Capítulo 33: Quería protegerte...

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Mar'i

Fue un horriblemente silencioso camino de regreso a casa. Solamente escuchaba la respiración pesada de Bruce, una y otra vez, mientras por dentro intentaba pensar en alguna manera de defenderme, de pensar en cómo arreglar todo, pero era imposible. Ya sabían lo que habíamos hecho. Estábamos perdidos.

Una vez en la casa Bruce me ordenó inmediatamente subir a mi habitación y me ordenó ponerme ropa normal. Jason, Tim, Barbara y Alfred estaban mirándome intentando entender lo que sucedía, y me imaginé que Bruce no les había dicho nada aún. De cualquier manera, yo tampoco iba a ser quien les dijera. Tarde o temprano se iban a enterar porque estaba segura de que mi padre no iba a tener un tono de voz bajo.

Después de que me cambié, Bruce me llamó a la biblioteca y azotó la puerta, dejando grietas en el marco y el muro alrededor. Incluso algunos libros se cayeron de su estante. Estaba en silencio, resoplando y respirando con pesadez. De pronto, golpeó una de las paredes dejando un agujero en ella.

-¿Desde cuándo?-Preguntó. Parecía un toro a punto de embestir a alguien.

-Desde que tengo trece años.

-¡No tenías permitido vigilar y me desobedeciste! ¡Era la única regla que te puse, Mar'i! ¡Nada de luchas!-Gritó furioso. No dije nada.

-Y Raven sospechaba que sus hijos ocultaban algo. Y Roy Harper sospechaba porque Lian siempre tenía que fabricar flechas. Y Cyborg sospechaba porque sus cosas desaparecían. Y nunca quise escucharlos "porque mi niña nunca me desobedecería de esa manera"-Gritó enojado, golpeando un muro. Más libros al suelo.

-¿Qué esperabas que pasara? ¿Que me quedara aquí de por vida viéndote luchar? ¿Que te escuchara hablar del mundo de los héroes sin que yo quisiera entrar? Eso no iba a pasar. Entrené antes de salir al mundo, Bruce. Me preparé y entrené para estar lista.

-¡El entrenamiento no basta! No eres tan fuerte como tú crees, así que no estás preparada para luchar. Tienes que conocer tus debilidades para poner un pie ahí afuera usando una máscara, y claramente tú no las conoces.

-¡Nunca me preparaste para eso así que lo hice por mí misma! ¿Recuerdas qué fue lo que dijeron aquel día en la Torre T cuando usaba el traje de mi mamá? Dijiste, tú en específico, que mi destino era ser una heroína. Dijiste que yo podría ser como ella, como mi madre-Dije yo apretando los puños.

-¡Todavía no estás lista para eso!-Exclamó Bruce.

-¿¡Y cuándo lo voy a estar?! ¿Cuando tenga cincuenta años? ¿Cuando te maten y no haya nadie que pueda defenderme? ¡Soy fuerte! ¡Soy poderosa! Puedo protegerme allá afuera-Dijo Mar'i.

-¡Tú no sabes eso! ¡Sólo has peleado con humanos estúpidos! ¡Mira como te fue por pelear contra Slade!-Exclamó Bruce. Se arrancó la camisa dejando ver todas las cicatrices que se había hecho desde que inició su carrera de Batman. Quise apartar la mirada pero Bruce me tomó por los hombros forzándome a verlo.

-¡Mírame, Mar'i! ¡Mira esto! Esta es la verdadera cara de los héroes. Lo que va debajo de la capa, lo que no mostramos al mundo. Hemos tenido cientos de bajas. He visto a mis amigos morir, sufrir, o perder a alguien amado en esta guerra. Hay gente ahí afuera que daría cualquier cosa con tal de hacerme daño. Si la gente supiera de tu conexión conmigo no estarías viva ahora, Mar'i. Tú crees que estás lista para el mundo de los héroes pero es más que simplemente revolotear por la ciudad y salvar tiendas. ¡Es mucho peor!

-¿Esperas que aprenda algo de eso escondida en mi cuarto viendo las noticias? ¿Sin usar lo único que me queda de mi madre? ¿Mis poderes? ¡Tú solamente me tratas como si fuera una muñeca de cristal!

-¡Intento mantenerte segura! ¿Quieres acabar como Jason? ¿Como Tim? ¿Como Damian? ¿Quieres morir, Mar'i?-Gritó.

-¡No!

-¡Por eso es que te cuido, maldición! Por eso es que disfrazo tus ojos para que se vean normales. Por eso es que te pedí que te comportaras como una humana. Por eso es que llevo años impidiendo que la familia de tu madre venga a verte-Dijo él. Puso cara de arrepentirse de sus palabras por unos segundos, pero yo ya estaba enfurecida. Sentí que la rabia me llenaba.

-¿Me ocultaste de mi familia tamaraniana? ¿Sabías que Blackfire entró a rehabilitación solamente para poder conocerme? ¿Sabías que ella o Galfore pudieron haberme enseñado a manejar mis poderes? Me mentiste. Me dijiste que ellos no venían porque estaban ocupados-Dije llena de ira.

-¡Quería protegerte! No quería que tu identidad real se supiera. Quería que te perdieras entre la multitud para que Slade no pudiera encontrarte nunca. Llevo dieciocho años intentando mantenerte a salvo, intentando encontrar tus debilidades para poder mantenerte segura a ti, e incluso a los que te rodean. Hasta tu madre tenía debilidades. No eres tan poderosa como te imaginas, Mar'i. Y tienes que entender eso de una maldita vez-Me dijo Bruce.

Salió de la habitación y volvió unos segundos después sosteniendo tanto mi comunicador como mi traje de Nightstar. Me miró fijamente y caminó hacia la chimenea encendida del cuarto.

-¡Hago esto por tu bien! ¿¡Entiendes?!-Gritó.

-¿Qué haces, Bruce?-Pregunté.

-Lo necesario-Dijo, y entonces lanzó mi uniforme a las llamas.

-¡No!-Grité yo mientras observaba el fuego consumiendo la tela.

Ser Nightstar era para mí mucho más que desafiar las reglas de mi padre. Ser Nightstar representaba para mí lo que mi madre quería que fuera. Quería mostrarle a mi madre, y a mi verdadero padre, que podía estar a la altura de lo que alguna vez ellos habían sido. Y ahora todo estaba perdido.

Intenté meter mis manos al fuego para tomarlos, intentando salvar lo que se pudiera, pero Bruce inmediatamente me empujó para evitar que lo hiciera y yo trastabillé. Caí al suelo y me golpeé contra las patas de su escritorio. Bruce palideció e intentó acercarse a mí.

-Mar'i, yo...

-¡No! ¡Mantente lejos de mí! ¡Cruzaste la única línea que te diferenciaba de Batman! ¡La cruzaste!-Grité yo.

Usé mi fuerza para apartarlo y metí mis manos al fuego para sacar mis muñequeras, aquel regalo de la Mujer Maravilla que sería lo único que sobreviviría. Me las puse y abandoné el cuarto, aunque Bruce llamaba mi nombre a gritos suplicando que volviera.

Alfred, Barbara, Damian, Jason y Tim me esperaban afuera de la habitación. Apreté los dientes en cuanto lo vi.

-¿Mar'i? ¿Estás bi...?-Comenzó Damian, pero le disparé un starbolt que lo hizo salir disparado hacia el otro lado de la casa.

-¡Me vendiste! ¡Nadie más sabía que estábamos ahí además de ti!-Le grité mientras comenzaba a llorar. No dejé de disparar-¡Haz algo! ¡Defiéndete!

-No quiero pelear contigo-Dijo Damian sin siquiera alzar las manos. Él sabía que se lo merecía.

-¡Destruiste lo que más valoraba en el mundo! ¡Los Descendientes eran lo único que me hacía menos miserable! ¡Y acabaste con eso!-Grité mientras le lanzaba un rayo con cada sílaba de mi última frase.

-¡Era por tu bien! ¡Te hirieron, Mar'i! Y mi deber es protegerte. Se lo prometí a tu madre.

-¡Nunca te ha interesado protegerme! ¡Me has odiado toda tu vida y solamente querías que me fuera de ella! ¡Por eso juegas con mis sentimientos! Bien. Conseguiste lo que querías. Te quiero fuera de mi vida.

Me encerré en mi cuarto y cerré la puerta. Incluso acomodé algunos muebles frente a ésta para evitar que alguien entrara. Inmediatamente Jason, Barbara y Tim comenzaron a golpearla.

-Abre la puerta por favor, pequeña. No vamos a gritarte-Me suplicó Tim mientras tocaba, pero yo no tenía ninguna intención de abrirle la puerta a nadie.

Miré mi ventana y tomé mi celular para mandarle un mensaje a Dick Grayson. Acto seguido, abandoné la mansión Wayne.

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