Capítulo 38: El regalo y la ayuda

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Era demasiado obvio. Tuvo el nombre de la persona que tenía que encontrar siempre frente a él y no fue capaz de descubrirlo por sí mismo. Parecía que incluso Ra's estaba esperando el momento en el que Damian lo descubriera.

-¿Tienes alguna idea del plan de Ra's?-Preguntó Damian mientras se frotaba la cara.

-No. Nunca supe para qué la quería, porque nunca nos contestó esa pregunta. Tampoco pude acceder a los planes de Slade-Dijo Dick.

-¿A dónde pudieron haberla llevado?-Preguntó Raven preocupada.

-No hay manera de encontrarla. Ra's siempre se ha caracterizado por saber esconder su camino y sus pasos, a menos que él quiera lo contrario, y francamente dudo que lo quiera. Si él no quiere que lo encontremos entonces no vamos a hacerlo-Dijo Damian.

-¿Qué vamos a hacer?-Preguntó Jon.

-Iremos a buscarla. Y pobre del idiota que se cruce en mi camino-Dijo Damian guardando su espada en su funda.

Todos se dirigieron a la salida de la Baticueva salvo Dick. Él estaba mirando al suelo apretando su antiguo bastón de pelea.

-¿Vienes, Dick?-Preguntó Barbara mientras lo esperaba.

-¿Qué voy a hacer si no puedo salvarla como a Kory?

-Dick, ya perdiste a Mar'i dos veces antes. No la pierdas para siempre esta vez-Dijo Bruce mientras se ponía la máscara de Batman.

-Dick, sí. Cometiste un error en el pasado. Varios en realidad, pero decidiste volver a enmendarlo todo. Que no te de miedo ahora-Le dijo Barbara mientras se alejaba. Raven se acercó y le sonrió a su viejo amigo, poniendo su mano en su hombro.

-Sería un buen momento para usar el regalo que te di-Le dijo, y se alejó.

Dick abrió el maletero de su auto y sacó el paquete negro que Raven le había dado el día anterior. Tenía una nota en la tapa.

"No te di la carta antes porque estaba furiosa, pero no puedo guardarla más. Cuando Starfire murió dejó cartas para todos, tú incluido, pero yo estaba tan enojada contigo que creí que no la merecías. Era mi manera de castigarte, y hasta ahora me he dado cuenta de lo cruel que fui. No puedo ir en contra de la voluntad de mi mejor amiga, y honestamente no tengo ningún derecho para seguir ocultándote esta carta. Yo no sabía que había una para Mar'i, y lo lamento mucho. Lo otro que hay en la caja es algo que llevo guardando desde que te perdí la pista, regalo de ella para ti-Raven".

Abrió la caja,y lo primero que vio fue un montón de papel de arroz, con un sobre encima de todo, que abrió de inmediato. Dentro había dos cartas escritas con la letra de Starfire, una dirigida para Mar'i, y la otra para él..

"No es un misterio que la enfermedad me consume, querido Dick. Cada día me siento más y más débil, y escribo esta carta ahora porque no sé si en el futuro tendré la fuerza suficiente para levantar un bolígrafo. Cuida de nuestra hija. Incluso si no está contigo, asegúrate de que esté bien. Protégela de todos, como yo no podré hacerlo dentro de poco. Le he dado esta carta a Raven para que ella te la de en el momento en el que yo me haya ido y no pueda decirte nada esto. Cuida de mi hija, cuídala de Ra's al Ghul, porque sé que no va a rendirse en tratar de llegar a ella. Ruego a X'hall que todo esté en mi mente y en realidad esta enfermedad no resulte mortal, pero si no es así, al menos sé que no la vas a dejar sola. Pase lo que pase, y tomes cualquier decisión que tengas que tomar por su bien, yo te amaré. No olvides eso, y no dejes que mi niña olvide lo mucho que la amo.

Hasta que nos volvamos a ver.
-Koriand'r de Tamaran, Starfire"

Con un nudo en la garganta, Dick besó la carta y la guardó en el bolsillo de su saco. Después, desenvolvió lo que fuera que el papel de arroz protegía. Era un traje de Nightwing, con la diferencia de que el ave azul del pecho era de color plateado. Cuando vivía en Blüdhaven todos sus trajes se habían dañado por sus peleas nocturnas, aquellas que estaban más influenciadas por el alcohol que el deseo de hacer justicia real. El traje que sostenía era el único uniforme de Nightwing que quedaba en toda la Tierra.

-Hora de ir por nuestra niña, Kory-Murmuró en voz baja Dick mientras ponía el traje. Acto seguido, siguió a todo mundo a la salida.

Apenas salieron, se encontraron con una sorpresa sorprendentemente inesperada: Talia al Ghul, de pie enfrente de la entrada de la cueva. Todo mundo se puso en posición de ataque.

-Vaya vaya. La Bati-familia reunida-Dijo ella mientras sonreía.

-No quiero que te acerques a nosotros. Tú y tu padre, Talia al Ghul son mis peores enemigos en estos momentos y no quiero saber nada de ti a menos que quieras que te destruya-Dijo Damian mientras desenfundaba su espada y la ponía frente al cuello de su madre. Ella ni se inmutó.

-Te he dicho que no me llames Talia-Dijo con calma y apartando la espada..

-¿Dónde está Ra's y dónde está mi hija?-Preguntó Dick mientras se tronaba los nudillos.

-No venimos en son de guerra, queridos. Llegó a mis oídos que la amada de Damian fue secuestrada-Dijo Talia con calma, pero seria.

La familia se quedó en silencio. Talia al Ghul podía ser bastante impredecible. Selina estaba enfureciendo poco a poco y estaba haciendo lo posible por mantenerse tranquila y no asesinar a Talia, igual que Raven. Damian apretó los puños sin saber qué esperar.

-Yo no tuve nada que ver con el secuestro. Ra's no me dijo lo que planeaba hacer. Sólo me dijo que tenía planeado incluir a alguien nuevo con quien podría hacer experimentos. Alguien que podía sernos de mucha utilidad por sus poderes. No sabía que hablaba de tu novia, Damian-Dijo Talia.

-No te creo nada, Madre. Siempre has sido una mentirosa excepcional.

-Tienes dos opciones. Creerme o no. Sea cual sea la que escojas, te conviene escucharme si es que quieres a tu novia de vuelta-Dijo Talia.

-Habla-Le ordenó Selina.

-Damian, lo quiera o no, sigue siendo un al Ghul, y su descendencia sigue siendo importante para nosotros, como cualquier mujer que tenga la habilidad de darte un heredero. Así que mi Liga de Asesinos va a ayudar a rescatar a tu novia, Damian-Dijo ella.

Los Titanes, los Descendientes y la Bati-Familia alzaron las cejas bastante sorprendidos. En sus miradas había curiosidad genuina y duda. Talia se impacientó por la falta de respuesta.

-Si esperan verla con vida deberían intentar apresurarse. No tengo tiempo para que tengan un debate y votación. ¿Quieren mi ayuda sí o no?

-Sí, la queremos-Dijo Damian. Todo el asunto era demasiado inesperado, pero maravillosamente conveniente. Podía bien ser una trampa, pero estaba dispuesto a gastar hasta la última oportunidad.

-Pues bien. Entonces díganme qué hacer-Dijo ella sonriendo y alzando la ceja. Mar'i no era la única que rompía las reglas de su padre.

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