Capítulo 27: Un vívido recuerdo

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Bruce

Selina entró a mi oficina con el semblante serio y se paró a mi lado, casi analizándome.

-¿Todo en orden?

-Eso mejor dímelo tú. ¿Ya viste qué día es hoy?

Miré el calendario sobre mi escritorio. Hoy, hacía casi doce años, había sucedido el ataque al Salón de la Justicia.

-¿Por qué crees que iba a ponerme mal al recordar ese día? En todo caso la pregunta tendría que hacértela a ti-Dije mientras ella me acariciaba el cabello.

-Bueno, sí. Pero en general te ponías mal al recordar aquel día-Dijo ella.

Tenía razón. Por lo menos en los primeros años posteriores siempre me ponía nervioso cuando llegaba esa fecha. Me aseguraba de que todas las ventanas estuvieran cerradas y revisaba el perímetro de la casa una y otra vez hasta asegurarme de que todo estaba bien. 

Casi podía recordar aquel día con detalle.

Había sido un ataque mucho más agresivo que el de la Torre T. Dos o tres meses después del incidente antes mencionado, decidí llevarla conmigo a una junta. Jason y Tim tenían que trabajar, Daiman tenía que ir al colegio y Alfred estaba resfriado. No había podido contratar a una niñera de último minuto así que me llevé a Mar'i conmigo. Creíamos que iba a estar segura tratándose de el Salón de la Justicia, pero todos estábamos muy equivocados.

Estábamos en medio de una junta discutiendo sobre algo, con Selina cuidando de Mar'i en algún lugar del Salón, cuando escuchamos que todos los cristales se rompían en mil pedazos. De inmediato yo abandoné la sala y me dirigí a buscar a Mar'i y Selina. Mi búsqueda no llegó demasiado lejos. Selina estaba mal herida y tendida en el suelo. Había luchado fuertemente por proteger a la niña, basado en las heridas que ella tenía, pero de todas maneras no había ganado la batalla.

-¿Estás bien? ¿Qué te pasó? Tengo que llevarte a la enfermería-Dije yo mientras la levantaba. Ella me detuvo de inmediato.

-Yo no... la niña. Ve por la niña-Ordenó ella en sus últimos momentos de consciencia.

Ordené a Plastic Man y Black Canary que se hicieran cargo de Selina y la llevara a la enfermería mientras yo me dirigía a buscar a mi hija. Mis compañeros iban conmigo y revisaban cada habitación posible. Entonces, los vi. Eran los mismos robots que habían atacado la Torre. Tenían a la niña firmemente agarrada de la muñeca con una pistola al lado de la cabeza.

-¡Papá!-Gritó ella mientras extendía su mano libre hacia mí.

-Tranquila pequeña. Todo va a estar bien, ¿sí? No quiero que mires la pistola-Le dije yo mientras, con las manos, le indicaba que se mantuviera tranquila. Mar'i apretó los ojos para no tener que ver el arma.

En sólo unos segundos formulé un plan completo en mi cabeza para poder salvar a la niña. No podía pedirle que usara sus poderes porque estos actuaban de una manera muy errática. Ella no sabía controlarlos del todo todavía, y no podía usarlos a voluntad aún. Mi plan era demasiado arriesgado, pero tenía que intentar. Si su plan hubiera sido matarla, la hubieran matado cuando hirieron a Selina. Eso significaba que la necesitaban viva, y por lo tanto, no le dispararían. O eso rezaba.

Nos lanzamos al ataque de inmediato, y como supuse, soltaron a Mar'i para poder pelear con nosotros. Yo le ordené esconderse y ella me obedeció, metiéndose a un escondite secreto en la pared. No era una lucha muy sencilla porque ellos estaban completamente armados, así que consiguieron herir a varios de nosotros en unos minutos apenas. Uno de ellos incluso consiguió derribarme.

El estrés, y supongo que verme derribado, hizo que Mar'i perdiera los estribos. La puerta del escondite salió disparada, y dos rayos violetas, provenientes de los ojos de Mar'i, arrasaron con todo a su paso. Tuve que ordenarle a mis compañeros que se alejaran o de lo contrario podían resultar heridos. Mar'i no se detuvo sino hasta que todos los robots habían sido vencidos, pero los rayos no dejaban de salir.

-¡Cierra los ojos!-Le dije yo mientras me acercaba a ella. La niña me obedeció, y una vez que sus ojos estaban cerrados puso sus dos manos encima de ellos para evitar abrirlos.

Puse mi mano encima de su hombro para intentar ayudarla a relajarse y le ordené que abriera los ojos de nuevo. Ella se negó al principio, pero finalmente accedió a hacerlo. Por fortuna, los rayos ya habían parado, y me abrazó de inmediato.

-Estás bien, yo te tengo-Le aseguré a la niña que lloraba en mis brazos. La afirmación era tanto para ella como para mí, que estaba seguro de que esta vez podía llegar a perderla para siempre.

Ese mismo día, una vez que conseguimos poner a Selina fuera de peligro, yo tomé una decisión y se la comuniqué únicamente a Diana.

-Voy a alejar a Mar'i del mundo de los héroes-Dije yo a mi compañera.

-¿Qué? No puedes estar hablando en serio. Está en su sangre-Dijo Diana escandalizada.

-Mira lo que ha sucedido. También la tienen ubicada en la Torre T. Necesito alejarla de cualquier cosa relacionada con los héroes si es que aspiro a protegerla. No puedo dejar a mi hija en un lugar donde puedan encontrarla con tanta facilidad-Le dije yo quitándome la máscara.

-¿Qué planeas hacer? ¿Prohibirle que nos visite? ¿Prohibirle que pelee? ¿Intentar hacerla pasar por una niña común hasta que ella misma se lo crea?

-Eso es justamente lo que planeo hacer.

-¿Y qué vas a hacer si algo sucede? ¿No debería saber defenderse al menos? Tú nunca eres así. Tú mismo entrenaste a Dick, Jason, Tim y Damian-Me dijo aún más confundida.

-Escucha. Si hubiera podido decidir, hubiera mantenido a todos los chicos lejos de la vida de vigilantes. Los cuatro han muerto de alguna u otra manera, y no puedo tomar ese riesgo con Mar'i. Tengo la oportunidad de hacer las cosas bien desde el principio, y eso haré. No dejaré a mi hija meterse en esto-Dije.

-¿Entonces vas a hacerla pasar como un humano normal?

-Exacto. Encontraré la manera de esconder el color de sus ojos, le enseñaré a no usar sus poderes en público, y trataré de enseñarle únicamente maneras humanas. Creo que no dejaré que la familia de Starfire trate con ella-Dije yo mientras comenzaba a alejarme.

-¿Crees que esto es lo que ella hubiera querido para su hija?

-Ella quería que estuviera sana y salva, y eso es lo que haré. Creo que ella entendería mis motivos.

-Espero que sí-Me dijo, y finalmente me alejé.

Diana visitó mi casa muy seguido por muchos años, al igual que otros miembros de la Liga de la Justicia. Todos extrañaban a mi pequeña, y venían a visitarla. Pero nunca la dejé usar sus poderes fuera de nuestra casa. La enseñé a controlarlos como pude, a pesar de los daños materiales que eso causó, y aunque nunca pude averiguar cuáles eran sus limitaciones o sus alcances, siempre le dije que se mantuviera dentro de cierto rango para evitar problemas, y así mi niña había crecido sana y salva, o por lo menos hasta ahora. Y por esa niña estaba dispuesto a romper mi única regla, e ir más lejos si era necesario.

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