Cedant arma togae

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- Emma, Emma estás ahí?
El toqueteo en la puerta y la voz de Albert llamándome desde la sala llegaron a mis oídos como una dulce melodía de un angel, tal y como sólo lo era Albert, llegó justo a tiempo para salvarme de las garras de Mike.
- Mike por Dios quítate de encima.
- Qué hace este imbecil aquí?
- No lo llames así por favor.
- Quiero que se vaya.
Mike salió a toda prisa del cuarto enfurecido y yo no podía salir en paños menores, mejor dicho desnuda, así que tuve que a toda prisa vestirme por fin después de haber estado tanto tiempo desnuda frente a Mike, no me imaginaba lo que se venía, las cosas se estaban poniendo cada vez peor y yo la estaba cagando como nadie, juro que caí varias veces esa tarde tratando de ponerme los pantalones, jamas me sentí tan torpe e inútil en toda la vida.
Salí corriendo tan rápido como pude, descalza con el pelo mojado cayendo gotas por toda mi sala y el suéter al revés, solo a mí podía pasarme cosas como esa.
Cuándo vi la cara triste de Albert se me partió el corazón, quería correr a abrazarlo pero no frente a Mike.
- Solo quería saber si Emma estaba bien, lo estás?
Albert se dirigió primero a Mike quién por lo que pude entender le estaba reclamando su presencia y luego se dirigió a mí, con el rostro preocupado.
- Te he dicho que te vayas!
- Mike por favor!
Fui lo más rápido que pude hasta donde estaba Albert, Mike soltaba fuego por los ojos como siempre, tomé del brazo de Albert y lo fui dirigiendo a la puerta de salida.
- Albert lo siento, pero debo resolver este asunto de una buena vez.
- Solo he venido a verte porque tus amigos me dijeron que te habías desmayado, estás bien?
- Fue una baja de azúcar nada más, estoy bien de verdad estoy muy agradecida pero déjame hablar con él por favor.
Hablaba casi en susurros para que el Don señor rabieta no le diera un ataque y lo moliera a golpes, al ver mi expresión de desesperación Albert único como él solo, con la expresión más sincera entendió la situación y se marchó.
Cerré la puerta a la par que cerré los ojos con tanta fuerza como pude, no imaginaba lo que se venía, di media vuelta y me armé de valor para enfrentarme a ese oso feroz que se encontraba frente a mí celoso, hambriento y con rabia.
- Por Dios Mike qué haces? Qué ha pasado contigo? Qué quieres de mí?
Perdí el control por completo, parecía una loca gritándole, hasta mi Super Yo estaba escandalizada con mi histeria, Mike por otro lado abrió los ojos como platos, podría jurar que jamás me vería perder los estribos de esa manera.
- Emma, cálmate.
- Cómo me pides que me calme? Llegas a mi vida para convertirla en un completo desastre, eres iracundo, bruto, violento.
Los garabatos que hacía con las manos me hacían parecer una completa demente, Mike se abalanzó sobre mí para cubrirme con sus enormes brazos para calmarme, hice todo lo posible por liberarme de sus garras pero no pude, su abrazo de oso la verdad me tranquilizó, sentir su aroma a través de su suéter, colocó mi cabeza en su pecho, sentía su respiración entrecortada creo que mi ataque lo asustó un poco, acariciaba mi cabeza con dulzura y por un momento volvió el Mike tranquilo que conocí.
- Cálmate pequeña.
- Mike eres veneno.
- Ven aquí.
Me plantó un beso, el primero por el cual no estaba feliz, no habíamos hablado, las cosas no estaban bien, y en definitiva no estaban bien, un mareo espontáneo me sobresalto y luego ahí venía como lava desde mi estomago, solté a Mike y corrí hasta el baño, vomité como nunca, Mike fue corriendo para alcanzarme y me ayudó con el pelo.
- Mike sal, no quiero que me veas así.
- No ire a ningún lugar.
Mike se encontraba detrás de mí trate de impedirle empujándole como podía con las manos, no sé porque lo hice ya que arrodillada frente al inodoro y de espaldas era tan inútil como las carreras que organiza Mcdonals, siempre dije que eran como coger por la virginidad.
Después del espectáculo más vergonzoso para una chica frente al chico que le gusta, frente a tu oso me decía mi Yo toda inocentada con su cara de tonta, la muy estúpida ya cayó en sus garras le decía mi Ello a mi Super Yo toda ofendida, Mike provocaba que incluso ellas se desentendieran, volví a la tierra para terminar de lavarme el rostro, tenía que volver a ducharme estaba empapada con vomito, así que lo empujé hasta que saliera para poder tomar esa ducha de nuevo pero esa vez fue con agua fría.
-Espérame en la sala por favor Mike. *El asintió preocupado y se dirigió a la sala.
Me desnudé con dificultad, los músculos me temblaban, no sabía si era por cansancio o por haber vomitado tanto, pensaba millones de cosas a la par que me cepillaba los dientes, tenía demasiados problemas con Mike, tenía que ponerle fin a toda esa toxicidad, cerré los ojos y dejé que esa agua fría me helara el cerebro, quería congelarlo por un rato.
- Ah! *Mike dió un respingo al sentir el agua fría.
- Mike! *Me quedé totalmente helada, Mike había entrado a la ducha.
- Por qué te duchas con agua fría.
Mike estaba frente a mi como Dios lo trajo al mundo solo que con más músculos y un trasero glorioso, taparme fue estúpido porque ya me había visto antes, él río a carcajadas, y todos mis personajes se ofendieron ante su burla, tomó de mis manos para destapar las zonas que estaba tapando y las llevó a sus labios para besarlas, estaba jugando sucio, ese Mike no dura mucho tiempo, en cualquier momento volverá el Mike iracundo me repetía como disco rayado mi Ello aún muy enojada con Mike por haberme golpeado.
- Ven aquí pequeña.
- Mike estas jugando sucio, no puedes hacer esto.
- Esto qué?
- Entrar sin mi permiso.
- Emma tu ya eres mía y solo mía entiende eso, pase lo que pase.
- Mike eres muy posesivo no puedes rebasar las barreras a la fuerza.
- Podemos hablar después por favor?
- Mike...
Y una vez más me enterró en su pecho su perfume se sentía mucho más fuerte con el contacto directo con la piel y el agua que caía ya caliente entre nosotros, definitivamente todo lo que sentía por el seguía ahí y cada vez más fuerte, entonces lo abracé tan fuerte como pude, lo extrañaba, pero me sentía culpable por estarle perdonando, no estaba bien, Mike ya me había hecho tantas cosas.
- Emma escúchame, lo siento mucho vale? No es fácil estar en mi lugar, he perdido la calma tantas veces pero no sé cómo explicarlo, yo no sé qué es lo que siento por ti, no puedo verte con nadie más, te quiero solo para mí, y luego llega este tío y haces todas esas cosas con él como si yo no existiera, aprovechas una pelea para...
- Mike yo no hice nada intencional, te lo juro, en mi cabeza tengo mil dudas sobre ti porque no sé que es lo que quieres de mí y veo que tu tampoco, por unos momentos siento que me quieres y en otros que me odias con todas tus fuerzas, no entiendo, tengo un miedo irracional a que me rompas el corazón por si al final te aburres de mí.
- Emma nadie jamás será capaz de golpearte tan fuerte como la vida sola lo hará, cuando crees que estas haciendo algo bien ella te muestra que no, cuando crees que eres fuerte y nada puede derribarte ella te muestra que si, cuando crees que tus planes están calculados y nada ni nadie puede cambiarlo la vida solo con mirarla se jode sola, pero lo importante es saber levantarse después, yo sé que he abandonado lo que teníamos desde el comienzo, que me he convertido en angustias para ti, pero estoy desesperado hay algo muy grande que me atormenta y no sé, no encuentro las palabras para decírtelo.
Bajó la cabeza avergonzado, jamás había visto a este Mike, qué secretos oculta?
- Y porque no me lo dices de un buena vez, acabemos con esto Mike por favor, yo te quiero pero así no puedo continuar.
- Lo siento no puedo si lo hago te perderé y aún no es momento, aún me queda mucho por entender.
- Nunca entiendo tus códigos cuando hablas.
- No lo hagas solo ven aquí.
Solté un suspiro largo, una vez más sumida en dudas, y no podía forzarle a hablar, y lo peor de todo es que ni siquiera tenía fuerzas, me deje llevar, me deje arrastrar y guiar por sus brazos, sus manos que tomaron de mi rostro para conducirme al suyo y por primera vez tuve al Mike cariñoso, a ese Mike dulce y tierno que ansiaba tanto ver, me besó con ternura, despacio hasta sentí amor de su parte.
Enterré mis uñas en su espalda tanto que conseguí que respingara, hundida en sus brazos me perdí por completo, sus caricias era como choques eléctricos por todo mi cuerpo a la par de delicados pétalos de rosas que apenas rosaban mi piel para erizarme y cortarme la respiración.
Mike me empotró contra la pared, tomo de mis manos para entrelazar sus dedos con los míos y alzar mis brazos a la altura de mi cabeza, enterró su rostro en mi cuello para llenarme de besos.

Acto Fallido (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora