Las promesas no son suficientes

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-Me vengaré.
-Qué dices Emma tú no eres así, vamos. *Tomó de mi cintura y me condujo a la sala, después salió para deshacerse de la bromita de Eleonor.
Lo arrojó en gran basurero del pasillo, lo pude escuchar, yo seguía con la rabia entre los dientes, si Eleonor estaba jugando sucio buscaría provocarla y así conseguiría más respuestas, sobre todo la verdad sobre el misterioso Richard Smith y su automóvil negro.
Mike volvió enfurecido, había salido completamente de sus casillas, pateó una de las mesas con tanta fuerza que los cristales se hicieron añicos, una vez más había perdido la batalla contra su violento temperamento.
-Mike! Qué haces?
-Déjame Emma tú no entiendes! Ve a dormir por favor. *Extendió una mano a la altura del pecho con el dedo indice apuntando como si hablara con su propia hija, el pelo enmarañado le tapaba los ojos pero sus labios fruncidos mostraban ira.
Mike jamás me había hablado así, hasta me dió miedo, tomé mi bolso y fui a su dormitorio, no me cambié me dormí así con el vestido puesto.
Amaneció y no me di cuenta, cuando desperté eran las 11:00s de la mañana y en la cama no había rastros de Mike, fui hasta la sala y lo encontré bebiendo whisky, completamente acabado, no había dormido, sus ojos estaban rojos como la sangre, por qué lo enfureció tanto la broma de Eleonor?
Incluso a mi se me había pasado la rabia no me vengaría de nadie fue un impulso, pero no entendía, no entendía nada de este hombre, Mike aún sentía algo por Eleonor? Tendrían algún vínculo? Las preguntas me estaban carcomiendo sobre todo porque cada vez me eran más confusas y sin posibilidad de respuestas. Intenté hablarle.
-Mike. *Lo dije en un susurro y encogida de hombros.
Levantó la mirada para encontrarse con la mía, no dijo nada, agitó su baso y se levantó, parecía muy enojado.
-Le diré al chofer que te lleve a casa.
Pasó de largo para coger el móvil sin ni un sólo gesto de cariño, nada, como si la culpable era yo, ya quería romper en llanto pero me contuve y en mi cabeza la vocecita me gritaba: Dónde te fuiste a meter Emma White? Tu lugar no es aquí.
-Puedes bajar Sam te espera en lobby.
-Adiós.
Ni siquiera recibí respuesta, intenté acercarme pero me esquivó levantando una mano.
-Sólo vete Emma.
La verdad fue el peor de los sentimientos, sentirse rechazada es horrible sobre todo cuando amas demasiado a esa persona, jamás me había pasado y que fuera Mike el responsable me rompió el corazón, pero fui fuerte di media vuelta y salí de allí.
En el elevador miraba mi rostro cansado y con ojeras en los espejos, podía ver a cuatro Emmas allí dentro, y todas ellas estaban sufriendo conmigo, las puertas tintinearon y se abrieron, en el pasillo estaba un señor fortachón de metro noventa, debería tener unos 45 años, me esperaba con una sonrisa y su uniforme de traje negro.
-Señorita Emma?
-Sam?
-Sí señorita sígame por aquí. *Extendió su brazo para mostrarme el camino.
Llegué a casa, y apenas atravesé mi puerta caí en el abismo de llantos por los sentimientos encontrados y la desesperación que me provocaba no entender nada, al cabo de un rato las lágrimas cesaron y me levanté del piso, tomé una ducha y fui a la cama, quería dormir, ni siquiera tuve fuerzas para comer algo.
Dormí unas cuantas horas, ya estaba oscuro cuando desperté, mi cabello mojado se había secado en la cama que aún seguía húmeda, me levanté y fui directo a la cocina, nada más pude comer un sándwich de atún, luego me senté en mi sofá con las piernas al pecho, jugaba con mis pies, hasta que mi móvil me quitó de la otra dimensión en la que me encontraba, busqué el móvil estaba en mi dormitorio, era Mike llamando desesperado, ya habían otras cuantas llamadas suyas, no respondí la llamada, lo dejé sonar, me senté frustrada en mi cuarto mirando al móvil sonar una y otra vez, cuando finalmente cesó me tumbe de brazos abiertos sobre la cama, los hombres son raros, una nunca sabe qué es lo que buscan en nosotras, qué es lo que quieren?
