23

6K 411 687
                                    

Grita lo más fuerte que puede, jala los brazos para tratar de librarse de las cadenas y patea la pared con rabia al no tener éxito. Apoya la frente en la baldosa y cierra los ojos al sentir cómo las lágrimas desean salir, muerde con fuerza el labio y reprime un sollozo; a pesar de que haya pasado poco tiempo en la pequeña prisión, unas dos horas como máximo, siente como si hubieran pasado un día. Gira el rostro para mirar la puerta de metal, traga saliva cuando la garganta empieza a quemarle y desciende con lentitud a través de la pared para llevar las piernas hacia su pecho, y esconde la cabeza entre ellas.

Tiene la esperanza de que Kamukura va entrar por aquella puerta, va a explicarle el porqué lo entregó y va a decirle que cometió un error, que lo ha extrañado, y que no puede vivir sin él. Sus labios forman una mueca al darse cuenta de que su esperanza es ridícula, por más que lo desee, imagine, con tanta intensidad, aquello no va a suceder. Se siente tan humillado, es decir, fue muy sincero con el alfa, los momentos que vivieron son una tortura en su mente y corazón, más en el último.

Quiere odiarlo, sabe que debe hacerlo, pero no puede.

Lo quiere.

Así de sencillo.

Así de cruel.

Aunque, trate de buscar una excusa al sentimiento, el cual ha descubierto, decirse que solo es su lado omega el que lo está confundiendo; aunque trate, busque u invente cualquier tema para ignorar el sonrojo en sus mejillas, el palpitar acelerado de su corazón, las feromonas de felicidad, las fantasías de un futuro juntos, aunque haga lo que sea, no funciona.

—Izuru —murmura aullando con tristeza—. Izuru.....—la voz se le quiebra—,..., ven, Izuru, ven…, por favor…, tengo miedo...

Termina llorando en silencio, abraza más sus piernas debido al frío que ha empezado a sentir y deja que el tiempo pase.

Al cabo de unos minutos, todo su cuerpo tiembla cuando escucha como la puerta se abre, limpia con brusquedad las lágrimas y mira con odio puro a aquella persona, quien lo secuestró y quiso abusar de su persona.

—No tienes por qué llorar —dice acercándose a paso lento—. No voy hacerte daño.

Haiji se pone de cuclillas frente al albino, extiende una mano y pasa sus dedos por las lágrimas secas.

— ¡No me toques!

Tira la cabeza hacia atrás y gruñe con asco.

—Eres muy revoltoso —acerca su rostro mientras sonríe—. Eso hace que quiera....

— ¡No me harás nada!

Alza la pierna para darle un buen golpe, pero no lo consigue. El alfa pone sus dos manos en ambas piernas, aprieta con fuerza estas y la sonrisa desaparece por completo, el aroma que desprende es de intimidación, los ojos están oscuros y el omega empieza a sudar por lo asustado que se encuentra; aún así, no va a bajar la mirada, no va a demostrar sumisión, va a luchar sin importar qué, no importa que suceda con su persona, no va a permitir tocarse.

—Mhm, tu aroma —menciona el alfa olfateando la vainilla—. Tu aroma me hace recordar aquella tarde.

—Yo no te recuerdo —miente en tono amargo y respira con profundidad.

—Oh, eso no será problema —mueve las piernas cuando se está acercando hasta hacer que las respiraciones choquen—. Haré que me recuerdes.

— ¡No! ¡Déjame!

Chilla desesperado y las muñecas le arden debido a la fuerza que hace al jalar las cadenas.

Haiji Towa ríe con burla, realmente se está divirtiendo, acaricia las piernas del omega y comienza a subirlas con lentitud, lleva el rostro hasta el pálido cuello y le da pequeñas lamidas.

Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora