— ¡¿Por qué está aquí?!
Komaeda prácticamente le grita, una vez que están en el dormitorio.
— ¡No debería estar en la casa! — Camina de un lado a otro— ¡Pensé que estaba muerto! ¡No vivo!
Tiembla asustado, niega con la cabeza cuando los recuerdos de aquella noche vuelven y lleva sus manos a la boca debido a que ha empezado a soltar sollozos.
—Nagito, cálmate —no estaba en sus planes descubrir al asqueroso alfa—. Debes estar tranquilo para poder explicar.
— ¡No! ¡No! ¡No! — Llora sin poder controlarlo— ¡No lo quiero aquí! ¡No lo quiero aquí!
Repite sintiendo como el corazón le late con demasiada rapidez y empieza a respirar por la boca con exageración. Le está dando un ataque de pánico.
—Nagito —el rojo está atento a una posible crisis—. Trata de calmarte.
No puede.
Está sentado en la cama, respirando con desesperación y llorando con sufrimiento.
—Pequeño omega —se acerca hasta quedar al frente y se arrodilla para agarrar el mojado rostro—. Por favor, deja de llorar.
Niega cerrando los ojos.
—No va hacerte daño —el tono es seguro—. No va a escapar.
Aparta las manos y llora más fuerte. El pecho del alfa se oprime, se siente tan culpable, se supone que tiene que hacerlo feliz, luego de la pérdida de su cachorro, prometió hacer todo lo posible para que solo le dé aquellas dulces e inocentes sonrisas.
— ¡Mató a mi cachorro! — Grita con las manos temblando— ¡Mató a nuestro hijo, Izuru! — El gris lo mira con rabia— ¡Y tú! ¡Lo tienes en el sótano! ¡Con vida!
Extiende la mano para limpiar las lágrimas, pero recibe un golpe.
—N-no...me...toques —se ahoga con el llanto—. Vete, Kamukura. Lárgate.
—Na...
— ¡Que te largues! — Le tira las almohadas— ¡Cómo pudiste ocultarme que lo tenías!
Se pone de pie jalando los cabellos blancos.
—No soy el único que oculta cosas en la relación.
Reclama en la misma posición.
Komaeda frunce el ceño con más molestia, gruñe sin poder creerlo y le grita más al azabache, quien solo se dedica a escuchar en silencio.
— ¡Ojalá no te hubiera conocido!
Pronuncia sin pensarlo cerrando la puerta del baño con fuerza, se acuesta en el frío suelo y llora abrazando su vientre, murmurando palabras de autodesprecio. El azabache suelta un pesado suspiro, se pone de pie para dirigirse a la puerta y tocar, pero decide no hacerlo. Lo mejor es dejar que se calme, no va a querer oír ninguna palabra de su boca, es preferible que deje que se desahogue.
—Pequeño omega —dice sabiendo que lo escucha—. Te amo demasiado.
El llanto traspasa el baño, el alfa siente tristeza e impotencia, controla los impulsos de tirar la puerta para abrazar a su pareja y se sienta dando la espalda a la madera.
***
Se despierta al sentir una calidez envolviendo su delgado y pálido cuerpo, abre los ojos con pesadez, reconoce el techo del dormitorio, gira el rostro para encontrarse con el rojo vivo del alfa y se sonroja al tenerlo tan cerca.
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Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|
FanfictionKamukura Izuru quiere comprobar cuál de los, la esperanza o la desesperación, es lo más impredecible para él. Sin embargo, el alfa de larga cabellera oscura se dará cuenta de que lo único impredecible es el amor que siente y recibe por del omega: K...