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Incómoda.

La situación en la que se encuentran es demasiada incómoda. El rojo está mirando fijamente a Monaka, quien bate los huevos en el recipiente con nerviosismo y encoge los hombros para fruncir el ceño, comienza a ser molesto, ¿acaso tiene algo en la cara? ¿Por qué el omega no se da cuenta?

— ¿Monaka?

— ¿Si, Komaeda?

Gruñido.

—Hay que echar la harina —responde en tono tranquilo.

—Ah, claro —baja de la silla y camina hacia la mesa por el ingrediente, pero se detiene por el rojo intenso.

—Izuru —dice el albino girando con una sonrisa—. Creo que estarías más cómodo en la oficina de arriba.

El rojo se suaviza al observar a su pareja y el alfa hembra rueda los ojos para volver al recipiente con los huevos batidos.

—Estoy bien.

No piensa dejar a esos dos solos.

—Ya, pero la cocina no es un lugar de trabajo —cruza los brazos y mira la laptop—. Además, usaré la mesa para poner los pastelitos.

Se pone de pie con elegancia y se acerca para decir:

—Podemos darle un mejor uso —murmura sobre su oído izquierdo y lo lame con sensualidad.

—I-Izuru —retrocede con las mejillas rojas y mira de reojo a la niña, quien está muy concentrada leyendo los pasos para la preparación del postre—. En la noche, ¿sí?

Sonríe con arrogancia.

—Que aburrido.

Abandona el lugar sin antes gruñir en señal de amenaza y el albino suelta un gran suspiro.

— ¿Por qué me odias?

—Izuru es muy protector —se pone a su costado y acaricia su cabeza—. Y es alfa, también.

Infla las mejillas.

—Uh, igual debe controlarse.

Komaeda suelta una pequeña risa. Continúan con la preparación del postre, el silencio es agradable, la niña asiente ante las indicaciones del contrario con entusiasmo, se sonroja cuando la elogia y pasa su mano por sobre la frente al ver los pastelitos en la bandeja.

—Ahora, hay que ponerlos en el horno —informa abriendo el artefacto—. Y esperar dentro de cuarenta y cinco minutos.

—Ah, ya quiero comerlos —dice sobándose el estómago y haciendo un pequeño puchero.

—Todavía falta —el tono es dulce—. Hay que hacer la crema para el decorado.

Pasa alrededor de media hora en la cual se dedican a preparar la crema pastelera, asimismo lavan algunas fresas para que el postre luzcan más apetitoso.

—Komaeda —lo llama al recordar un asunto.

—Mhm.

Hace un sonido para que continúe.

—Esto....,pues.....es verdad sobre ser la siguiente Enoshima Junko.

Deja de batir.

— ¿Quieres serlo?

Pregunta mirándola con normalidad.

—Yo....si eso hace feliz a Komaeda…, entonces, quiero hacerlo.

—Realmente —baja la mirada y la imagen de la cabaña se hace presente en su mente—. Ya no quiero seguir teniendo esta vida.

—Claro tienes a tu cachorro —no puede no sentirse algo celosa.

Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora