Romance en Hogwarts - One-shorts BL

Lucius x Remus 2/2

"El Bello y la bestia"  

- Vaya... sabía que era lindo... pero no sabía que tanto...-el caballo resopló, demostrando su desconformidad- Claro que no es casa, pero si vamos a vivir acá tendremos que irnos acostumbrando... digo yo, podríamos vivir aquí... si es que no vive nadie...- dijo mirando el alto techo. Luego observó lo grande del lugar, y eso que solo era el salón de visitas- Menudo castillo... que lastima que no haya sido cuidado por nadie...estúpidos rumores...-dijo para si, molesto por el polvo.

- De hecho... él vive aquí...-Lucius se sobresaltó, volteando hacía las escaleras que daban paso al segundo piso del castillo, encontrando sobre estás a un chico castaño, quién lo miraba con ternura. Un reno blanco era señalado por el castaño de 19 años, dando a entender que el chico hablaba del reno- y también yo...-sonrió fiel.

- Yo...yo...-tembló Lucius, esto no estaba bien.

- Tranquilo, es normal que no creas que alguien viva aquí...-sonrió el castaño. Lucius estaba estático, algo no andaba bien. Decían que había un lobo en el castillo, no un chico deseable y de belleza extraordinaria. "¡A MI ME HAN ESTAFADO!", gritaba Lucius mentalmente, mirando con babas al castaño que se acercaba a él, con el ciervo blanco detrás- Mi nombre es Remus por cierto...-rió, trayéndole a la realidad- Remus Lupin, un gusto- dijo, extendiendo su mano hacía el rubio, quién la miró sorprendido, se veía suave.

- ammmm...-vaciló Lucius, mirando con desconfianza la mano del castaño- Lucius Malfoy, un gusto...-dijo serio, pero su rostro demostraba inquietud. Remus la estrechó con una sonrisa y la soltó. Lucius sintió frío en su palma, tenía razón, la mano del chico era realmente suave, pero llena de cicatrices, igual que el rostro del mayor.

- Tranquilo... no pasa nada, somo inofensivos...-sonrió Lupin- Por ahora...-dijo para si con desánimo.

- ¿Qué es...?- un golpe en la puerta principal se escuchó, recordándole a Lucius que el Grim seguía afuera- Ay no...-balbuceó, mirando la puerta con terror- Realmente lo siento, traje a esa cosa aquí sin darme cuenta... realmente lo siento...- se disculpaba con Remus, quien miraba la puerta con seriedad, mientras caminaba hacía ella- ¿Qu-qué... qué hace?- balbuceó horrorizado, viendo como el castaño tomaba las perillas de las grandes puertas.

- No pasará nada, lo prometo...-le sonrió por sobre su hombro. Lucius iba a decir algo, pero el castaño justo abrió las puertas, dejando que el gran perro entrara con ladridos gruesos, gruñendo en posición de ataque a Lucius.

- No, no por favor...-rogó el rubio, mirando como el perro se agazapaba, listo para saltarle encima, cuando el castaño le puso una mano en el lomo, deteniendo al perro en el momento.

- No Sirius, es buena gente... no viene a hacerme daño...-dijo con voz suave, apaciguando al perro, quién lo miró como si dudara de su palabra por unos momentos, antes de relajar sus músculos y así ser envuelto en una luz blanquecina, cegando al rubio y al ciervo por unos segundos. 

- ¿Qué rayos...?- balbuceó Lucius, tapándose los ojos con los brazos, para luego ver como un chico de cabellos rizados y oscuros reaparecía en lugar al Grim. Remus lo miraba como si fuera lo más natural. Ciertamente, para Lucius no lo era.

- Remus, no eh encontrado a Peter...-dijo el tal Sirius, con porte de elegancia y de traje y corbata, tal y como un mayordomo de primera clase. Reportaba con aires serios y llenos de preocupación al castaño, quién pareció desilusionado.

- Oh, está bien Sirius... tú... ve a descansar...-dijo desanimado, a lo que el rizado asintió y se marchó hacía el segundo piso, mirando con desdén al rubio al pasar a su lado. Lucius estaba ¿Desconcertado? No, lo que le seguía a ello- Yo, supongo que tú no querrás salir en su lugar, ¿O no?.- dijo nervioso al ciervo, y por lo raras que estaban las cosas Lucius supuso que era otra persona transformada. Algo que no le sonaba lógico aún. El ciervo negó con la cabeza, para luego caminar hacía la puerta- Muchas gracias James...-sonrió, a lo que el ciervo asintió sin mirarlo.