- Sí, yo lo ayudo, señor, pero insisto en que debe estar fuera de aquí.- En realidad solo lo dije para que ese hombre no sospechase tanto de que tuviera mi espada en la mano. Me acerqué con cuidado, observándolo de pie a cabeza: Poseía un abrigo enorme a pesar del calor, una barba de cadena descuidada, un peinado semi perfecto con algunas canas y un papel en la mano. Las cosas estaban algo tensas por la misma razón, el sujeto llegó tan inesperado y es tan extraño que podría atacar a mi familia, solo que con nuestra magia me confíe un poco.
- Mire, este es el lugar al que me dirijo.- Levantó su papel y lo mostró: La tinta era roja y sus trazo exageradamente perfecto. Miré lo que decía. De inmediato me puse pálido, exhalé con fuerza y sentí que el mundo se venía abajo pues esa era la dirección de nuestra casa.
- Aquiles, ¿qué pasa?- Escuché decir a Maggie desde atras. Supe de inmediato lo que tenía que hacer.
- Nada, lo siento, no conozco esta dirección.- Dije sin voltear a verlo e intentando disimular mi ansiedad. - ¿Quién es este sujeto?- Pensé.- ¿qué quiere?, ¿a qué ha venido?, ¿por qué quiere ir a nuestro hogar? ¿Y si nos hace daño?, mamá podría estar ahí, ¡los demás podrían estar ahí!, debo pensar algo rápido.
Me di la vuelta y caminé despacio haciendo una señal a Maggie con los gestos de mi rostro.-Nos vamos a quedar un rato más, ya sabes, para limpiar lo que nos falta.- Sugerí con toda naturalidad en mi voz y sin dejar de hacerle caras raras, pero la mensa no se daba cuenta de lo que quería decir e inclusive puso una cara de duda y se expresó con ambas manos como preguntando: ¿Y que nos falta? ¿Qué tienes?
-Chicos.- Dijo el hombre.- Ya me retiro, no se preocupen, tengan una linda noche.- Dio la vuelta y caminó hasta los arbustos. Mi primera sensación fue de alivio y la siguiente de duda, ¿qué acaso vive ahí el tipo?- Solo una cosa.- Se detuvo a un pie de estos, se agachó y recogió un artefacto muy grande y extraño con varias puntas al extremo. Estaba seguro de que era un arma.- ¿Realmente pesaron que no me daría cuenta?
Sin esperar a que el barón hiciera un movimiento, corrí a por él. Lancé un corte hacia su cabeza, a lo cual respondió bloqueándolo solo con su brazo cubierto por el abrigo. Parecía tener ojos en la espalda. Sacó su espada con la otra mano, dejando el artefacto en su lugar y me hizo retroceder con un par de puntadas.
Mi corazón se aceleró, me puse nervioso y adopté la postura para afrontar cualquiera de sus ataques.
- ¡¿Aquiles?! - Gritó Maggie y pensé en que debíamos trabajar juntos para vencer a ese sujeto. En eso intentó blandir su espada en mi pecho. Salté hacía atrás y arremetí contra él para ganar algo de tiempo, el problema fue que cada golpe que lancé lo bloqueó sin sudar.
- Déjame revelar un secreto.- Dijo tranquilo mientras yo me deshacía en cansancio y mis músculos ardían al desviar sus ataques. No cabía duda, este sujeto ha peleado con personas y posee mucha más experiencia que yo en combate.- Todos reaccionan de la misma forma: son agresivos y torpes además de no tener una comunicación cuerda entre ellos. Es fácil saber cuándo alguien está nervioso o miente, pero sobre todas las cosas, yo me encargo de investigar a mis presas desde mucho antes, conocer el terreno, aprender sus fortalezas y debilidades, no solo en el campo de batalla, también en la vida.
Retrocedí y él se detuvo.- Quiero sus espadas, niños. También quiero que se limiten a verse asustados y no intenten nada estúpido-
Corrí hacía el dojo lo más rápido posible, Maggie y Celestia estaban todavía en la puerta, salté para empujarlas dentro y escuché como el viento se rompía detrás de mí mientras varias flechas se clavaban alrededor en la madera. Caí al suelo y giré mi vista hacía el barón: alcancé a percibir la punta de varias flechas adjuntas a un artefacto que sostenía en ambas manos. Escuché como el viento se volvió a romper y la punta de esas flechas se acercaban a mi rostro, hasta que una ráfaga de viento muy potente las desvió salvando mi vida. Me arrastré hasta mis hermanas y escuché la risa de aquel hombre mientras una lluvia de golpes caía sobre la madera. No entendí de que forma podía lograr algo así, ¿qué clase de artefacto es ese? Puede disparar muchísimas flechas en cuestión de segundos. Jamás había visto algo similar.
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Arte Elemental: Susurro de la vida
FantasiGatea, camina, corre o vuela. Cualquiera de esas cosas es valida en un mundo de fantasía. Pero no pares de soñar, imaginar o creer. Ya que, cuando comiences la lectura, no podrás vivir lo que las palabras tienen para ti. En esta historia se narra la...