Sin lado izquierdo

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Mi corazón comenzó a dar mil latidos por segundo, creí que intentaría quitarme la ropa y hacerme el amor en ese momento pero únicamente nos acostamos, sin decir palabra alguna nos quedamos en lo que a mi me parecieron horas mirándonos, no podía engañarme, estaba completamente enamorada de él, quería ser su todo y que él fuera mi todo.
Yo no sabía qué esperaba para entregarme por completo al hombre hermoso que estaba en mi frente, quién dejó a su ex prometida llamando sin respuesta para estar conmigo, para traerme aquí en su cama, y que a pesar de todas sus ganas respetaba mi posición.
-Qué esperas para hacerme el amor?
-Esperar no quiero, pero no lo haré Emma, aún veo indecisión en tus ojos, quiero que estés completamente segura, ven aquí, duérmete en mis brazos.
En ese momento supe que lo amaría toda la vida, sin importar nada, estaría atada a él para siempre, sin haber pasado tanto, sin siquiera ser su novia, todo era intenso, una semana, una semana que cambio por completo mi vida.
-Crees en el amor a primera vista?
-El amor es la convivencia Emma, no creo en ello.
Por un momento el corazón se me arrugó, él no estaba sintiendo lo mismo que yo.
-Pero creo en que uno se pueda enamorar a primera vista, el amor es más complejo de lo que se cree, el amor es un largo camino hacia las dificultades, y solo quién ama de verdad las supera.
-Amabas a Eleonor?
-El camino con Eleonor llegó a un callejón sin salida, no pude avanzar más, entonces la respuesta es obvia.
-Me creerías si te dijera que te amo?
Sonriendo respondió -Es lo que más quiero pero créeme, aún no me amas...
Creo que cerré los ojos al instante y quedé profundamente dormida, me sentí segura en sus brazos, más que cualquier otro día de mi vida, él no lo creía pero lo amaba sí, porque sabía que andaría por cualquier camino y enfrentaría todas las dificultades por él.
Desperté a mitad de la noche con el corazón apretado, no sabía si había tenido una pesadilla pero salté de la cama, Mike me abrazó y me tranquilizó, pero la angustia era muy grande, volví a acotarme, y a pesar de la sensación rara, y la inquietud me volví a dormir.
Despertamos como a las 10 de la mañana, mi ropa ya estaba limpia y seca, había escogido una blusa de color rosa ajustada, con detalles brillantes en los pechos y unos jeans ajustados, tomé un baño y cuando termine lo esperé en la sala, a pesar de todo me sentía bien por no haber apresurado las cosas, no quería pensar en como me sentiría si me hubiera entregado a él esa noche.
-Desayunamos?
-Sí.
Fuimos hasta la cocina y nos preparamos unos waffles de avena y café, estaban deliciosos, había muchas frutas, creo que me comí, cerezas, banana, y melón, la ansiedad siempre abría mi apetito de una forma voraz.
-Me pregunto cómo es que comes tanto y eres tan flaca?
-Osea que te parezco una flacucha hambrienta?
-Me pareces la mujer más perfecta en la faz de la tierra.
-Aún crees que no te amo después de decir cosas como esa?
Me dedicó una sonrisa para luego besarme la frente. -Te lo haré saber el día en que lo sepas, y me darás la razón, solo ese día sabrás que lo que sientes hoy, aún no es amor.
Después de desayunar le pedí a Mike que me llevara a casa, el móvil se me había apagado, la batería había muerto, salimos de su departamento, fuimos hasta el coche y en menos de 20 minutos estábamos frente al edificio Aleister, nos despedimos con un beso y se marchó, no sin antes decirme que me extrañaría.
Antes de entrar escuché que alguien me llamaba, era Marcus con el rostro cansado como de quien no había dormido en toda la noche.
-Emma, Emma...
-Te he buscado toda la noche, tienes el móvil apagado.
-Qué pasa Marcus? Qué haces aquí?
-Emma, no sé como decirte esto.
-Cuéntame por favor, estaba desesperada, a Marcus le sudaban las manos.
-Tus padres.
-Qué pasa con mis padres?
-Un accidente fatal.
-Qué?
-Un incendio, se inició con una fuga de gas, y un corto circuito, quedaron inconscientes, y...
-No! Qué estás diciendo?
-Han fallecido, lo siento tanto Emma.
Caí al suelo, de rodillas, no lo podía creer, inmediatamente comencé a llorar.
-Esto no puede ser verdad, mis padres, gritaba en sollozos.
