•Capítulo 11: "Crecen tan rápido"•

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  • Dedicado a Sabri Monteferrante
                                    


El sonido estridente del timbre resonó en la sala, haciendo saltar a ambos rubios.
— ¿A quién esperamos?— preguntó fastidiado el irlandés.
— Esperamos a la mujer que nos enseñará algo de literatura— informó Sol, sonriendo ante la actitud ofuscada del chico.
— Vaya modo de aguar un momento— refunfuñó por lo bajo, y fue regañado suavemente por Sol que le besó la mejilla y corrió a la puerta.

Elizabeth intentaba no enloquecer, Harry Edward Styles era el ser humano más molesto, irritante, ególatra, sarcástico, y hermoso que ella haya tenido la maldita desgracia de conocer, aún no comprendía cómo demonios había chicas que lo idolatraban...
Deberías dejar de mentirte a ti misma— la regañó su conciencia— sabes muy bien que Harry no solo tiene puntos negativos... Recuerda que él fue quien te consoló cuando el queridísimo Alex te pateó fuera del juego.
— Ya estoy hablando conmigo misma— murmuró sacudiendo la cabeza.

La profesora de literatura era una mujer que aparentaba muchos más años de los que en realidad tenía, su cabello estaba atado en una rígida cola de caballo de color caoba oscuro, su boca estaba en una fina y dura línea. Sus ojos de color café estaban totalmente ocultos bajo las gafas de montura gruesa, y observaban a Soledad con reprimenda.
— ¿No he dicho que debías leer el capítulo completo?— dijo y su voz salió rasposa.
— Usted no ha dicho "completo", me dijo que leyera los temas que hemos dado y eso fue lo que hice— se excuso ella.
— Niña, el capítulo completo tiene todos los temas a los cuales, por supuesto, tú no prestaste ningún tipo de atención.
Elizabeth observó el intercambio con un poco de cansancio, era la veinteava clase que tenían con esa mujer y siempre sucedía lo mismo, era casi rutinario que Soledad se distrajera con cualquier cosa y dejara el material de lectura por la mitad.
— He de suponer que sabes que tu amiga es un caso perdido.
— Créame profesora, lo he sabido desde siempre— respondió dramáticamente.

El crepúsculo llegó rápido, mientras ambas chicas terminaban de ducharse y vestirse, por fin conocerían  un restaurant de Londres.
El vestido que Soledad llevaba puesto era de un hermoso color negro, ajustaba la parte de su pecho y luego tenía una bonita caída con vuelo, el toque que la completó fueron los increíbles zapatos de tacón alto color azul Francia, a juego con el cintillo que se ataba en su cintura. Alisó su corto cabello rubio y le puso brillo a sus labios, le molestaba tanto cuando las chicas se maquillaban de más, es decir, ¿qué tenía de llamativo ser comparada con un payaso?
Elizabeth, al contrario de su amiga, había usado delineador, sombreando sus párpados con un tono oscuro que combinaba  con su vestido de encaje rosa pálido con bonitas mangas a medio brazo, un escote corazón y falda con un pequeño vuelo, sus zapatos color crudo fueron el toque final. Ordenó sus naturales risos y alisó su flequillo corriéndolo para un lado.

Al bajar las escaleras se toparon con cinco muchachos que parecían sacados de una revista, prolijamente vestidos con camisas y pantalones de salida.
Soledad los miró a todos, pero clavó la vista en su muy reciente chico. Niall se veía tan hermoso, que le dieron ganas de llorar. Se acercó y le plantó un casto beso que dejó sorprendidos al resto del público.
— ¿Alguien será amable y me explicará que sucedió?— Liam levantó una ceja.
— ¿Es acaso el día de "besemos a quien tenemos delante"?— los molestó Lizzy provocándoles un sonrojo demasiado dulce.
— Dejen de ser idiotas— pidió abochornada Soledad y se abrazó al rubio— Niall y yo estamos saliendo.
Tardaron uno segundos en procesar la información, y felicitar a la pareja.
— Ellos crecen demasiado rápido— dijo Elizabeth sonriéndoles cálidamente y luego miró fijamente al irlandés— solo te diré esto una vez, y lo haré porque eres una buena persona y no quiero tener motivos para que dejes de agradarme. La lastimas y mueres.
Niall que antes sonreía abiertamente, ahora la observaba serio.
— Haré lo mejor que pueda para no lastimarla— confirmó y abrazó por la cintura a la chica que lo miraba como si él fuera el mundo. 

Harry, quien no había abierto la boca, tenía la mirada totalmente perdida mientras veía a Lizzy sonreír.
Estás siendo tan bobalicón— se dijo mentalmente— bien, sí. Ese vestido le sienta de mil maravillas y le está haciendo cosas locas a mi mente, pero... Contrólate.
Cuando todos estuvieron en la puerta, el chico de ojos verdes se acercó al oído de la castaña.
— Te ves bien— susurró.
Elizabeth se tensó por un momento al sentir el cuerpo alto del chico pegado a su espalda, y su respiración rozándole el cuello, creándole un calor que le invadió el cuerpo de golpe. 
— ¿Desde cuándo el "magnifico" Harry Styles me hace un cumplido?— replicó sin darse la vuelta y recibió una risita por parte suya.
— Solo estaba afirmando un hecho, no era un cumplido en absoluto, Pixie— volvió a susurrarle.
— Bueno, gracias por la confirmación.
Ambos notaron que tenían cinco pares de ojos mirándolos con recelo.
— ¿Debemos preocuparnos por la cercanía?— preguntó Zayn mirando a Lizzy con la cara inmutable.
Elizabeth le sonrió, conocía al moreno y su voz quería decir que la sacaría de los problemas si los tenía.
— En absoluto— confirmó ella y le dio un guiño.
Sin más preguntas, ni acotaciones siete almas salieron de la casa rumbo a cenar.

Enamorándome en LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora