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No se mueve.

Komaeda no se mueve cuando el azabache está ingresando a paso lento, muy lento, el gris no deja de mirarlo con miedo, abre los labios y los cierra al no saber qué decir, tampoco sabe qué hacer. Por otro lado, Monaka está con el ceño fruncido, mira con asco al alfa frente suyo y cruza los brazos para alza la barbilla, mostrando superioridad.

—Que aburrido.

Su voz sale con normalidad.

La niña chasquea la lengua con molestia.

—Vámonos, Komaeda —dice en tono firme y lo toma del brazo derecho—. Komaeda, vamos.

Ordena, luego de que el nombrado no se ha movido.

El rojo observa fijamente al alfa hembra, gruñe enfadado, nadie más que él debe tocar al albino, por ende toma con fuerza el otro brazo y lo jala con brusquedad.

—No irá a ningún lado —demanda poniéndolo detrás suyo—. Su lugar es con su alfa.

Las mejillas del de ojos grises se prenden y el corazón le late con rapidez, siente que en cualquier momento va salirse de su pecho.

— ¡No es tu omega! — Chilla roja de la ira— ¡Es mío! ¡Es mi servant!

Kamukura gruñe.

Está empezando a cabrearse.

Monaka traga saliva al sentir el aroma amenazante del alfa mayor.

—Komaeda —lo busca con la mirada— ¿Vas a dejarme?

La forma en la que lo ha dicho hace que el omega se sienta mal.

Al final de cuentas, es solo una niña.

—Monaka —se pone al costado del azabache con cautela—. No voy a dejarte.

Al oír esas palabras, el desagradable sentimiento se presenta en el pecho de Kamukura.

—Que aburrido —desvía la mirada y frunce, ligeramente, el ceño.

¿Komaeda va a dejarlo?

¿Se va a ir con la pequeña alfa?

No quiere usar el análisis, en estos momentos, solo quiere que la niña de cabello verde se largue y no vuelva a molestarlos jamás.

—Entonces, vamos —infla las mejillas en forma de berrinche—. Vámonos, Komaeda.

Estira su mano para agarrar la mano tapada con el guante.

—Perdón —da un paso hacia atrás—. Monaka, no voy a ir contigo.

Parpadea confundida.

—Pero, dijiste…

—No porque no vaya contigo signifique que voy a dejarte —su tono es calmado—. Seguiré yendo a la guarida para continuar con los planes —Monaka aprieta las manos en forma de puño—. Nada va a cambiar.

— ¡No puedes quedarte con este! — Señala a Kamukura— ¡Solo te está usando! ¡Cuando se aburra de ti va a dejarte!

El azabache nota como el cuerpo del omega se tensa y sabe que está sintiéndose inseguro.

— ¡Komaeda! — Lo llama haciendo rabieta.

—Yo.... —está confundido, no sabe a quién creer—,....Monaka, yo.....

Calla.

Tiene miedo en decir algo erróneo.

Solo quiere estar solo y pensar la situación con detenimiento.

Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora