alrededor.

-Vamos, puedes confiar en mí. Si no quieres que le diga a Dick puedo mantener el secreto. Lo prometo-Me dijo ella.

-Siento que Dick se va a alejar de mí ahora que tiene su hija-Dije yo de golpe. Ella sonrió con pena.

-¿Qué te hace pensar eso?

-Pues, Dick ahora tiene un hijo propio. Ya no necesita a un compañero. Ya no soy necesario en su vida-Dije yo apretando los puños para evitar llorar.

Starfire me puso una mano en el hombro, y me sonrió cariñosamente.

-Pequeño Damian, eso no es verdad. Aunque Dick ya tiene una familia propia, eso no significa que va a dejar de quererte o necesitar tus consejos o compañía. Tú eres el equivalente a su hermano menor y él te adora-Me dijo ella.

-Eso es lo que tú dices, Star, pero desde que Mar'i nació todo mundo me ha desplazado. Todos cancelan entrenamientos, misiones, juntas...

-Damian, entiendo cómo te sientes. Cuando mi hermano menor nació yo me sentía de una manera similar. Pero Dami, Mar'i también es tu familia. Y te aseguro que nadie aquí quiere desplazarte o alejarse de ti-Me dijo. Sonreí y la abracé.

-Gracias, Starfire.

Finalmente los dos nos metimos a la casa, donde toda la familia nos esperaba.

-¡Ahí estás linda! Le estaba contando a todos nuestros planes-Dijo Dick sonriente.

-¿Planes?-Pregunté yo confundido.

-Así es. Le voy a otorgar el mando de los jóvenes Titanes a Cyborg-Dijo Dick muy orgulloso.

-¿Por qué ya no eres tú?-Pregunté, aún más confundido.

-Yo ya no puedo ser el líder, porque Starfire, Mar'i y yo nos vamos a mudar a Blüdhaven-Dijo Dick.

-¿Se van? ¿No crees que se te olvidó mencionar esa parte?-Pregunté a Starfire.

-Damian...

No les di oportunidad de hacer otro comentario sobre el asunto y subí corriendo a mi cuarto. Dick no sólo planeaba reemplazarme. Planeaba abandonarme.

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