Capítulo 23: Te encontré

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Mar'i

Lian y Arella se fueron tras una hora completa de molestarme sobre mi supuesto interés en Damian y yo me quedé sola en mi cuarto haciendo mi tarea con la esperanza de acabar pronto. Estaba en el medio de un ensayo cuando escuché ruidos en mi ventana, como cuando Dick Grayson entró a mi cuarto.

-¿Papá?-Pregunté mientras me asomaba.

-Si así quieres llamarte no voy a detenerte. Me gusta el apodo-Dijo una voz que yo no conocía mientras el dueño llegaba hasta arriba. Claramente no era Richard Grayson.

Un hombre canoso se puso de pie en mi balcón y me miró de pies a cabeza de una manera que no me gustó nada. Era como si estuviera escaneándome y tratando de memorizar cada uno de los detalles de mi cuerpo. Me puse las manos sobre el pecho para protegerme de aquella mirada tan repulsiva.

-¿Quién eres tú?-Pregunté yo intentando contenerme de dispararle y enviarlo a otra galaxia.

-Digamos que soy un gran admirador de ustedes los Descendientes, cariño-Me dijo él cruzando los brazos. Sentí que me tambaleaba y me apoyé en el marco de mi cama. No solamente sabía que yo era una Descendiente. Sabía dónde vivía y sabía cómo entrar a mi casa.

-¿Descendientes...? Yo...yo no sé de qué hablas. Por favor sal ya de mi casa-Le ordené.

-No trates de jugar a la tonta conmigo, Mar'i. No te queda mucho el papel-Me dijo con una sonrisa que distaba de ser reconfortante. Era incluso aún más perturbadora que antes. Me urgía golpearle los dientes fuera del rostro, pero no podía. Quería escuchar el resto de lo que iba a decir.

-Mírate nada más. Si no tuvieras esos ricitos negros serías idéntica a tu madre...bueno, y si tu piel no fuera tan clara comparada con la de ella, y eres menos alta...pero endiabladamente bella como lo era tu mamá-Me dijo aquel hombre dando vueltas a mi alrededor, ignorando mi petición de abandonar mi casa. Yo comencé a prepararme para atacar.

Algo de él me parecía familiar, pero no recordaba haberlo conocido nunca. Claramente este hombre sabía de quién era hija, y sabía de mi identidad secreta de Nightstar, y yo no sabía nada de él. Eso me dejaba en una cierta desventaja. Además, había algo en él que me perturbaba un poco, o más bien bastante. Su manera extraña de hablarme, su manera tan intensa de mirarme, o incluso el hecho de que le hacía falta un ojo y usaba un parche en su lugar.

-¿Cuál es tu nombre? ¿Eres Raul Galsh?-Pregunté mientras él seguía dando vueltas y examinaba mi cuarto. Él se rió.

-No. Mi nombre definitivamente no es Raul Galsh. Admito que fue muy descortés de mi parte el no presentarme con una princesa. Llámame...Joey. Mi nombre es Joey, dulzura-Me dijo, y se acercó a mí para besar mi mano. Sentí escalofríos.

-Oye "Joey", honestamente me estás perturbando. Dime qué haces aquí o voy a llamar a mi padre. Y hablo en serio. No vas a querer verlo enojado-Le advertí mientras me alejaba de él.

-Anda niña. Llama a tu Batipapito. No me importa. Ya he pateado su estúpido trasero antes. Puedo hacerlo de nuevo, igual que hice con tu mami y tú papi cuando tenían tu edad-Me dijo acercándose a mí. ¿Sabía de la identidad de Bruce? ¿Cómo? Todos éramos tan cuidadosos...

Entonces me golpeó la realidad. Me di cuenta de que yo ya sabía quién era este hombre. Era el tipo del que toda mi familia me había advertido antes. La persona de la que todo mundo me quería alejar y proteger a toda costa. Este hombre era el equivalente al "bogeyman" o "el Coco" de mi infancia. Estaba de pie frente a Joseph Slade Wilson, o Desthstroke.

-Slade...-Murmuré mientras retrocedía.

