Capítulo 32

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- Que extraño sueño.- Exclamé y me senté al borde de la cama.

- ¿Qué pasa?- La oscuridad acompañaba sus dulces y tiernas palabras.

- Es solo que... no importa, cosas raras.- Dije esperando que ya no me preguntase más cosas, lo cual, conociéndola, era imposible.

- Anda, vuelve a dormir, me asustaste tontuelo.- Puso su mano en mi cabello acariciándolo y besó mi mejilla.

Me recosté nuevamente en la cama exhalando con fuerza.

- No, algo te pasa, cuéntame.-

- Mi amor, no es nada, enserio.

- ¿Vamos a pasar por esto otra vez? Pronto seré tu esposa y debes aprender a confiarme tooodo.- Lo último lo dijo extendiendo la palabra.- Además, eres un torpe, sabes que yo también he tenido pesadillas y te las cuento, ¿recuerdas aquella en la que me caí del precipicio lleno de rocas puntiagudas? Cuando desperté me abrazaste y me prometiste que todo estaría bien.- Me abrazó.- Así que, mi amor, todo va a estar bien.

- Es sólo que... soñé que estaba luchando. Peleaba contra unas bestias horribles en medio de la nada, mis hermanos habían muerto, también mamá y todos mis seres queridos. Una vida horrible.

- ¿Yo estaba en ese sueño?

- No, eras solo un pensamiento, algo que mencionaba de forma casual.- Le regalé una sonrisa.- Eso es lo que lo volvía más horrible aún.

- Quizá sea porque estamos destinados a estar juntos.- Dijo en un tono serio.- Porque, de alguna u otra forma, el mundo sabe que serás mío, una y otra y otra vez, sin importar en que mundo o sueño te encuentres, no te podrás deshacer de mí.- Ahora habló como regañándome.- Y no quiero ni que lo intentes.

- Supongo que tienes razón. Gracias amor.

- De nada.- Me besó la mejilla.- Mi amado Aquiles.

Arte Elemental: Susurro de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora