El corazon solo ama una vez

401 25 4
                                    

Cuando mi cerebro reaccionó como una loca corri hasta la puerta pero nada más alcancé a verlo marcharse, ya lejos en el pasillo, ni siquiera miró atras, quise llamarlo, quise correr detrás suyo pero algo con un peso inmenso en mis piernas me detuvo, me quedé allí parada en la puerta por unos segundos, cerré los ojos con fuerza estaba tan jodida que no sabía si se podría estar peor.
Intenté disimular lo más que pude mi tristeza para que Albert no se percatara, tuve que lavarme el rostro luego de llorar como una idiota en aquel baño, ya sentada en la mesa el apetito se me esfumó, estaba completamente en un estado de desconexión total de la realidad, Mike hacía que mi mundo andase como un sube y baja, y en ese momento estaba tan bajo que no quería saber de absolutamente nada, solo quería ir a tirarme en mi cama a llorar marés a ver si así se me pasaba el bajón.
Albert intentó entablar conversaciones, intentó hacerme reír, hizo de todo pero nada pudo borrar el mal sabor de la experiencia con Mike; mi crisis existencial.
- Emma no has comido casi nada.
- Es que no me siento muy bien perdona.
- Ha pasado algo?
- Nada más estoy indispuesta.
- Te llevaré a casa vale?
- Séria genial.
Luego de terminarse su comida Albert como todo el caballero que era, sin intentar irrumpir en mi mundo, sin querer asfixiarme queriendo saber qué me pasaba, se limitó a respetarme y no hizo ninguna pregunta más, hasta mis personajes imaginarios intentaban levantarme los ánimos pero no había como.
Di un beso en la mejilla de Albert, su barba crecida me raspó las comisuras de los lábios, con él mejor gesto de cariño que me fue posible le agradecí que me haya devuelto a mi departamento.
Rápidamente se alejó y un viento frío me erizó la piel de todo el cuerpo, me abracé y miré al cielo, preguntándole qué es lo que debía hacer?
Pero el cielo no da respuestas así que me apresuré a entrar, y bajo la ducha lloré lo que tenía para llorar, todo se había juntado, pero luego de media hora bajo el agua caliente y todas esas lágrimas me arme de valor y juré darle tiempo al tiempo al único capaz de resolver cualquier problema, al único que se lleva lo que vivimos y no lo regresa.
Decidi escribir para aclarar mi mente y lo único que salió fueron estas palabras:
Qué es lo que el mar no cura?
Con sus olas fuertes atrapa la oscuridad de arriba para llevárselas en el fondo, esas miles de miradas tristes, esos corazones que al escuchar sus olas sienten nostalgia; esa que aprieta el pecho al querer volver, volver a dónde ya nunca será igual aunque nuestras mentes no cambie, jamás será lo mismo, como el agua que fluye en un río y desemboca en el mar, allí donde todas las penas se encuentran bajo lo profundo de su bello color celeste en la orilla y negro como todo lo triste que alberga en el fondo, así nos atrapa y así se muestra hermoso, único y misterioso.
Estaba segura que esas palabras significaban algo de mi subconsciente, decifrar el mensaje fue una cuestión que dejaría para más tarde, mi móvil me quitó del estado poético cuando vibró alocadamente y como era de esperarse era Damien!
- Niña por qué andas tan perdida? No me llamas, no me escribes, es que ya tienes a otra amiga verdad?
- Eres un idiota Damien.
- Alguien está de mal humor jah!?
- No es eso nada más estoy indispuesta.
- Creo que esa indisposición tiene nombre y apellido.
- Mike Evans...
- Ese mismo, ya para por favor Emma!
- Es que no tienes idea.
- Ya mismo voy para allá y me cuentas todo!
- Damien!
*Colgó.
Lo esperé por un rato y no demoró más de una hora y ya estaba frente a mi puerta, cuando de chismes se trata la señora Damien no llega tarde.
Después de contarle todo con lujos de detalles como solo él era capaz de quitar, está vez hasta yo me sorprendí al ver al Damien él todo respuesta mirarme sin saber qué decir, definitivamente estaba bien jodida.
- Emma debes resolver tus asuntos con Mike, después de lo que te hizo ya no me agrada para nada pero tú lo quieres, se te nota en los poros, pero también veo que Albert te gusta pero el corazón no se puede partir en dos y hay una gran verdad, y esa es que no se puede amar a dos al mismo tiempo, y qué digo el tiempo es muy corto como para que ames a Mike y mucho menos a Albert pero debes de decidirte.
- Hablas como si fuera a escoger entre un jeans azul u otro verde.
- Deja que el tiempo hable por sí solo y te propongo distraerte, hagamos algo divertido, la cafetería estará cerrada por reparaciones todo el próximo fin de semana, viajemos a algún lugar a divertirnos!
- Viajar? A dónde?
- Las vegas.
*Alzó sus dos manos y las juntó para luego abrirlas mientras pronunció esas palabras como señalando las letras y su gesto típico de
Iremos de putas, pero las putas somos nosotras, típico de Damien no se podía esperar más de él.
- Eres una loca!
- Una loca, loquisima!
- Cómo iremos a las vegas?
- Emma eres tonta o te haces? Porque si te haces te sale muy bien.
- Oye no seas cruel.
- Son más de 2500 millas como para ir de automóvil debemos ir en avión o nos tomaría todo el fin de semana solo para llegar.
- No hacia falta que me digas que soy una tonta
- Es que a veces hermana mía!
*Lo fulminé con la mirada a veces se ponía tan patan pero así era Damien y así lo quería.
- Hare un grupo de WhatsApp ya mismo y combinaremos entre todos!
*Damien comenzó a dar saltos en mi sofá y casi lo destruye con su peso, Damien estaba cargado de buenos musculos.
El grupo estaba hecho, Thomie y Bridget estaban super de acuerdo, no paraban de decirme que lo que pasaba en las vegas se queda en las vegas como si yo fuera a hacer algo loco como esos locos.
Al día siguiente en la cafetería estaban como locos hablando del viaje y planeando los detalles mientras el entusiasmo no conseguía por ningún motivo tocar las puertas de mi cabeza, mi Ello de vez en cuando me daba unas palmaditas a ver si reaccionaba y la dejaba alocarse pero ni siquiera mi Yo tenía ganas para discutir con Ella.
Mientras ordenaba los lápices de colores y los individuales de papel para colorear alguien me tomó de la cintura y di un respingo del susto, era Albert con sus ojos celestes y una sonrisa radiante, llevaba puesto un jeans negro y una camiseta blanca con unos vans old School, se veía tan juvenil, jamás pensé verlo con una camiseta blanca ajustada que le quedaba de morirse.
Al instante me dió un beso fugaz en la mejilla y le miré de una forma que entendiera que estaba en el trabajo y que se comportara así que me hizo un gesto mostrando los dientes luego de decirme que lo sentía para luego sentarse en una de las mesas, Damien no perdió tiempo y fue corriendo a atenderlo y resultó que no le dejo hacer su pedido porque le contó todo nuestro plan de viaje.
- Emma ven aquí un segundo.
Fui hasta la mesa dónde estaba Damien quien me había llamado y Albert.
- Albert se acaba de unir al grupo de viaje y nos ofreció su jet privado para que viajemos, no te parece genial!
*Me quedé estupefacta Albert tenía un jet privado, bueno eso era de esperarse pero, qué carajos! Esperaba escaparme de los dos y resulta que tendría a Albert todo un fin de semana para coquetearme y confundirme más.
- No te agrada la idea? Si quieres no voy.
- No, no es eso disculpa por un segundo me desconecte, será genial.

Perdón por haber demorado tanto en continuar pero estaba muy ocupada y desde ahora prometo un capítulo cada Domingo y ya saben si tengo listo antes otros capítulos los iré compartiendo, espero que les guste y se vienen grandes aventuras!

Acto Fallido (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora