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Los alfa se ponen nerviosos tras el aroma de enojo que el jefe alfa de aquella guarida, la cual han construido, ha comenzado a desprender. No puede creer lo cuan incompetentes pueden llegar hacer respecto al tema de encontrar a aquel alfa, quien mató a tres de sus mejores hombres, y al omega de aroma a vainilla que hace que cualquiera alfa pierda el autocontrol.

—Pueden repetir —dice en tono amargo—. Por qué es que no los han encontrado.

—Hemos hecho todo lo posible —menciona uno dando un paso al frente—. Pero, aquel alfa deja rastros de su aroma en varias partes.

—Y no podemos olfatear al omega.

—Creemos que el alfa ha hecho algo para no sentir más la vainilla.

El jefe alfa mira a los subordinados por encima de su hombro derecho y estos sudán al sentir la intimidante mirada.

— ¿En serio? — Hay ironía en el tono—. Es una increíble suposición, Rin.

El mencionado desvía la mirada.

—Una increíble suposición —regresa la mirada hacia los betas y omegas que están comiendo.

—Señor, con todo respeto —dice un alfa de cabello rojo—. Debo decir que es mejor dejar de buscar a ese alfa y omega —gira sobre los talones para avanzar hasta él—. Es decir, hay que enfocarnos en rescatar a los adultos que siguen afuera y.....

— ¿Estás hablando que no me preocupo por los demás adultos?

Interrumpe quedando frente al alfa que ha estado hablando y este encoge los hombros por la intimidación.

— ¿Estás diciendo que deje que un tipo mate a mis hombres, a ustedes, porque quiere?

—Señor, estamos seguros que Fukushima intentó hacerle algo al omega de ese alfa.

Gira el rostro hacia el alfa pequeño que ha hablado.

—Pueda que sea cierto —conocía bien a su mano derecha—. Aún así, no es motivo para que haya dejado partes de sus cuerpos esparcidos.

El silencio es interrumpido por el grito de un alfa, quien viene corriendo hacia el jefe.

— ¡Señor, mire!

Le entrega una nota.

Los demás están intrigados al ver como el jefe arruga la nota con ira para tirarla hacia cualquier parte del lugar y gruñir. Rin recoge la nota y la lee, los ojos de todos los alfas se agrandan y se miran entre ellos.

—Ese maldito —escuchan al jefe gruñir con más fuerza.

—Señor, repito lo mejor es que los dejemos de una vez.

—La amenaza es clara nos va a matar si seguimos molestando.

—Hay que enfocarnos en...

— ¡A callar!

Ruge mirando a cada uno.

Necesita pensar, tiene que hacer algo para encontrar a ese alfa y en especial al omega.

—Cada persona tiene una debilidad —dice el jefe sonriendo ante una idea—. Una fortaleza, una felicidad, una tristeza —los alfas no entienden—. Incluso un precio.

— ¿Señor? — Cuestiona el alfa pequeño confundido.

—De acuerdo —murmura para sí y aclara la garganta—. Rin y Yuri vienen conmigo —sonríe con malicia—. Hay un trabajo que realizar.

Y con aquellas últimas palabras, el jefe alfa sale acompañado junto con los dos alfas de la guarida de los adultos.

***

Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora