Mal.
Algo está mal en el omega. Son las doce de la noche y el calor debido al celo no ha disminuido, al contrario ha aumentado y no deja de retorcerse en la cama gimiendo, y masturbandose sin parar. No lo entiende, ha tomado los supresores, su celo tiene que estar más calmado, no tiene por qué estar así.
—No puedo más —lloriquea sintiendo como su entrada vuelve a dilatarse y esconde su rostro contra una almohada para soltar sus llantos de dolor.
Le duele, quema y desgarra.
Unos golpes interrumpen sus lamentos.
— ¡Vete! — Grita sorbiendo la nariz.
—Que aburrido —dice Kamukura desde afuera—. Tu lamento se escucha hasta la cocina.
— ¡Déjame!
Que el alfa esté detrás de la puerta no ayuda al albino.
—Los supresores no han ayudado.
— ¡Lo sé! — Mira con rencor la caja y la tira al suelo, está molesto y frustrado— ¡Pero, qué haces! — Exclama horrorizado cuando ha entrado al dormitorio— ¡No! ¡Solo....aahh —calla cuando su vientre esta que le oprime y siente como el azabache se sienta a su costado.
—Kamukura, vete, por favor.
Gime bajito y el contrario reposa sus manos encima de las mejillas adornadas con carmín.
—Me necesitas —niega llorando—. Deja de ser terco, Komaeda Nagito.
—No quiero —murmura triste—. No quiero, no quiero.
—Estás haciéndote daño.
—No importa —limpia las lágrimas con sus pulgares.
—Sabes que puedo.... —niega asustado—,....prometo ser gentil.
Desvía la mirada del rojo y encoge los hombros. No sabe qué hacer, en estos momentos, tiene muchas emociones en su ser.
—Por qué quieres estar con un omega como yo —pregunta sin entender—. No soy atractivo, mi físico es....
—Eres un omega irresistible en realidad —confiesa Kamukura con su típico tono—. Tu desprecio hace que no lo puedas ver, que aburrido, eres tan molesto.
Komaeda está por decirle que lo suelte, pero su vientre vuelve a oprimirse y termina gimiendo.
—Komaeda, necesito tu aprobación.
Niega, golpea las manos del azabache y retrocede para abrazar sus piernas.
—Que aburrido —dice poniéndose de pie y comienza a caminar hacia la salida.
—Espera —murmura sabiendo que lo escuchará—. Espera, Kamukura.
El alfa lo mira por encima de su hombro.
—En un mundo como este —dice el albino mirando a través de la ventana—. Consumido por la desesperación, las probabilidades que yo pueda encontrar pétalos de rosa, velas y música romántica —Kamukura sabe hacia donde está yendo—. Son escasas, ¿verdad?
—Así es —responde con sinceridad.
El omega sabe que va a arrepentirse, que se va a odiar más de lo que lo hace; pero no tiene otra opción, al fin y al cabo va a tener que perder su virginidad. Así que, prefiere que sea con este alfa en esta forma a que sea con otro, quizás, un día su celo puede llegar cuando está en la calle y un alfa lo viole. Por lo que, no tiene de otra.
—Bien —acepta sintiéndose asqueroso—. Kamukura, hazte cargo de mí.
El azabache asiente, ha ganado, siempre gana. Sus resultados jamás fallan, sabía que de una u otra manera Komaeda iba terminar debajo de sus sábanas, gritando su nombre y suplicando por más.
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Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|
FanfictionKamukura Izuru quiere comprobar cuál de los, la esperanza o la desesperación, es lo más impredecible para él. Sin embargo, el alfa de larga cabellera oscura se dará cuenta de que lo único impredecible es el amor que siente y recibe por del omega: K...