-"Slade"-Me imitó con voz chillona-Puedes estar tranquila, Mar'i. No vengo a hacerte daño. Vengo a hacerte una propuesta, querida.

-Yo no voy a hacer tratos contigo. Sé que trataste de enloquecer a Richard y que le hiciste daño a Starfire. Has intentado asesinarme y hacerme daño muchísimas veces. No te quiero cerca de mí-Le dije mientras retrocedía más.

-¿Hacerte daño? ¿A ti? No, en absoluto princesa. Para nada. Me parece que tienes la idea equivocada de mí y mis intenciones.

-Pues esa era la idea que me diste cuando intentaste secuestrarme del departamento de Dick, y cuando me atacaste en la Torre y el Salón-Dije yo mientras comenzaba a encender mis starbolts.

-Me sorprende que para estas alturas no hayas llamado a tu perro guardián Damian.

-Porque puedo manejar esto sola. Tú eres mi enemigo. Yo pelearé contigo sin la ayuda de nadie-Le dije mientras me lanzaba hacia él.

Le di un puñetazo en la cara y él me respondió con una patada en las costillas. Sentí que el aire se iba de mis pulmones y caí al suelo. Slade tomó mi brazo y lo puso detrás de mi espalda para inmovilizarme.

-Tienes dos opciones, Mar'i. Puedes venir conmigo por las buenas o por las malas. Te recomiendo que lo hagas por las buenas. Sería más sencillo para los dos. Y menos doloroso para ti-Me dijo mientras me sostenía contra el suelo.

-O podemos hacerlo doloroso para ti-Respondí disparando un starbolt con el brazo que tenía sostenido y acertando en su pecho.

-¡Traté de hacerlo por las buenas!-Me advirtió mientras preparaba una espada.

Conseguí deslizar mis muñequeras en mis brazos y las usé para bloquear sus ataques mientras disparaba. Aunque quisiera llamar a Damian o Bruce, no podía hacerlo. Estaba demasiado ocupada y apenas me daba tiempo para tomar aire. No podía gastar aire en hablar.

-Vaya vaya. Pareces haber sido muy bien entrenada. He escuchado que no tenías permitido pelear, ¿entonces quién te entrenó?-Preguntó mientras su espada pasaba justamente por arriba de mi frente.

-La Mujer Maravilla y Gatúbela-Le respondí. Selina, la novia de Bruce, de vez en cuando entraba a suplir a Diana si ella estaba ocupada.  Era más sencillo con ella. Tenía acceso libre a la casa.

-Hicieron buen trabajo-Me dijo, y su espada chocó con mis brazaletes.

-¿Para qué quieres que me una a ti?-Pregunté. La espada de Slade se clavó en mi muro y aproveché su distracción para golpearlo.

-Una chica como tú aliada conmigo sería invencible. ¿Te imaginas? Usando tus poderes sin ninguna limitación y descubriendo más que tus debilidades. Descubriendo qué tan lejos eres capaz de llegar-Me dijo.

-¿Crees que con discursos baratos hoy a traicionar a mi familia? Entonces no me conoces tanto como tú crees-Le dije. Para entonces ya había recuperado su espada.

-Quizá, pero sé que voy a hacerlo pronto-Me dijo.

Acto seguido abandonó mi habitación. Me quedé en shock unos segundos y me obligué a inhalar y exhalar varias veces para poder relajarme. Y después, me puse a ordenar mi cuarto para que no se notara que había habido una pelea ahí. No quería que Bruce y Damian se enteraran de que Slade me había encontrado. Si lo hacían le iban a enviar a algún otro lado y la poca libertad que se me daba se iba a acabar por completo.

Me recosté en mi cama, de nuevo intentando relajarme y pensar con claridad, y mientras lo hacía mi puerta se abrió violentamente, haciéndome saltar y terminar flotando en el techo de mi cuarto. Damian me miró extrañado.

-¿Qué haces ahí...? No importa. Tenemos problemas. Slade escapó de Belle Reve-Me dijo alarmado.

"Ya me di cuenta".

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