Nightstar

Capítulo 25: Algo más

Mar'i

Después de la junta que el "Bati-equipo" había tenido en la Baticueva, descubrí aliviada que Bruce no tenía planeado encerrarme eternamente en mi cuarto. De cualquier manera había sido comprobado que éste no era una protección en forma en contra Slade. Me preguntaba si iba a regresar, y sólo por si acaso le puse el seguro a la ventana.

Estaba en mi cama examinando nuevamente la tarjeta que Richard me había dado el día de mi cumpleaños. Si tenía permitido salir, entonces tendría permitido ver a mi padre biológico. O por lo menos podría salir y verlo sin tener que avisarle a nadie...

No. No era capaz de mentirle a Bruce de esa manera. Una cosa era esconderle por cinco años que había roto su regla de no pelear. Otra muy diferente era esconderle que iba a ver a Dick. Él me amaba y no creo que se fuera a tomar bien saber que vi a Richard sin su permiso. Sentía que por lo menos tenía que avisarle de esto último.

Momentos después...

-¡Absolutamente no! ¡Definitivamente no! ¡Tienes terminantemente prohibido hacerlo!-Exclamó Bruce mientras golpeaba su escritorio. Yo no me inmuté, pues me esperaba esto.

-¡Sólo es charlar con él! ¡Si quieres puede ir Alfred conmigo!-Exclamé yo mientras me cruzaba de brazos en mi silla frente a él.

-¡No me interesa, Mar'i! No me preocupa que vayas sola. Me preocupa que lo veas a él. Él es lo que más me molesta de esto.

-Tengo derecho a hacerlo. Bruce, por favor, llevo toda mi vida queriendo conocerlo y por fin se me ha dado la oportunidad. Voy a conocer a Dick.

-¡NO! Eso sí que no. No vas a dejar esta casa para verlo. Marie Martha Wayne, te prohibo cualquier contacto con Grayson-Me reí sin que me viera. Cuando Bruce me regañaba por asuntos relacionados con Dick, me llamaba por el nombre que él me había dado para mi identidad civil, aunque en realidad, mi nombre seguía siendo Mar'i Ravenna Grayson.

-Él es mi padre.

-¡Nada de padre! No fue un padre para ti en dieciocho años. Yo te alimenté, bañé, crié y amé. Yo soy el que ha estado a tu lado todo el tiempo y he dedicado los últimos dieciocho años de mi vida a cuidarte y encargarme de que seas una gran mujer en el futuro. Yo, Bruce Thomas Wayne soy tu padre, Marie. No él-Dijo él por milésima vez desde que yo tenía memoria. Incluso yo estaba imitando sus palabras.

-Brucey, no te estoy diciendo que te voy a reemplazar. Te estoy diciendo que quiero conocer a mi padre biológico. Quiero saber quién es Dick Grayson, y quiero entenderlo. Tarde o temprano tiene que ser parte de mi vida. Pero nada cambia que tú eres mi padre, y te quiero como tal-Le dije mientras lo abrazaba. Aunque estaba enojado, me abrazó de vuelta.

-Lo pensaré.

-¡Gracias! ¡Trata de no tardarte demasiado en pensarlo!-Le dije mientras le daba un beso en la mejilla y me alejaba volando en dirección a mi cuarto.

Tomé de nuevo la tarjeta que me dio y le mandé un mensaje de texto preguntándole cuando estaba libre. Me contestó casi de inmediato, me dijo que estaba libre la semana siguiente y acordamos vernos en un restaurante. Al final me dio las gracias por considerar hacerle caso y yo le mandé una carita sonriente.

De pronto, la puerta de mi cuarto se abrió, y Damian, quien ya se había hecho a la costumbre d entrar a mi cuarto sin tocar la puerta, de me quedó mirando fijamente.

-¿Con quién hablas? Te ves demasiado emocionada.

-¿Puedo contarte algo y prometes no regañarme demasiado y no enojarte?-Pregunté mientras lo señalaba con el dedo. Alzó la ceja confundido.

-Sabes que hay cosas que no te puedo prometer. ¿Qué pasó engendro? ¿Qué hiciste ahora? Me dijiste lo mismo cuando armaste al equipo-Me dijo mientras se sentaba en mi cama.

-No hice nada malo esta vez. Lo que pasa es que el día de mí fiesta de cumpleaños Richard Grayson me pidió que lo contactara porque quiere hablar conmigo. Y la verdad es que yo también quiero hablar con él.

-¿Después de que se presentó en una fiesta solamente a alterarte? ¿Después de dieciocho años de no presentarse en tu vida? ¿Y en serio quieres hablar con él? Esto hace la golpiza que le di algo inútil.

-¿¡Golpeaste a mi papá?!

-No precisamente. Solamente lo empujé. Pero en fin. ¿De verdad quieres verlo después de todo lo que ha sucedido?-Preguntó Damian mientras alzaba una ceja.

-Claro que quiero. Toda la vida he querido conocerlo, y aunque lo que pasó en la fiesta no fue nada agradable creo que quiero darle una oportunidad. Parece realmente arrepentido por todo lo que hizo. Bruce ya me ha dado permiso para ir a verlo así que he acordado que nos veremos la siguiente semana.

-Entonces era eso lo que tú y Padre estaban hablando. Me sorprende que te haya dejado ir tomando en cuenta que no le agrada Dick.

-Exacto. No fue fácil convencerlo.

-Lo imagino. Te recomiendo que no le digas nada a Drake y Todd porque van a encerrarte y echarán la llave por la coladera. No quieren que él se acerque a ti de nuevo.

-Y por eso no quiero que tú les digas. Son capaces de matarlo con tal de que no se acerque a mí.

-De acuerdo, pero entonces quiero ir contigo.

-¿Qué?

-¿Ya se te olvidó que hay un maniaco detrás de ti intentando asesinarte Mar'i?

-Puedo manejarlo, y Dick puede ayudarme si es necesario. Voy a estar bien, Damian. Puedo cuidarme por mí misma, y no tienes que estar preocupado por mí las veinticuatro horas del día.

-Pero lo estoy. No puedo dejar que vayas sola, Mar'i. Slade escapó y todavía tenemos que adivinar el papel de Galsh en todo esto. No voy a estar pegado a ti si no quieres pero por lo menos voy a vigilarte. No voy a dejar que nada te suceda-Me dijo mientras se ponía de pie.

-¿Puedo preguntar a qué se debe tu repentino interés en mí? Quiero decir, antes eras muy malvado conmigo pero ahora me quieres y siempre te estás asegurando de que no me maten-Le dije yo mientras me reía.

-Bueno, se lo....

-No me vengas con el cuento de que se lo prometiste a mi mamá y que sabes que Bruce enloquecería si algo me pasara. Cambiaste mucho, no digo que sea algo malo pero...-Damian me interrumpió, pero no fue como solía hacerlo antes.

Damian me besó.

Fue un beso corto, pero impresionante, e inesperado. No me esperaba que eso sucediera, y no estaba disgustada. Al contrario.

Nos detuvimos y nos quedamos mirando al otro intentando explicar lo que acababa de suceder, pero no se podía. Estábamos demasiado sorprendidos los dos. Él no parecía haberse creído capaz de hacer algo así. Le sonreí y me sonrió de vuelta, pero se fue de mi cuarto sin decir una sola palabra más.

-Por Dios y X'hal...-Murmuré.