Después de clases

Cap. 39

-Vengo a darte el alta.- sonreí -

-Ya era hora...- dije con media sonrisa y Lyna se paró detrás mio con una mano en mi silla -

-Recoge tus cosas mientras te preparo los papeles.- asentí levantándome -

-Jennifer te importa si te esperamos afuera?- preguntó Laura cogiendo a Thomas de la mano -

-No claro, si queréis iros ya, por mi no pasa nada.- sonreí -

-Nos vamos ya, nos vemos esta tarde?- dijo Laura abrazándome y sonreí al saber por qué lo hacía -

-Sí, os quiero.- le dí otro abrazo a Thomas -

-Queréis que os lleve?- dijo Lyna ofreciéndose y negaron a la vez -

-No hace falta, gracias.- Laura me miró pícara - Adiós...- dijeron dándose la vuelta y cotilleando -

-Necesitas ayuda para recoger?- dijo Lyna mientras caminábamos a mi habitación -

-No lo creo...- dije abriendo mi puerta -

-Y tu madre?- preguntó pasando tras de mi -

-Se fué a casa a descansar, ayer cuande te fuistes le dió un ataque de nervios...- decirlo dolía y todo... -

Entonces hizo algo que no esperaba para nada, hizo algo que hizo que todas mis piezas rotas se unieran, me abrazó por la espalda, pero un abrazo de esos cálidos, que te transmiten seguridad, de esos en los que quisieras estar entre sus brazos toda la vida, y no quieres que se acabe ese momento.
Su fragancia, su cercanía, su respiración en mi oído, sus brazos rodeándome...
No había estado mejor nunca.
Me dí la vuelta y le abracé fuerte, como una niña pequeña al ver a su madre, no la quería soltar, sólo quería tenerla cerca, sentir que en cualquier lugar estaba cómoda y segura si estaba ella a mi lado...
No quería llorar, luchaba por que mis lágrimas no salieran, pero algunas salieron en silencio.
Después de estar así un par de minutos, nos separamos.
Sonreí algo sonrojada y me apoyé en la pared mirando por la ventana.

-Estás bien?- dijo cogiéndome de la mano -

Cada uno de sus gestos me iba a matar.

-Estoy... mejor, gracias.- cogí mis cosas y caminé a la puerta con ella -

-Tengo... lo que han hecho estos dos días tus compañeros.- asentí mientras caminábamos a firmar los papeles - Quieres... estudiarlo?- le miré con media sonrisa -

-Claro... ahora?- pregunté llegando a recepción y asintió -

Firmé los papeles y salí con Lyna afuera.

-Por fin...- suspiré -

-Vamos.- dijo abriendo su coche desde el mando y caminé tras ella -

-No será molestia...- me miró con una ceja alzada -

-Te he invitado yo.- dijo con media sonrisa y entramos al coche -

Entré al coche, me puse el cinturón y ella arrancó en silencio.
Puso la radio y condució saliendo del aparcamiento.
Yo no podía dejar de pensar en mi padre y en mi madre.
Mi padre era el problema más grande que podía tener y mi madre...
Tenía un problema.
Miraba por la ventana, algo depresiva, me sentía sola, rodeada de gente, pero sin nadie que me llenara de verdad.

-En qué piensas?- esa voz... no salía de mi cabeza -

-No... no es nada.- sonreí pero supe que no colaba - Mi padre ha vuelto.- dije casi pálida mirando por la ventana -

-Están separados?-

-Sí... mi padre... bueno, fué duro para mi madre.- ella me entendió y me puso una mano en el brazo mientras conducía -

-Si hace algo, no dudes en avisarme, me lo prometes?- le miré a los ojos mientras conducía -

-Lo prometo...- sonreí y comenzó a aparcar el coche -

Bajamos del coche y caminé tras ella.
Era apenas unos centímetros alta que yo, era elegante, pulcra, ordenada, limpia...
El tipo de mujer con dinero.
Por no decir su casa, era enorme, blanca, muy bien decorada y con pinta de ser muy cara.
Subimos las escaleras que llevaban a la puerta principal y sacó las llaves.
Abrió la puerta dejando ver un amplio salón con muebles de madera de un color claro, mármol en la cocina, que estaba abierta al salón y una chimenea tras el sofá.

-Wow...- dije una vez adentro y sonrió mirándome -

-Algo de beber?- preguntó sacando cosas de la cocina -

-Agua.- dije sonriente -

-Siéntate.- dejó los vasos encima de la mesa de café de cristal que estaba delante del sofá y nos sentamos -

-Saco los libros?- asintió y dejé los libros y apunte sobre la mesa -