Capítulo 5: El adiós

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Damian

Todas las uniones de héroes estaban de luto. La gente que tiempo atrás se había presentado a festejar su boda y la presentación de su hija ahora estaba en frente de su ataúd.

La muerte de Starfire fue un impacto terrible para todo mundo. Nadie se esperaba que aquella chica tan sana, tan fuerte y tan hermosa pudiera haber caído tan enferma a tan poco tiempo de ser madre. Los servicios fúnebres fueron en la Torre T, y todos los Titanes estaban ahí. Las caras de todos los antiguos compañeros de Star reflejaban la sorpresa y el shock que su terrible muerte habían supuesto.

Y luego estaba Dick.

Con la mirada completamente perdida, el pelo desarreglado y la corbata mal puesta, mi hermano estaba sentado en una silla junto al ataúd de Starfire. Sus ojos estaban intensamente rojos, y su barba había comenzado a crecer de manera descuidada. La alegría que había en sus ojos meses atrás con el nacimiento de su bebé había desaparecido sin dejar rastro. No parecía siquiera notar que todos nosotros estábamos ahí. Simplemente veía un punto entre el suelo y el ataúd, y no hablaba ni se movía.

En algún punto de la Torre, Raven cargaba a Mar'i, quien usaba un pequeño vestido blanco. Demasiado pequeña para entender la situación, ella solamente se reía y jugaba con los adornos. Si no hubiera habido tanta gente en el lugar, probablemente yo le hubiera dado un pellizco a la niña para que dejara de reír.

-¿Dick? ¿Necesitas algo?-Pregunté yo a mi hermano. Él sólo negó con la cabeza, mirando el mismo punto de momentos antes. Hacía girar su argolla de matrimonio una y otra vez.

Padre se acercó a él para intentar consolarlo, pero Dick lo detuvo apenas se le acercó:

-Es tu culpa-Le dijo Dick. Todo el lugar se quedó en silencio.

-¡Tu culpa! ¡No fuiste capaz de buscar una cura! ¡No lo hiciste!-Gritó Dick furioso mientras se ponía de pie.

-¡Sabes bien que no fue así! ¡Hice lo posible por ayudarla, y lo sabes! ¡La enfermedad de Starfire era incurable-Gritó Bruce mientras lo empujaba de vuelta a su silla.

-Pudiste hacer más-Dijo Dick aún furioso.

Acto seguido, Dick se levantó, tomó a su hija, y salió de la Torre T sin decir una sola palabra más. El resto de la tarde fue impresionantemente triste, incluso para mí. Enterramos a Starfire en el jardín, uno de sus lugares favoritos, en un lugar especialmente diseñado (y recientemente inaugurado) para los miembros caídos de los Titanes. Sus antiguos compañeros dieron algunas palabras:

-Ella siempre estuvo sonriendo, y siempre se preocupó por sus amigos. Nunca había conocido a nadie tan admirable. Era poderosa, y alegre, y soportaba mis chistes y bromas como nadie más lo hacía. Ella siempre fue como una hermana para mí, y va a ser recordada con cariño por todos-Dijo Chico Bestia con pesar.

-Ella era mi mejor amiga, la mejor amiga que una persona pudiera pedir. Siempre estuvo a mi lado en todo momento, incluso cuando yo la alejaba por no saber corresponderla, y ahora que ya no está aquí para luchar a nuestro lado, o para ver crecer a la hija que con tanto amor esperó, nos va a hacer muchísima falta. Starfire era una gran persona, y siempre va a ser querida recordada como una heroína que siempre puso primero las necesidades de otros-Dijo Raven mientras luchaba por no llorar.

-Starfire fue un miembro vitalicio de los Jóvenes Titanes. Por ella nos unimos, y por ella nos reunimos en este lugar para decirle un último adiós. Ella siempre estuvo ahí para ser el apoyo moral que tanto necesitaba cuando no era capaz de apreciarme por ser mitad robot. Era mi hermanita, y nunca voy a olvidarla. Y nosotros cuidaremos de su familia-Prometió Cyborg.

Y para esa pequeña familia de tres, que acababa de perder a un miembro, las cosas fueron incluso peores.

Todo mundo perdió la pista de Dick porque apenas pasaba tiempo en su casa. Comenzó a pasar las veinticuatro horas del día en las calles peleando, con o sin el uniforme. Toda la frustración que él sentía la descargaba contra cualquier pobre idiota que se le cruzara por el frente. Eran la furia y depresión de un amante que acababa de perder al amor de su vida. Dick había perdido a Starfire de una manera terrible cuando su vida como una familia apenas comenzaba. La había visto agonizar por días, semanas, meses...La había visto postrada en su cama a sabiendas de que nunca se iba a volver a levantar. Cualquier deseo o sueño que tuviera Dick de envejecer con ella o tener más hijos se había ido directo a la basura.

Y hablando de hijos, por lo que yo había oído gracias a los Titanes, Dick estaba comenzando a ignorar a Mar'i. A veces Raven llegaba a su casa y la encontraba apenas vestida en la cuna, o en el piso de la sala jugando con las cosas que encontraba. No soy precisamente un gran fanático de los niños pequeños, mucho menos de aquel estúpido engendro, pero de todas maneras comencé a preocuparme un poco por su bienestar. Una niña tan pequeña, sola, en una casa llena de armas era algo bastante peligroso e irresponsable, pero nadie podía hablar con Dick.

Yo había le prometido a Starfire que no dejaría que nada le sucediera a la bebé, pero mi tarea se había vuelto más fastidiosa de lo que ya era desde el principio. El bonito y elegante lugar al que se iba a mudar originalmente, aparentemente lo había perdido por falta de pagos y había tenido que mudarse a un barato y diminuto apartamento en la peor zona de Blüdhaven. Dick me prohibió la entrada a su departamento después de cierto tiempo, porque juraba que ninguno de nosotros entendía su sufrimiento.

Bruce, algo dolido por las palabras de Dick, decidió cortar cualquier comunicación con él. Hasta que un día, mi padre recibió una llamada de emergencia de la Torre T que cambió la vida de todo mundo para siempre.

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