Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|

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¿Cómo debería describir la situación?

¿Desesperante?

No, todavía no.

¿Decepcionante?

Sí, exacto.

Komaeda Nagito se encuentra muy decepcionado, en estos preciosos momentos.

No pensó que el juego daría un giro tan drástico. El hecho de que Toko no entregó a Komaru como habían quedado fue una verdadera sorpresa, sin embargo, aquel cambio de decisión por parte de la omega no es impedimento para que su plan sobre ver la absoluta esperanza en Naegi Komaru se vea afectada. Al contrario, este nuevo camino solo hará que el carácter de la beta se fortalezca hasta el punto de poder vencer a la desesperación.

No importa que elijan.

El Suertudo de Preparatoria siempre obtiene lo que desea.

Es parte de su talento.

Es parte de su suerte, su maldición.

Aunque, Komaru haya usado un tema tan cliché como el de la amistad, fue suficiente para que Genocide le corte la parte de arriba de las rodillas y decida no traicionar a la castaña.

— ¡Aléjate de mí! ¡No te acerques!

El albino suelta un pesado suspiro, los gritos de desesperación de Nagisa son irritantes. Entiende que se haya puesto en esa forma tras descubrir el verdadero plan de Monaka sobre el sucesor de Enoshima Junko, oír como la niña le decía al omega de cabello celeste respecto al tema del Paraíso y que jamás le interesó, solo estaba usando ese estúpido deseo para poder manipular a los Guerreros de la Esperanza, hicieron que Komaeda pensará: Que aburrido.

— ¡No! ¡Que te alejes!

Alza una ceja al observar como el alfa hembra le da el segundo beso a Nagisa, uno más apasionado, metiendo su lengua a la boca del contrario y sonriendo con victoria al ver que este ha perdido la voluntad de la consciencia.

El sonido de la mano del omega golpeando la mejilla derecha de Monaka resuena por el lugar.

—Esto es un problema —murmura al no sentir las piernas.

El piso no es nada cómodo.

Después de unos minutos, la niña con cabello verde se pone de pie y avanza hasta donde se encuentra para desatarlo.

—Realmente, hiciste que entrara en desesperación.

Comenta el albino sentándose, pues si se levanta solo conseguiría caer.

—Nagisa siempre fue un idiota —alza los hombros y lo mira preocupada— ¿Estás bien? Te golpeó muy fuerte.

Lleva su mano sana a la parte de su estómago y sonríe de medio lado.

—Estoy bien —garantiza—. No me duele ni nada.

Asiente no tan convencida.

—Lo más importante —dice Komaeda— ¿Qué haremos con el juego?

—Mhm, pues —lleva un dedo a su mejilla izquierda para rascarse—. Oni-chan tiene un gran robot monokuma, conociéndolo va a usarlo para entrar a la fortaleza de Monaka —sonríe ampliamente—. Y su objetivo será matarme.

Traga saliva con miedo.

Aún así, no puede creer que ese asqueroso alfa quien lo secuestró hace varios años atrás y quien intentó violarlo, sea el hermano mayor de Monaka y, también, el jefe de la Resistencia.

Sabe que ese asqueroso alfa no va a volver a tocarlo.

Decide seguir con la conversación.

—Eso sería desesperante —menciona al comprender el nuevo plan de la niña—. Pero, no importa qué hilos muevas —su voz sale pausada—. La esperanza siempre ganará.