Los dulces sueños están hechos de esto

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Con la cara hecha tomate, pasmada por lo que había escuchado, me apresure a responderle:
- Dime qué te traigo y veré si puedo aceptar tu invitación, es que no sé si deba, me entiendes? * Dije con los hombros encorvados y las palmas de las manos abiertas hacia arriba, a la altura de los pechos, mostrándole con una rápida mirada hacia mi delantal, que estaba en horario laboral.
El hizo una mueca de disgusto, y yo le respondí mostrándole los dientes apretados en señal de que la situación no era favorable.
Se acaricio la mandibula, Inhaló, y mientras exhalo, puso los ojos en blanco y nada más dijo:
- Bueno tráeme lo mismo de ayer, si te acuerdas claro, y mira no quiero causarte problemas, si quieres vuelvo a tu hora de salida? Qué te parece?
*Oh Dios...
Qué voy a hacer ahora? Por qué a mi? pensaba mientras él me miraba con una media sonrisa y apoyaba la mano derecha en el respaldo de la silla, y la otra en la meza, un poco girado hacia el mostrador que quedaba a la derecha con la mirada espectante a mi respuesta, mire de reojo al mostrador donde estaba Damien, para ver si en su rostro veia algo de tranquilidad para mi situación, desde el mostrador solo podía verle a médio perfil, y yo quería que la tierra me tragara, qué querrá de mí?, volví a la realidad y respondí de la manera más tonta e insegura.
- Sí, claro que me acuerdo, solo fue ayer, y no sé si deba aceptar.
- No tengas miedo, no muerdo, al menos que me lo pidas...

*Di un respingo de la impresión y juraría que abrí los ojos como Gollum, él me miró con el ceño fruncido, porque de verdad no entendió el porqué me asusté. Pero simplemente fue algo nuevo para mí, algo inexplicable.