Salté de la cama cuando escuché unos golpes violentos en mi puerta, el pánico se apoderó de mi, mis piernas me temblaban pero conseguí llegar hasta la sala, tomé lo primero que encontré para tratar de defenderme.
-Emma sé que estás ahí, abre la puerta.
Los golpes no cesaban, bajé lo que tenía en mano, era Mike al otro lado de la puerta, me acerqué a ella y miré por la mirilla, estaba completamente aseado, su aspecto era distinto, esta vez de su rostro emanaba desesperación.
-Emma, abre por favor!
Gritaba sin parar de aporrear la puerta, estaba perdiendo la paciencia.
-Juro que si lo la abres la tumbo, vamos Emma ábrela.
Dios! En qué fui a meterme, Mike había dejado de ser ese príncipe azul para convertirse en el demonio más bonito pero malvado y violento.
-Ya! Para, la abriré.
Abrí lentamente la puerta, casi me tumba al entrar con desespero, me tomó de la cintura y me atrajo hacia sí, me abrazó tan fuertemente que no podía respirar, traté con todas mis fuerzas de apartarme pero era imposible, Mike era un gigante frente a mi.
-Emma! Me quieres matar del susto? creí que te había pasado algo.
-Suéltame Mike! Qué crees que podía pasarme a parte de ser echada de tu casa como lo hiciste, con total desprecio.
-Emma, yo...
-Mike te estás convirtiendo en una persona que no esperaba, no puedo continuar así, tú y tu ex prometida psicópata me están dejando loca.
-Emma no digas eso por favor.
Mike me miraba decepcionado, le temblaban los labios y las manos, jamás lo había visto tan inseguro.
-Cómo has entrado?
-Esperé a que alguien saliera y pude alcanzar la puerta antes de que cierre.
-Cuánto tiempo te quedaste esperando?
-Lo suficiente.
Intentó volver a tocarme pero me di la vuelta y me alejé lo suficiente para encontrar seguridad en mi cuerpo, estando él tan cerca era difícil tanto como parir o peor, me senté en el sofá y llevé mis manos a la cabeza, respiré hondo, intentando encontrar alguna solución, todo se estaba poniendo peor a cada día que pasaba.
-De verdad eres así? Violento.
-Tú me pones loco, y la desquiciada de Eleonor.
-Mike eres un alcohólico?
-No, jamás he bebido desde que, desde que...
Sus palabras quedaron vagando en el aire.
-Desde que qué Mike?
-Desde mis problemas con Eleonor y sus amenazas, ya no sé de qué es capaz y temo por ti.
-Por qué me has tratado así?
-Emma entiende, por favor, estoy siendo atormentado por una mujer que quiere obligarme a estar con ella, no sé qué hacer vale? Sé que no es tu culpa pero debes darme mi espacio, no todo es color de rosa siempre.
-Nada de lo que dices justifica tu desaire.
-Perdóname.
-Últimamente escucho eso de ti casi todos los días.
Ladeó la cabeza, con una mano en la cintura y la otra se la paso en la boca como si estuviera limpiándose, Pero en realidad es un gesto de preocupación.
-Quiero que te vayas Mike, esto se ha acabado, lo siento pero es demasiado para mí.
-Después de todo quieres que se termine?
-Sí.
Me dolía toda el alma, no sé porqué dije eso, pero lo hice, estaba caminando por caminos muy estrechos, Mike debería de solucionar sus problemas antes, pero mi miedo era que en el camino se olvidara de mi.
-Emma tú eres mía!
Me tomó del brazo y me estiró hacia sí, lo hizo con tal fuerza que me lastimó, traté lo más que pude por soltarme y fue imposible, intentó besarme y conseguí que no lo haga.
-Mike para!
-No voy a dejar que por la broma de Eleonor termines con lo nuestro.
-No es la broma de Eleonor, no es nada de eso, eres tú con tu misterio, tus cambios bruscos de humor, tu violencia y tus días de alcohol, suéltame!
Alzó las dos manos en señal de rendición, me miró con odio.
-Si eso es lo que quieres, me voy.
Abrió la puerta y sentí que se llevó una parte de mi con él. En qué momento esta historia de cuento se volvió esta realidad horrible me gritaba a mi misma, fui hasta mi cama y una vez más lloré, lloré tanto como pude.

Acto Fallido (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora