Capítulo 29.5: De vuelta en casa

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Dick

Me encontraba en mi departamento viendo televisión cuando recibí un mensaje de Raven. Me pareció muy extraño, tomando en cuenta que Raven me le dirigía la palabra desde hacía varios años.

"Tienes que venir a la Torre T. Necesito que veas algo importante" decía el mensaje.

No había visitado la Torre desde que Kory había muerto. El día de su funeral fue la última vez que me acerqué a ese lugar. Pensar en la Torre me traía los malos recuerdos de los últimos días de vida de mi esposa, y casi podía escucharla aullar de dolor cuando pensaba en mi antiguo hogar. Y después, porque me daba vergüenza acercarme a la tumba de mi esposa.

Había roto la promesa que le había hecho de mantener a mi bebé sana y salva convirtiéndome en un peligro para ella. Nunca lo dije, pero por dentro agradecía infinitamente que Bruce se hubiera llevado a mi hija de mi casa. Eso no significaba que no la extrañara, pero no podía ir a verla hasta asegurarme de convertirme en un hombre de bien y del que ella pudiera sentirse orgullosa.

Llegué a la Torre T, donde cientos de recuerdos llegaron a mi cabeza. Desde cosas simples, como cuando jugábamos volleyball en el techo de niños, o cuando nadaba con mis amigos, hasta cosas más importantes, como cuando Starfire y yo nos casamos. Estaba de vuelta en casa, de alguna u otra manera.

Raven me esperaba en la puerta con los brazos cruzados.

-Tiempo sin vernos, "Robin"-Dijo ella alzando la ceja.

-Hola, "Raven". Te ves bien-Dije mientras me enderezaba.

-Imagino que tienes un millón de preguntas, sobre por qué te llamé a pesar de que tenía siglos sin hacerlo. Sucedió algo terrible que tienes que saber. No podía ocultártelo, no a ti-Dijo ella mientras bajaba la mirada.

-¿Pasó algo? ¿Mi hija está bien?-Preguntó Dick algo preocupado.

-Físicamente sí, pero emocionalmente lo dudo mucho. Hoy en la mañana hubo un problema muy fuerte con Slade. Él...destruyó la tumba de Star-Dijo Raven.

Me cubrí los ojos con la mano y bajé la mirada sollozando. Mi odio interno por ese hombre creció y sentí que la furia me invadía.

-¿Lo atraparon?-Raven negó con la cabeza.

-Se está moviendo demasiado rápido últimamente. Tiene ayuda de un tal Raul Galsh-Dijo, y su nombre resonó en mi cabeza.

Lo había oído antes, estaba seguro de eso. Pero no podía recordar con claridad. Estaba enfurecido y no podía pensar en otra cosa más que la tumba destruida del amor de mi vida.

-Llévame a verla-Dije, y Raven asintió.

Caminó conmigo por el jardín, llevándome a lo que era la tumba de mi esposa. Yo nunca la había visto, porque seguía sin aceptar que el amor de mi vida se había ido para siempre. Raven me puso una mano en el hombro.

Había fotos de nosotros dos en todos lados, del viaje a Tokio, algunas peleas, entregas de premios, fotos casuales con nuestros amigos, nuestra boda, y la fiesta de presentación de nuestra hija. Todas estaban llenas de rayones, o rotas. Una estatua, que aunque era realista no reflejaba lo mitad de hermosa que ella era, estaba erigida enfrente de todo, pero había sido destruida. Había una placa sobre la estatua, pero estaba destruida al punto de ser ilegible.

-¿Mar'i ya lo vio?-Pregunté. Raven asintió.

-El hijo de Cyborg le avisó para que viniera a ver lo que pasaba-Dijo Raven.

-¿Cyborg tiene un hijo?

-Te has perdido de muchas cosas, Dick. ¿Estás listo para volver a ser parte de una familia, o prefieres mantenerte solo de nuevo?-Preguntó ella con voz seria.

-Sabes que no hay nada que quiera más que volver a ser parte de ustedes, de la vida de mi hija-Dije yo mientras la miraba.

-Empieza por ella. Si ella te acepta de nuevo, nosotros lo haremos. Si no lo hace, entonces veremos qué sucederá-Me dijo ella mientras se alejaba.

-Raven...-La detuve.

-¿Sí?

-Pudiste ocultarlo. Pudiste mantenerlo en secreto y nunca me hubiera enterado. ¿Por qué me lo dices?-Pregunté.

-No soy un monstruo. Sé que la amabas, y tenías que saberlo. Además, tu hija no se puede enfrentar sola a él. Slade está usando a su madre como un martirio en su contra. Demuéstrale que no va a estar sola con esto-Me dijo. Me entregó un paquete negro.

-¿Qué es esto?-Pregunté mientras lo examinaba.

-La manera en la que vas a ayudar a tu hija-Me dijo ella caminando.

-Te veré después, supongo-Me despedí.

-Supongo que depende de ti-Me respondió. Me sonrió por última vez y se fue volando hacia la Torre.

Miré la tumba en silencio y miré las fotos, tratando de ver más allá de lo que les hizo Slade.

-No va a estar sola de nuevo, Kory. Te lo prometo-Dije yo, y me fui.

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