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Muerde el labio inferior por tercera vez, el sonido de la cadena chocando con el suelo es lo único que se oye en la sala, alza la mirada para observar la hora y no puede no preocuparse al notar que han pasado tres horas desde la última vez que vio a Kamukura.

La angustia se refleja en el suspiro que suelta y regresa a morder su labio.

Realmente, no quiso desobedecer al alfa, es lo último que haría, pero en serio quería verlo. En estos días, no han tenido tanto tiempo juntos, apenas si han intercambiado una que otra caricia, Komaeda está ocupado con el juego de los Guerreros de la Esperanza y el azabache se encuentra ocupado con sus cosas, las cuales no quiere compartir con el contrario y este lo entiende. No es nadie como para saber lo que el alfa hace, es solo un omega con quien pase el tiempo y listo, no es nada importante, es una basura insignificante.

—Izuru —murmura acostando su cuerpo en el sofá y se queda mirando un punto fijo de la pequeña mesa del centro del lugar.

Es raro, muy raro el sentimiento que se hace presente en todo su ser cuando tiene cerca al azabache. Es cálido, dulce y hace que esté tranquilo, pero a la vez es inquietante, molesto y lo asusta.

No sabe qué sucede con su persona, por qué la dependencia por el alfa ha crecido tanto; a pesar de que lo piensa una y otra vez no llega a ninguna respuesta en específico.

¿Qué le está pasando al suertudo de preparatoria?

¿Realmente ha dejado que su lado omega domine los instintos humanos o hay algo más?

¿Qué es lo que siente por Kamukura Izuru en realidad? ¿Es solo atracción o ha llegado a tomarle cariño?

—Cariño —susurra con las mejillas rojas—. No, no, no puedo.....yo....eso es.....

Sacude la cabeza de un lado hacia el otro e infla las mejillas signo de frustración.

Komaeda siente como la garganta le comienza arder, la vista se le nubla y lleva la mano con el guante hacia la zona en la que está el corazón, el cual ha empezado a latir de una forma apresurada y se incorpora para sentarse.

Necesita tomar aire, las paredes de la sala parecen que quieren aplastarlo y la cabeza le da vueltas, en cualquier minuto va a tener una especie de ataque. Al temblarle las piernas le es difícil caminar hacia la puerta principal, tiene que apoyar el cuerpo en la pared y siente la bilis subir por la garganta.

Simplemente, no puede aceptar la idea de lo que ha llegado a descubrir por Kamukura Izuru, lo que siente por él, por la Esperanza Definitiva de Preparatoria es algo que no puede saber jamás.

Va a reprimir los sentimientos, sabe que no va a ser correspondido.

¿Cuándo sucedió?

¿Desde que lo vio? ¿Cuando lo cuidó y preocupó por su persona? ¿La forma en cómo lo mira cada vez que están juntos en forma carnal?

Ambos desean que el alfa pueda quererlo igual hasta incluso más, pero la realidad es otra. El azabache no puede sentir, no fue creado para aquello sino para ser alguien frío, calculador, manipulador y cruel. El de ojos grises no sabe si va a poder ver la cara del contrario, es decir, cómo hacerlo sin ignorar los latidos del corazón, de su ser, de su todo.

El estómago se le comprime y las mejillas le arden, al oler el aroma del de ojos rojos.

Ha llegado.

Kamukura sabe que algo anda mal en el omega cuando ve cómo está apoyado en la pared de la entrada de la sala, tiene la respiración agitada sino fuera porque el vainilla está igual hubiera pensando que ha entrado en celo.

Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora