Fenrir x Harry

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"Casería. El Lobo y el muchacho de la caperuza roja y escudo de león"

Ukecito-chan

En un bosque a oscuras, con el frío primaveral azotando las copas de los tétricos árboles, vivía un hombre lobo, de macabro aspecto y tenebrosa mirada color ámbar. Su cabello era castaño, largo y suave, siempre peinado elegantemente hacia atrás, sus ojos y barba resaltaban en su blanca cara, marcando sus facciones masculinas afiladas. Colmillos blancos que sobresalían de forma inevitable de sus labios destellaban un filo enfermizo, y sus ropas holgadas, oscuras y camufladas con su entorno le daban un aspecto fantasmal. Su nombre; Fenrir Greyback, el hombre lobo, asesino, más buscado en el perímetro.

En una aldea, a 40 metros del oscuro bosque, vivía un muchacho particular, de hermosas vestimentas color carmín y un escudo bordado en su capa rojo sangre bordada de oro con un hermoso león mostrando su fiera interna. El muchacho inocente, valiente, curioso y dulce era llamado Harry, Harry Potter. El chico tenía una hermosa melena larga y rizada castaña, y unos hermosos ojos color verde lima lo hacía ver intimidante y toda una fiera felina. Su tez ligeramente trigueña lo hacía resaltar, dando un brillo de seguridad a sus ojos. Y el chico, desconocía totalmente el bosque, nunca había entrado, ni nunca lo había investigado, pero era consciente de lo que lo habitaba.

- Quiero que sepas Harry, que nunca pensé en hacer esto...-mintió una hermosa mujer pelirroja, con esmeraldas por ojos, mientras ajustaba las cuerdas gruesas y ásperas que amarraban las sensibles muñecas de su hijo.

- Pero no lo entiendo mamá... ¿Porque me entregan al lobo?- lloraba el muchacho, viendo como el pueblo preparaba sus trinches.

- Seamos honestos Harry, nunca fuiste útil en nada...-dijo un hombre mayor, haciendo notar su parentesco con el adolescente.

- Papá, ¿Porque?- lloraba asustado. Decían cosas horribles de ese bosque, y del lobo que lo protegía. 

- Porque la bruja Trelawney aseguró que si entregábamos a un alma pura al lobo este dejaría de atacar la aldea...- dijo su padre, mirando frío las penumbras del bosque- Creo que tendrá que conformarse con un inútil...-regresó su mirada a él. Harry hipó.

- Además de que se nos presentó... gracias a Dios- murmuró la mujer pelirroja- La oportunidad de deshacernos del perno que nos jodió la vida durante 17 años...-dijo acomodando su suave melena color cobrizo- O sea... tú...-indicó con desdén y un deje de burla.

- Introduscanlo al bosque...- ordenó el alcalde de la aldea. Los aldeanos tomaron de los brazos a Harry y lo arrastraron al bosque. Harry gritaba horrorizado.

- ¡NO, POR FAVOR!- lloraba. Unos oídos peludos se alzaron a modo de atención al percibir el grito.

- Háganlo callar, o el lobo nos encontrará...-masculló el alcalde mientras guiaba al grupo de aldeanos por el interior del bosque.

- ¡Por favor, cambiaré!- rogaba Harry espantado, la oscuridad nunca fue de su agrado. Y jamás lo sería. Una sombra humana se escabullía entre las penumbras del bosque, observando atenta al muchacho asustado, siendo traicionado por sus conocidos.

- ¡CÁLLATE!- ordenó un aldeano, zarandeándolo con violencia. La sombra meneó su cabeza, y dejó escapar un gruñido, sacudiendo a modo de tic su cola, crispado.

- Mientras más rápido lleguemos al centro del bosque y el lobo se lo coma, más rápido seremos libres de él...- dijo James Potter, el tan proclamado padre del sacrificio humano. Una risa burlona se le escapó al lobo que los asechaba.

Romance en Hogwarts - One-shorts BLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora