Capítulo 1/2
El peso muerto de los cuerpos hacía tambalear a Soledad, ninguno de ellos podía mantenerse en pie y por esa misma razón estaban haciendo una cadena humana.
— ¿Podrían hacer un poco menos de ruido?— se quejó Lizzy, cuando oyó risas mezcladas con las toscas pisadas en el piso de madera flotante.
Soledad frunció el ceño en dirección a la castaña, quien se sobaba los ojos con el propósito de enfocar la vista.
— Y tú… ¿podrías venir y ayudarme a cargarlos?
Elizabeth protestó en voz baja caminando un poco tambaleante hasta ellos. Con cuidado ayudó a Liam, el último de la fila, acomodándolo en su propia cama, mientras Sol ayudaba a Louis a sentarse en la suya.
Zayn, Harry y Niall cayeron derecho en la cama matrimonial, dejando un apestoso olor a alcohol por todo el lugar.
— ¿Han dejado al menos el agua de los váters?
— Besar a Niall fue, y creéme, repulsivo. Su boca sabe amarga por la cerveza.
Liz sofocó una risita, sin darse cuenta que el pesado cuerpo de Harry estaba justo al lado suyo.
— Te quiero, Pixie ¿lo sabes?
— Hueles horrible— ella arrugó su pequeña nariz con desagrado.
— ¿Aún estás enojada conmigo?
La castaña lo observó, casi sentía pena por la expresión derrotada en la cara del inglés.
— No lo sé, mañana hablaremos.
Poniendo sus ojos grises en los cafés de su amiga habló con seriedad.
— No podré soportar esta pestilencia durante toda la noche.
— ¿Qué propones que hagamos?
Pensó por un momento, intentando recordar aquellos métodos que utilizaban en todos los libros que leía.
— La ducha.
— ¿Por qué demonios quieres ducharte ahora?— preguntó Sol con fastidio.
La chica golpeó su frente.
— No quiero ducharme. Quiero que ellos se duchen, con agua helada, eso hará que al menos el olor se haga más soportable.
Los grandes ojos cafés se abrieron de golpe.
— ¿Piensas desnudarlos?
La menor no pudo contener la risa que el miedo de la voz de Sol le provocó.
— Podríamos meterlos vestidos, pero eso solo logrará hacer más desorden.
— Bueno…— la duda se hizo presente— dejarlos en ropa interior no puede ser algo tan terrible, ¿no?
— No, en absoluto. Piensa en que es totalmente necesario, de vida o muerte.
Se miraron por unos segundos y sin hablar tomaron a Louis, metiéndolo con muchas dificultades dentro del baño.
Comenzaron quitándole la chaqueta y remera, luego fueron por sus pantalones, hasta dejarlo completamente en ropa interior.
— Adentro, Tomlinson.
Abrieron el agua fría, dejando que corriera, después de algunos segundos metieron el cuerpo tambaleante de Louis bajo la lluvia.
— Ee…sta he…he…lalada— tartamudeó.
— Lo siento mucho amigo, pero no tienes derecho a quejarte, hacemos esto por tú bien— la voz de Sol era calmante.
— Y por el nuestro— masculló Liz por lo bajo, recibiendo un codazo de la rubia.
Cuando él estuvo totalmente duchado, le pidieron que se cambiara, mientras tomaban a Liam y repetían los mismos pasos, al igual que Zayn.
— Niall es quien sigue— avisó Elizabeth, secándose un poco la cara— yo no meteré mis manos ahí.
Sol encogió sus delgados hombros, caminó con pasos firmes hasta la cama donde su novio dormitaba.
— Cielo, debes colaborar conmigo y venir al baño— susurró en la oreja puntiaguda del irlandés.
Horan no opuso resistencia cuando tironeó de un brazo, y con la torpeza de un bebé caminó con ella.
— Ahora, ¿puedes quitarte la camiseta y los pantalones?
Él asintió, obedeciendo a la petición sin rechistar.
— ¡Me duedddddddde tnto! — llorisqueó sosteniéndose la cabeza con ambas manos.
— Lo sé, amor. Ven.
Tomó con mucha ternura la gran mano del muchacho y lo arrastró debajo del agua congelada.
— Está muy fría.
— Prometo que sí te quedas quieto y me ayudas terminaremos rápido y podremos ir a dormir, ¿de acuerdo, cielo?
El asintió, y cooperó mucho más.
Al terminar envolvió su cuerpo con una toalla y se quitó la ropa interior empapada, cambiándose dentro para que Soledad no se sintiera incómoda.
— Gra…Gr…Gracias— balbuceó.
Ella frunció el ceño.
— Deberías estar feliz de que no te dejara tirado en la pista de baile, Niall Horan. Ahora cierra la boca y vayamos los dos a dormir.
Medio cargó su peso en la pequeña mujer, increíble que tenía como novia y poniendo todo de sí se acomodó en la cama, recibiendo un beso de buenas noches, se quedó completamente dormido.
Elizabeth peleaba con la terquedad de Harry.
Vamos, hombre— pensó un poco agotada ante la negación del inglés por despertar.
Respiró hondo, y llevó su pequeña manito al cabello, ahora un poco demasiado largo, para comenzar a acariciarlo. Acercó su boca al oído de Harry y susurró en él.
— Vamos, nene. Necesito que estés arriba, para poder ayudarte. ¿Podrías hacerlo?
— No quro, m due caneza.
Elizabeth sonrió para sí misma, debía admitir que era un borracho de lo más tierno.
— Sé que no quieres y que te duele la cabeza, pero confía en mí, si no me dejas meterte bajo la ducha mañana amanecerás feo.
Con un poco de quejas ambos entraron al baño. Cerró la puerta y repitió lo que hasta ahora venía haciendo con todos, quitó su ropa dejándolo solo en bóxers.
— Tenfo frío— masculló poniendo el puchero más adorable que pudo haber visto nunca.
— Te diré que haremos. Tú dejaras de hablar por al menos tres minutos y luego te daré un abrazo.
— Besssssso— silbó.
Tras un asentimiento, Liz duchó al pobre chico que no podía dejar el temblor que lo invadía, estaría borracho, pero su cuerpo seguía reaccionando ante el suave toque de la chica.
— Felicidades— alabó— no te has quejado ni una sola vez.
— Merrrzco mi prmio.
Ella rió, era tan predecible que él solo se callaría para ganar. Besó cortamente los labios casi morados, y lo envolvió con una gran toalla, para ayudarlo a mantener el equilibrio cuando se quitó la prenda mojada cambiándola por una seca.
— Vamos a dormir, merecemos un poco de tranquilidad.
Acostó al gran chico en la camita, y se inclinó para besar su mejilla.
— Buenas noches.
En un segundo, siete almas descansaban en perfecta paz.
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Enamorándome en Londres
Fiksi PenggemarUn viaje a otro continente. Una nueva familia. Música que entra por tus oídos y se instala en tu alma. Siete personas viviendo dentro de un mismo lugar. "El amor está a la vuelta de la esquina" dijo Sol. "O al otro lado del océano"...