Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|

06

¿Qué debería hacer?

¿Qué debería hacer Kamukura ante una situación como esta?

Es la primera vez que presencia el celo de un omega, jamás había olido y visto a uno. Es extraño y fascinante a la vez, en como el aroma a vainilla ha aumentado puede sentir como su lado alfa ha empezado a gruñir inquieto y deseoso por hacer suyo al pequeño omega, quien está mordiendo su labio con fuerza para que sus gemidos no se escuchen, también puede oler el presemen, el cual desciende por las delgadas piernas.

El rojo atina a observar como Komaeda gime, se retuerce y jadea en busca de un alfa. Está acostado en el suelo, dándole la espalda, aún, amarrado y mueve las caderas de adelante hacia atrás, solloza por no tener nada en su entrada y mueve las manos, tiene que masturbarse.

—Kamukura —gime sollozando—. Por favor, desátame.

—Razón.

— ¡No seas ridículo! — Está molesto— ¡Necesito....necesito....solo hazlo!

—La vista es agradable —comenta acercándose un poco.

—Por favor —lloriquea—. Me duele.

Al haber estado cinco meses sin su celo y que aparezca así por así, Komaeda está experimentando un gran dolor en su entrada.

—Tan malo es —sigue estudiando el celo del omega.

— ¡Claro que sí!

Silencio por parte del contrario.

—Kamu-ngh...por favor, no...no aguanto —vuelve a lloriquear y junta las piernas para moverlas tratando de rozar su erecto miembro—. Ah, aahh.

—Haciendo algo como esto —se acerca más y se pone de cuclillas—. Realmente, que inconsciente.

Komaeda muerde su labio, algunos mechones de su cabello están pegados a su frente debido al sudor y se asusta cuando siente como el alfa le alza la falda del traje.

—Sabes, Komaeda Nagito —caricia con lentitud el trasero del mencionado—. Me parece algo enigmático que tu celo haya llegado justo después que tuviste contacto conmigo —juega con el elástico de la braga y el omega se retuerce gimiendo— ¿Acaso buscas seducirme con tu olor?

— ¡No! ¡No controlo mi celo! — Alza la voz asustado por lo que el alfa le puede hacer.

Está tan expuesto.

—Sé que no lo controlas —menciona en tono ronco—. Y sé que soy el causante —hace que se dé la vuelta y el gris se encuentra con el rojo—. Por eso, debo hacerme cargo.

Niega con la cabeza.

—No, por favor —murmura con miedo—. Kamukura, por favor, deme un supresor....

—No —está decidido.

—No quiero hacerlo —baja la mirada—. Por favor, sé que Kamukura no es esa clase de alfa.

Guarda silencio.

—Cómo lo sabes —agarra de los hombros al omega y lo hace sentar contra la pared—. Cómo no sabes que te he estado mintiendo.

Tiene razón, Komaeda sabe que tiene razón.

—Por favor —lágrimas se le acumulan en los ojos—. No hagas que tenga un mal con...

—No me importa lo que pienses de mí —confiesa acercando su rostro—. En estos momentos, eres un omega en celo y yo un alfa que quiere follarte.

Se sonroja.

—Kamukura no querrá ensuciarse con alguien como yo —baja la mirada y su semblante es serio—. Kamukura merece un buen omega, un omega que no esté defectuoso.