*Si mi cara estaba hecha un tomate, ésta vez destilaba fuego por todas partes, qué fue eso?
No sabía qué responder, me acobarde, y con los humos saliéndome por las orejas respondí:
- Hah? Mmm... ya vuelvo * Salí medio disparatada, casi en zancadas y agradecí al cielo por no haberme tropezado con mis torpes pasos.
Él sonrió y giró para sentarse derecho, dándonos casi la espalda.
Cuando llegué frente al mostrador y con los brazos apoyados sobre el mueble de madera y el cuerpo algo estirado, llamé a Damien.
- Pshh Damien, Damien.
Pero ni se inmutó, sabía que él estaba atento, porque antes, cuando me dirigía hacia el mostrador fingió estar ocupado en algo, tratando de disimular lo que estaba haciendo.
Cuando por fin me hizo caso, se percató del fuego en mis mejillas, creo que me sudaba la frente tanto como mis manos lo hacían. Me miró con la cara típica de los amigos cuando saben que alguien te gusta y quieren hacerte sentir avergonzada.
- Sí, Emma... * Dijo con el rostro serio y desinteresado, sabía que estaba fingiendo, no era bueno mintiendo.
- No te hagas, sé que estabas husmeando. *Le reproche.
- Yo? * Con una mano en el pecho, tratando de parecer ofendido, rápidamente  respondió:
- Mm bueno si, *Acercándose a mí y colocándose de la misma manera en la que yo estaba, pero del otro lado del mostrador.
- Cuéntame por qué ese ese bombón te acaba de invitar a que te sientes con él?
* Hablaba casi en susurros para que no nos escuchara.
- La verdad no lo conozco, * Respondí con los ojos en blanco, pero volví a mirarlo con la cara de sorpresa cuando repasé lo que había dicho, 'bombón'...
Continúe, haciendo casó omiso a lo que había escuchado, ya después se lo preguntaría.
- Después te cuento la historía, pero qué hago? Tengo miedo que Marcus llegue aquí y me pille. * Añadí medio desesperada.
- Yo te cubro con los demás, y por Marcus no te preocupes, no vendrá hasta después del almuerzo, y si fuera tú, no perdería la oportunidad con ésa perfección humana.
Al escuchar eso me di cuenta que Damien era gay, no cabía duda. Le respondí con una sonrisa de agradecimiento, y le pasé lo que el bombón había pedido, * Sonreía de nuevo para mí misma con ese pensamiento, mi Ello me hace pensar cada cosa!
Decidí no servir nada para mí, pero una vez listo el pedido, me encamine hacia su mesa, coloqué el muffin y el café frente a él, luego me senté nerviosa, con los dedos temblando haciendo el mayor esfuerzo para no llevármelos a la boca, porque se daría cuenta lo nerviosa que estaba.
- Bueno no tomaré nada pero dime. *Dije torpemente con las manos en las piernas que me sudaban como si estuviéramos a 80 grados de calor en el intento de sonar desinteresada porque creo que se dió cuenta de mi inexperiencia.
Y a quién quiero engañar? me dije a mí misma, nunca había hecho esto, y todo resultaría torpe. *Salí de mis pensamientos para escucharle:
- Bueno ayer me dió la impresión de que te conocía de algun lugar, o de antes, me sentí un poco raro y no sé como explicar mi comportamiento, no quiero que te asustes de mí.
- Bueno, es que como se están dando las cosas creo que, en verdad sí, me siento un poco extrañada, vengo de una ciudad muy pequeña y jamás te había visto antes, creo que te haz confundido.
- Sí, lo sé, me he confundido, pero como te dije antes, no quisiera asustarte y más cuando me verás todos los días por aquí, y... *Dejo que el aire se llevará lo que iba a decir, supuse que se arrepintió, y luego de unos segundos al percatarme que no continuaría, respondí.
- Entiendo, bueno, ummm..., agradezco tu gesto pero de igual manera vemos todo tipo de rostros y humores por aquí, creo que es normal, y tampoco todos están obligados a explicarse y pedir disculpas por eso, no crees?
*Me miró con una ceja levantada pero no dijo nada, sólo bebió un sorbo de su café, luego tomó del muffin y dió el primer mordisco. *Me derretí por completo, cómo podía ser tan sexy, incluso cuando come?, ahora entiendo la expresión del #Pornfood, tendría que ser eso. Juraría que es sexy hasta cuando no lo pueda ser. *Me bajé de la nube Emma White y lo interrumpí para decirle que tenía que volver al trabajo y le agradecí por la invitación, pero cuando me estaba levantando, con la mano izquierda y girándose hacia mí, tomó  de mi mano derecha para detenerme, y al sentir su contacto tuve una conexión inexplicable, como si lo conociera de toda la vida, fue nada más un segundo, pero al percatarse de mi asombro me soltó la mano para decirme:
- Quisieras salir algún día conmigo? * Inclinó la cabeza para convencerme.
Yo no sabía como actuar, no tenía experiencia y de verdad no entendía que querría un hombre como este con una chica de 18 años, bueno 18 y medio y simplona como yo?
- Te lo agradezco pero creo que es muy rápido, no te parece? *Dije entre dientes como arrepentida pero debía decirlo, no puedo apresurarme. *No puedes Emma, me lo repetía en la cabeza, tratando de converncerme que era lo correcto.
- Rápido es como pasa el tiempo y lo dejamos pasar sin aprovechar las oportunidades, dime, en unos años, cuando pienses en esto que quisieras? Arrepentirte por decir no? O alegrarte de no haberte acobardado?
¡Me acaba de llamar cobarde! Gritó mi Ello en mi cabeza, enfurecida, trate de no expresar con el rostro lo que estaba pensando, la verdad, la Emma que conozco definitivamente querría alegrarse de no haberse acobardado, pero era muy extraño como estaba avanzando las cosas, así que no quise apresurarme. *Vine aquí para estudiar y no para tener un amorío, *Interrumpí lo qué estaba pensando en señal de disgusto para hacerme caer en la realidad de que nunca había tenido un novio siquiera, y ya estaba analizando la situación, y al parecer hoy ganaría la Emma cobarde hoy ganaría mi Yo.
Creo que él se dió cuenta de la frustración en medio de mis pensamientos y facilitó la situación difícil en la que me había puesto, y al mismo tiempo para hacerme bajar de la luna y dijo:
- Bueno que te parece si me das tu número y nos conocemos, entonces?
- Sí, por qué no? Pero aún sigo sin entender qué quieres de mí?
- Nada en especial, me interesas, no te parece obvio?
*Creo que el fuego de mi rostro tuvo que haberle tocado, esto no podía ser verdad.
- Bueno, no sé que decir, te guardaré mi número entonces, pero ya debo volver al trabajo.
- Bueno señorita, anótalo aquí, *Me decía al tenderme su móvil

Guardé mi número, y se lo regrese de inmediato, al depositarlo en sus manos sentí el frío de sus dedos sobre los míos y me estremecí por completo, al instante me escribió algo en el WhatsApp y me dijo que me escribiría de nuevo mas tarde.
*Me retiré, y volvi a donde estaba Damien, y dadas las circunstancias con todo éste hombre lanzandose, también me atrevi a preguntarle:
- Oye Damien eres gay?
- Yo? *Me miró con una expresión ofendida pero luego continuó:
-Pero claro que si!
Di una risita disimulada, quería golpearlo, me había hecho sentir mal cuando vi su rostro enojado.
- Como te habrás dado cuenta, sí, soy gay.
- Bueno sólo he preguntado por el comentario de bombón.
- No quisiera cortarte el asunto pero hablando de bombones, te está llamando.
Mientras hablaba con Damien no quitaba la vista de él, así que sabía que me estaba llamando, de nuevo y me acerqué.
- Necesito la cuenta por favor, oye, que hora sales?
- Enseguida te lo traigo, mmm... para que quieres saber?
- No soy un chico de mensajes, de verdad me gustaría invitarte algo.
- Lo siento pero tampoco soy una lanzada. *Dije, con los brazos cruzados y algo ofendida, qué pensaba? Que apenas hiciera una invitación iría corriendo detrás de él?
Estaba equivocado.
- Guau, creo que ha salido la fiera, mi Yo está haciendo valer su orgullo y dignidad.
- Perdón, no quise ser mal educada, la verdad es que no sé como lidiar con esto, yo no he venido aquí para esto, vine por otra cosa y me abrumas.
Se lamió los labios, soltó la respiración, como si la estuviera sosteniendo desde antes, y sus pulmones se deshincharon lentamente, por unos segundos me lanzó una mirada inquisitiva, arrugando la frente y las cejas juntas. Finalmente habló:
- Bueno quedemos en Whatsapp entonces.
- Ok, te traeré la cuenta.
*Di media vuelta triunfante, me sentía orgullosa por mi destreza, mi Yo estaba totalmente satisfecha.
Volvi al mostrador, imprimi el ticket y cada minuto que pasaba me sentía más confundida.
Estoy segura que si busca algo sólo es sexo, como los demás chicos, no puede ser otra cosa, pero se ha equivocado de persona, pensaba mientras caminaba hacia él con la mirada de quién ha comenzado a sentir una mezcla de rabia con decepción, pero con la expresión de:
*Hah! Ya verás que no te la dejaré fácil, conmigo hace falta más que un rostro hermoso.
El esperaba de nuevo con la mano derecha sobre el respaldo de la silla y la mano izquierda la tenía hacia la boca con el dedo índice sobre los lábios, y el brazo en la mesa, tratando de decifrar mis pensamientos.
Mientras yo rogaba para no tropezar y hacer el ridículo frente a él, a mitad de camino, volvió su media sonrisa y un gesto picarón, propio de quién está coqueteando.
No pude evitar sentirme bien, que alguien como él se fije en mí era un sueño, pero debía estar atenta.
Deposite la cuenta en la mesa, sacó su billetera, quito dinero de ella y colocó los billetes dentro, seguía con la mirada pícara.
Se levantó, guardó la billetera en el bolsillo trasero de su jeans azul, se predispuso a salir y cuando se acercó a mi, lo suficiente como para estremecerme, se mordió el labio inferior y luego dio un paso más y colocó la cabeza cerca de mi oído y sentí su aliento a café. La piel se me erizo por completo al sentirlo tan cerca y su aliento con el aroma que más amo, inhale entrecortadamente mientras me susurró:
- No puedo esperar a volver a verte, por cierto el perfume es de Hugo Boss, el clásico, se mordió los labios de nuevo y se retiró.
Yo me quedé con el rostro pasmado, no sabía...
Espera, no me había dando cuenta que pensé en voz alta.
Dios! La pregunta la dije en voz alta!
Mientras lo observaba quitar el dinero, dije en voz alta, qué perfume será?
Lleve una mano en la cabeza en señal de decepción para mí misma, estúpida! Cómo se te ocurre?, ahora más que nunca sabrá que me gusta tonta!
Con esto perdiste toda la dignidad que ganaste hace rato! Torpe, torpe...
Mi Ello y mi Yo discutían mientras yo miraba a Damien con la cara de trágame tierra más desesperada que haya tenido antes.

Acto Fallido (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora