Así es como se destruye el ánimo de las personas, las ganas de vivir, de saber que hay en el mundo: matando a tus seres queridos, llevándolo al borde de la locura y burlándose en tu cara de lo que piensas o intentas demostrar.
Gracias dioses, su venganza está muy clara. Ahora sé que no valgo nada en el mundo, ni yo ni mis hermanos, ¡nadie!, que solo hemos llegado para cumplir su estúpido capricho y saciar la sed de sangre, malnacidos de mierda hijos de puta, escuchen mis plegarias, mis debilidades y úsenlos en mi contra, afilen los cuchillos mientras yo me ahogo en las lágrimas de los caídos, mientras las cenizas de la vida me cubren ignorantes. No pienso mover un musculo más; no pienso ser parte de su juego; no pienso ver más allá del miedo y desesperación que tanto anhelan, no saldré adelante. Estaré en mi mísera por lo que me queda de vida, así su plan habrá sido concretado... O quizá me levante en los últimos segundos en que el fuego extingue su llama, para gritar sus nombres, desesperado por amor; desesperado por vivir. Y sé que esperan ser alabados en ese momento, pues ahora sabrán, que usaré esa energía para acabar con lo que queda de esperanza en el mundo. Felicidades, la desdicha ha caído. Rueguen por mi muerte o mueran por no rogar.
Haber pasado por la pérdida de todas las personas a quienes amo no es suficiente, ahora debía pasar por más, ya no quiero...
Estoy harto de que me usen, cansado de no poder cambiar las cosas, de no tener la fuerza para hacer algo y forzar al destino. Soy débil. Es imposible que un ser repugnante como yo pueda proteger a todo el mundo, si ni siquiera pude proteger a mi familia. Es por eso... que me doy por vencido.
- No, a ella no te la lleves.- Decía tirado en el charco de lodo.- Es lo único que he amado y lo ultimo que me queda.- Me puse de pie dispuesto a recuperar a mi mujer, quien, por desdicha, había tomado un veneno de salamandra el mismo día que nos atacaron los guardias. Corrí a por ella pero su corcel fue más veloz y resbalé una vez más sobre aquella superficie oscura. Escuché el andar de los caballos por todo el pueblo, ahí entendí que no tenía más esperanza.
- Ey, hermano.- Dijo Pain detrás de mí, levantándome.- Arriba, no es momento de rendirnos.
Mantuve la mirada baja, los brazos y piernas tensos y mi actitud pesimista. Una lagrima bajó por mi nariz hasta llegar al suelo, le siguieron otras cinco hasta que ya no pude contarlas. Todo se mezclaba con la lluvia fría de esa tarde.
- Anda, no pongas esa cara.- Dijo él.- Vamos a recuperar a tu mujer.
De inmediato reaccioné.- ¡¿A sí?! ¿Cómo planeas hacerlo? No sé si lo notaste, pero ellos son un maldito ejercito... no, son un reino entero. Esos desgraciados ya han jodido todo lo que tenemos, todo por lo que hemos luchado con tan solo.- Chasqué los dedos.- Hacer así. Tienen mucho poder, muchos hombres y muchas armas, explícame, Pain, ¿cuál es tu plan?
- Yo...
- ¡Estoy esperando!
- No lo sé.
- Tienes la boca muy grande, hermano, en lugar de decir tales estupideces deberías usar la cabeza una vez al día.- Se abalanzó sobre mí abrazándome.
- Ey.- Dijo soltando una leve risilla.- Soy tu hermano, estoy aquí para ti. Si yo digo: vamos a recuperarla. Es porque lo vamos a hacer. Tú confía. El como lo hagamos es lo de menos ahora mismo, hay que pensar en que cenar que ya hace hambre.
- Eres un tonto, ¿ya te lo dije?- Sonreí.
- Sí, muchas veces, cada que te ayudé en algo de hecho.- Pain tiene razón, ha tenido que ayudar en bastantes cosas desde que el rey murió... Ese príncipe es un bueno para nada. Se nos termina la comida, el oro, se la pasa en su castillo haciendo experimentos con algo a lo que llama "la pieza" y lo peor, han estado desapareciendo personas. En un principio creí que era por los guardias del reino agresor, pero después, vi un par de los guerreros del castillo tomar a alguien por sorpresa. Primero vagabundos y ahora gente común. Pronto no quedará nadie en el reino del este a quien secuestrar para esos "experimentos".
- Bien, creo que tengo un plan, pero hay que prepararnos.
- Te escucho.- Dijo Pain y arremetí con mi puño en toda su cara tirándolo al suelo.
- ¡Ouch!- Exclamé.- Esto de golpear no es tan fácil.- Puse ambas manos en mi rostro y le hice señas provocándolo.- Anda hermano, tenemos poco tiempo para entrenar y fortaleceros.
- Y pensé que yo era el loco.- Dijo poniéndose de pie.- Entonces que así sea.- Le vi correr hacía mi para taclearme.- ¡Bloquea esto, Aquiles!
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Arte Elemental: Susurro de la vida
FantasyGatea, camina, corre o vuela. Cualquiera de esas cosas es valida en un mundo de fantasía. Pero no pares de soñar, imaginar o creer. Ya que, cuando comiences la lectura, no podrás vivir lo que las palabras tienen para ti. En esta historia se narra la...