Marcus se arrodilló para abrazarme, yo seguía llorando desconsolada, mis padres, no podía creerlo.
-Vamos Emma, entremos a conversar.
-No! Tengo que ir a verlos.
-Te llevo.
Durante todo el camino, no pare de llorar, mis lagrimas caían como grifo abierto, mi alma estaba destrozada, Marcus intentaba calmarme pero todo intento era en vano.
-Emma, tienes que tranquilizarte, por favor.
-No puedo, lo siento, dije con la voz entrecortada.
Como era domingo, el tránsito estaba más accesible, no tardamos mucho en llegar, toda la casa estaba cubierta con cinta adhesiva de color amarillo, había policías, ambulancias, bomberos, apenas paró el automóvil salí corriendo, unos policías intentaron detenerme, pero fui más rápida, conseguí entrar pero todo estaba en cenizas, no había rastros de mis padres, ya se los habían llevado, de nuevo sin fuerzas caí al suelo desmayada, el dolor era tan agudo que no lo soporté.
A lo lejos escuchaba voces que murmuraban.
-Pobre chica, debe ser un golpe duro.
-Tendría que haber despertado. *Era la voz de una mujer.
-Creo que debemos sedarla una vez que despierte, está muy afectada, entró en shock.
-Traten de despertarla y luego puedes aplicarle un sedante.
Abrí los ojos y me encontré con una mujer, mayor, debería tener unos 50 y tantos años.
-Querida, como te encuentras?
Al entrar en razón, salté de la cama, gritando, quería ver a mis padres, la mujer no pudo detenerme pero cuando llegue a la puerta del dormitorio, me encontraba en el hospital, dos hombres me tomaron de los brazos y me obligaron a acostarme de nuevo, zapateando, no dejaba de gritar, la mujer negaba con la cabeza y la mire con los ojos llenos de lágrimas, pude ver la pena que sentía en su rostro.
-Por favor, necesito ver a mis padres, déjeme verlos por favor.
-Mi niña, estas muy afectada, no puedo dejarte salir en estas condiciones, debes calmarte, te daré un sedante y después hablaremos cuando estés mas tranquila.
-No! No! Quiero ver a mis padres por favor, no lo haga, necesito verlos.
Fue lo ultimo que conseguí decir, se nubló toda la habitación, el techo daba vueltas y caí en un profundo sueño del cual desperté varias horas después, ya era de noche, abrí los ojos y la misma mujer se encontraba a mi lado, de inmediato supe que debería actuar con cautela o no me dejaría salir de allí, no pude evitar que las lágrimas rodaran de mis mejillas, pero sin gritar le pedí por favor que me dejara ir, creo que toda la pena que sentía la llevó a acceder a mi pedido, pero con una condición, me pidió que comiera, me trajo una bandeja con comida de hospital, no estaba mal pero el problema era yo, no podía tragar bocado, el estomago se me revolvía, sentía como mil patadas justo en el centro, pero sin hambre aún así las ganas de salir de allí eran mucho más fuertes, así que terminé de comer a duras penas, luego de media hora, me dejó salir.
Afuera me espera Marcus, preocupado y triste lo vi deambulando por el pasillo, sin rumbo alguno.
-Emma! Cómo estas?
-Mis padres, dónde están?
-Emma, lo siento tanto, no los podrás ver, el fuego, el fuego ha carbonizado su cuerpos, así que he firmado para que los incineren de una vez, el estado en el que estaban, no permitiría ubicarlos en féretros.
Lleve una mano en la boca, con todo el esfuerzo que podía presioné mi mano contra mi boca para no gritar, para no soltar todo el dolor que sentía, ya nunca los volvería a ver, mi corazón estaba roto en mil pedazos.
-Lo siento Emma. *Decía Marcus mientras me abrazaba.
Yo no paraba de llorar, mi mundo de había acabado, no tenía idea de cómo continuar, sin fuerzas las piernas me fallaron, y caí de nuevo al piso, sentada y con la cabeza apoyada a la pared, había un abismo en mi cabeza, todas las emociones se cruzaban para dejarme sin aliento, sin poder decir nada más que sonidos extraños por el llanto.
Negaba con la cabeza, Marcus sin recursos para calmar mi desconsuelo, intento levantarme varias veces hasta que con la ayuda de la enfermera, me llevaron de vuelta a la habitación, me dejé llevar, no tenía fuerzas, no conseguiría dar unos pasos siquiera, abracé la almohada con fuerza, la mordí y la llené de lágrimas.

Acto Fallido (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora