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Kamukura apaga la luz del dormitorio, avanza con lentitud hasta la cama, se acuesta en ella y rodea la cintura de su omega con el brazo derecho. Suelta un pesado suspiro al no recibir nada, ni siquiera el que le devuelva el gesto, acerca los labios hasta la nuca y deposita un dulce beso para susurrar:

—Te amo mucho, Nagito —silencio—. Nunca lo olvides, ¿sí?

No responde.

Ha pasado un día desde que le dio la noticia sobre la modificación del programa y el tema de Hinata Hajime, a partir de esa tarde Komaeda ha estado ignorando su presencia; no le habla, no lo mira, come con una expresión de seriedad y cada vez que trata de sacar un tema de conversación el contrario solo se acuesta para fingir dormir.

—Mañana es nuestro último día, pequeño omega —aspira la vainilla con fuerza—. Después, iremos con Togami —no se mueve—. Nagito, no quiero que estemos así.

El gris observa fijamente algún punto del oscuro lugar, parpadea para que las lágrimas salgan y muerde el labio inferior.

No quiere irse.

Pero, no importa qué diga, el alfa ya ha tomado la decisión de hacer que se separen.

—Estaba pensando que podíamos tener una cita —habla acariciando los mechones blancos—. Puedo arreglar la sala de cine y...

Calla al oler la tristeza de su pareja.

—Perdón, pequeño omega —lo abraza más—. Sé que estás sufriendo, pero, por favor, entiende que lo hago porque prefiero a que vivas, aunque no sea conmigo, a que dejes este mundo —intenta hacer que se dé la vuelta—. Deseo que tengas una vida llena de felicidad que formes una manada.

Komaeda llora en silencio, niega varias veces y siente como el corazón le duele tanto que quiere sacarlo. Por más que comprenda el egoísmo de Kamukura por mantenerlo con vida, la sola idea de vivir sin estar a su lado lo asusta, prefiere morir, simplemente prefiere irse de este mundo. No tiene sentido si no puede estar con la persona que más ama, entonces, ¿para qué seguir respirando? ¿Por qué el azabache no puede entender que su vida es él?

Vivir.

Morir.

Nunca pensó que serían temas de gran complejidad, siempre vio la vida como algo pasajero debido a su enfermedad, la muerte no lo asustaba porque nadie sufriría, lloraría por su persona; ahora, es diferente. Una parte del albino quiere morir al saber que no estará con Kamukura, pero otra parte sabe que si lo hace este es capaz de seguirlo (como dijo) y la idea de que haga algo tan horrible solo por su persona hace que no tenga más opción que mantenerse con vida. Está entre la espada y la pared, no quiere ser arrogante y demostrar que la Esperanza Definitiva lo ama tanto que es capaz de solo quitarse el respirar a causa de su trágico destino; no sería justo para el futuro de la humanidad debido a que tiene el conocimiento de que Kamukura puede acabar con la desesperación, solo que no quiere es muy distinto.

—Nagito, por favor —ruega sintiendo su tristeza por la marca—. Entiende, lo hago porque tu felicidad, tu futuro —besa su hombro con ternura—. No quiero que mueras. Estaré en paz sabiendo que pude salvarte.

El llanto se hace escuchar.

—Es duro, lo sé —logra darle la vuelta y su corazón se rompe al ver el gris tan infeliz—. Nagito, perdóname, en serio.

Limpia las lágrimas con lentitud, desprende feromonas de protección, besa las coloradas mejillas una y otra vez, trata de calmarlo.

—N-no es justo —murmura aspirando el café— ¡No es justo!

Lo abraza para sentir como su camisa está mojada.

— ¡No es justo! ¡No es justo!

Repite golpeando el pecho del de ojos rojos, quien no tolera escuchar el sufrimiento de su pareja.

—Lo sé, lo sé —besa la esponja cabellera—. Pero, la vida nunca es justa, pequeño omega —los golpes se hacen débiles—. Todos, al final, pagamos un precio.

Sorbe la nariz, hipea con rapidez y se aparta un poco para respirar con fuerza.

—La mía es dejarte —besa su nariz—. Dejarte con Hinata Ha...

— ¡No! ¡No lo menciones!

Grita sintiendo como la garganta le arde.

— ¡No voy a estar con esa mierda! ¡No pidas que busque una vida con él!

Kamukura aprieta los labios, sabe que será difícil convencer al contrario para que acepte estar con su antiguo yo.

100% de compatibilidad.

Aquel resultado no ha hecho más que atormentar sus días y noches.

0% de compatibilidad.

Es imposible, difícil de creer debido a que si fuera cierto Komaeda no lo amaría tanto.

¿Cuál es la diferencia de amar por los momentos y amar por una conexión?

No quiere usar su análisis, solo terminará con más heridas y no sería justo para Komaeda el que esté dudando sobre sus sentimientos.

La compatibilidad puede irse a la mierda.

Ama a Komaeda Nagito.

Es lo único que debe interesar.

—No voy a estar tranquilo si no prometes que...

— ¡No! ¡No me obligues a hacerlo!

Pide con desesperación y niega asustado.

—No me pidas a tratar de sentir algo por él —murmura en voz baja—. Por favor, no quiero llevar ese peso.

—Nagito —aparta algunos cabellos color nieve—. Sabes que jamás te pediría algo que termine haciéndote daño, lo sabes.

Asiente sollozando.

—Tienes que confiar en mí, pequeño omega. Es lo mejor para los dos —acaricia la mejilla derecha—. Te voy a extrañar mucho.

Komaeda termina abrazándolo con fuerza y llora pidiendo que no lo deje.

— ¡Quédate! ¡Quédate, Izuru! — Su vista se le nubla— ¡No te vayas! ¡Por favor! ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Izuru!

Cierra los ojos al sentir como sus mejillas se mojan.

El Kamukura Izuru de hace varios meses atrás se hubiera burlado de él.

—Perdóname, Nagito —susurra, igual, sintiéndose débil—. Te amo demasiado.

Las horas pasan con lentitud, la respiración del omega está más calmada, sus manos están apretando con fuerza la camisa del contrario, tiene el rostro hundido en su cuello y ronronea al sentir como aspira su aroma.

—Izuru —lo llama acercándose más—. Vayamos al cine mañana.

El pecho del mencionado se oprime.

¿Ha aceptado?

—Después, caminamos por uno de los parques —comenta entrelazando las piernas de ambos—. También, quiero ver el atardecer en aquel edificio —alza la mirada para observar con nostalgia e impotencia—. Y...por favor... —está rojo hasta las orejas—,...hazme el amor hasta olvidarme de este dolor.

Kamukura asiente tratando de no pensar en el desagradable sentimiento, el cual recorre todo su ser. Cierra los ojos disfrutando de las caricias de su omega y acepta el beso que le brinda con timidez haciendo que no se de cuenta que, en realidad, el albino ha pensado en una forma para no ir con la Fundación del Futuro.

Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora