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Vuelve a tocar la puerta con lentitud y nervios, sus labios forman una mueca de tristeza al recibir un gruñido de molestia, el gris se cristaliza y el corazón empieza a oprimirle. Cierra la boca, al no saber qué más decir, ha intentado varios métodos para que Kamukura le abre y permita estar a su lado; pero no importa qué haga, el contrario no quiere verlo, y esto en cierta parte le hiere porque sabe que piensa que tiene la idea errónea sobre que le ha sido infiel.

—I-Izuru —habla sin tener más opción—. Por favor....abreme...déjame explicarte, ¿sí?

Gruñido.

—I-Izuru, por favor —apoya la frente en la madera—. Déjame explicarte —ruega por novena vez—. Por favor, sabes que...

El aroma debido al celo del alfa hace que trague saliva con dificultad. No solo debe luchar con las ganas de querer llorar sino, también, con su lado omega, el cual está ansioso y desesperado por cumplirle a su pareja.

—I-Izuru...

Murmura cerrando los ojos y muerde su labio inferior con impotencia.

—Por favor...quiero estar contigo...

Se traga un sollozo, toca varias veces, de nuevo, sin tener más ideas, los gruñidos ya no se escuchan, solo el golpe de sus nudillos contra la madera.

—Komaeda. Para.

Ordena alzando la voz.

—I-Izuru...

Puede sentir la rabia del mencionado. La marca le pica y lleva esa mano a aquella parte sin darse cuenta.

—No quiero hablar. No hoy.

Es la primera vez que le habla de una forma tan fría, distante y aburrida.

—P-pero...

Rugido.

Da un paso hacia atrás.

—Izu...

Otro rugido, esta vez es uno de advertencia; aún así, no quiere darse por vencido.

—Déjame...

— ¡Komaeda! ¡Largo!

Empieza a temblar, retrocede más, el gris no deja de mirar, dolido, la madera color almendra, la garganta le arde y niega varias veces.

—N-no...no dejaré que pienses que...

Lárgate. Ahora.

Inmediatamente, deja de respirar, escucha los latidos apresurados de su corazón, las piernas le tiemblan al igual que los labios, la mirada se le nubla por completo y siente la bilis subir por su garganta. Le cuesta formular palabras en la mente para que salgan por su boca, balbucea sin poder creer lo que ha pasado, no, lo que ha hecho Kamukura.

Él. Kamukura. Su alfa. Acaba de usar la voz.

Le cuesta creerlo, aceptarlo.

—I-Izuru...

Apenas ha podido hablar, apenas si puede mantenerse de pie.

—I-Izuru —las lágrimas descienden con salvajismo—. I-Izuru...por favor...s-sabes que... —la cabeza le pesa—,...que te amo demasiado.

Silencio.

—Te amo mucho, Izuru.

Se tambalea sin saber donde apoyarse.

—Eres él único....el único alfa que amo con todo mi ser...I-Izu...

Observa como el suelo está más cerca, cierra los ojos para esperar el impacto, el cual no llega; al contrario, siente como lo agarran con delicadeza y su nariz choca con el tonificado pecho del azabache, quien había predecido que el omega iba a empezar a desmayarse, no solo por haber usado la voz sino, también, porque su enfermedad mental ha regresado.

Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora