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Diferente.

Monaka nota una pizca diferente en servant, hay como una especie de aura tranquilizadora a su alrededor, frunce el ceño con molestia al reconocer el aroma a café, quiere vomitar y arruga la nariz al observar como el gris está que brilla. Sin duda, ha pasado algo entre aquel asqueroso alfa de larga cabellera y el albino, quien hace unos minutos atrás se había despedido.

¿Si está sorprendida?

No.

El alfa hembra sabía que este momento llegaría, servant no iba a quedarse para siempre con ella, tiene tareas que cumplir como remitente.

— ¿A dónde irás, ahora?

Cuestiona en tono aburrido.

— ¿Hay otra persona que puede darte la absoluta esperanza?

Desvía la mirada con incomodidad.

—No me digas que..... —es lista, lo ha entendido—,.....te irás con ese alfa —ríe con burla— ¡No puede ser! ¡Realmente te ha engañado!

—No es así —aprieta las manos en forma de puño—. Él de verdad quiere estar conmigo.

Rueda los ojos con diversión.

— ¿Te pidió matrimonio o qué?

No le gusta que hablen mal de Kamukura, más cuando ni lo conocen. Nadie puede hablar mal de su alfa, absolutamente nadie.

—Me marcó —responde con impotencia y traga saliva al sentir el aura molesta de la niña—. Vamos a formar una manada.

— ¡QUÉ!

Gruñe poniéndose de pie y avanza a paso rápido, el verde transmite ira y jala la cadena con fuerza, provocando un gemido de dolor.

— ¡Cómo pudiste ser tan estúpido! — Está roja de la ira— ¡Vas a dejar que te preñe! ¡Idiota! ¡Te abandonará!

—Monaka.....suéltame, por favor —pode con una mueca de incomodidad—. Entiendo que....

— ¡Cállate! — Suelta la cadena y lo empuja— ¡Eres igual que ellos! ¡Prometiste que ibas a estar conmigo! — La pequeña niña parpadea para no llorar—. Jamás te importe.....solo.....solo me usaste como todos......creí en ti, Komaeda....pensé que serías el hermano que....

La voz se le quiebra y el omega quiere abrazarla, pero no sabe cómo reaccionara.

—Monaka, yo....

— ¡Lárgate! — Gruñe limpiando las lágrimas con fuerza— ¡Lárgate de una maldita vez! ¡Vete! ¡No te quiero volver a ver!

Komaeda desprende feromonas de tristeza, no quería terminar de esta forma con la niña de cabello verde, deseaba poder despedirse de una buena manera, tal vez con un abrazo cálido hasta palabras de reencuentro. Sabiendo que es una mala idea, abandona la sala con un desagradable sentimiento en el pecho, aúlla con pesar y parpadea varias veces al darse cuenta que quiere llorar.

—Pequeño omega —dice aquella voz una vez que ha salido de la Guarida de los Guerreros de la Esperanza.

—Izuru —murmura con la voz quebrada y corre abrazarlo—. Izuru.

—Que aburrido —sabe que ha pasado, su análisis arrojó que era una mala idea en que el omega venga—. Te dije...

— ¡No quiero oírlo!

Chilla separándose con brusquedad y las lágrimas descienden. Se siente extraño, no sabe por qué le ha afectado el trato que le dio Monaka ni por qué el alfa no puede ser más cariñoso.

Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora