Caos.
Es la palabra que describe la situación en la cual se encuentra la ciudad Towa, en la actualidad. Al observar como el fuego consume todo a su paso, en como los edificios se desmoronan, los escombros parecen ser la atracción principal de las calles y los cadáveres son los trofeos de la desesperación, hace que haga una mueca de disgusto.
Chasquea la lengua con molestia, aprieta las manos en forma de puños y recuerda aquel día en el que dejó que ella cometiera su objetivo. Si tan solo hubiera tenido el valor y coraje para detenerla, si no hubiera tenido miedo respecto a que revelará su secreto, la habría acusado y arrestado. En estos momentos, la vida de todos sería diferente y el mundo no estaría yéndose a la mierda con el paso de cada segundo.
Él estaría bien.
Sin estrés.
Sin frustración.
Kyosuke Munakata estaría bien, a su lado, haciéndole compañía, ambos hablarían de cualquier tema, lo miraría como fuera el único alfa en la tierra y este le dedicaría aquella sonrisa, la cual haría que el omega, Juzo Sakakura, hiciera un gran esfuerzo para no sonrojarse; sin embargo, los recuerdos dulces son interrumpidos por la imagen de Chisa Yukizome, la linda y dulce omega de su Munakata, la persona que le había quitado la atención de su mejor amigo, la persona quien portaba la marca del lazo, un lazo que tenía que ser de él.
Maldita zorra: es lo que piensa el omega soltando un gruñido y sacude la cabeza para concentrarse.
—Señor —dice un subordinado detrás suyo—. Los hemos encontrado.
Camina hasta donde está el telescopio, mira a través del agujero de cristal y sonríe, victorioso, al observar como los alfas de la ciudad Towa están que dejan una nota.
—Al parecer no somos los únicos detrás de ellos —murmura Sakakura tras haber analizado la situación.
El motivo, por el cual el omega está en la ciudad Towa junto con un grupo de soldados betas, es que tiene que encontrar a los remitentes de la desesperación y llevarlos a la Fundación del Futuro para que les den su merecido. No sabe cuántos hay, calcula que dos a cuatro, hasta el momento solo ha podido observar a uno de cabello blanco, lo vio dos veces; después es como si hubiera desaparecido.
Es extraño, demasiado extraño.
—Hay que seguir al margen —dice el boxeador a los betas, quienes asienten—. Aquellos alfas pueden ayudarnos a encontrar a los remitentes, lo harán sin saberlo —sonríe con arrogancia—. Será fácil, lo difícil será capturarlos —masculla con rabia—. No sabemos qué talento tienen.
— ¡Sí, señor! — Dicen al unísono.
Sakakura vuelve a mirar a través del lente del telescopio y se queda atónito al ver una larga cabellera de color negro.
—Imposible —susurra sin poder creerlo—. Kamukura Izuru.
Suelta una pequeña risa, no puede creer que el gran Kamukura Izuru esté en la ciudad Towa.
— ¿Qué haces aquí? — Cuestiona para sí— ¿Por qué esos alfas están detrás tuyo?
Sabe que ha ganado la lotería, capturar al causante de la destrucción de Pico Esperanza haría que Munakata lo halage tanto, demasiado, y es lo que más quiere, tener aunque sea unos breves minutos la atención del alfa.
El omega frunce el ceño, se aleja un poco para pardear y volver a mirar para observar la misma escena.
El chico de piel pálida ha aparecido y corre hasta Kamukura para abrazarlo por la espalda.
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Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|
FanfictionKamukura Izuru quiere comprobar cuál de los, la esperanza o la desesperación, es lo más impredecible para él. Sin embargo, el alfa de larga cabellera oscura se dará cuenta de que lo único impredecible es el amor que siente y recibe por del omega: K...