Después de clases

Cap. 69

Bajé las escaleras escuchando los pasos de mi padre por detrás y ví a su mujer y su hija en la puerta de casa, quitándose los abrigos como unas señoritas.
Su mujer era alta, rubia con el pelo largo y muy bien vestida.
Mi padre tenía mucho dinero y le pagó las cirugías que le hicieron tener ese culo y esas tetas de plástico.
Aunque yo sin pasar por quirófano estaba mejor que ella.
Ya me daba asco.
Su hijastra debía tener unos 17, 18 años, iba bien vestida, elegante, tenía el pelo castaño claro y unos ojos verdes.

-Hola cariño.- mi padre le dió un beso en la mejilla a su mujer y me miró con cara de asesina -

-Hija...- dijo mi padre señalando a su hijastra y tensé la mandíbula -

-Hola.- dije fríamente y me quedé mirando a su mujer -

-Bueno... qué os parece si nos sentamos en el comedor mientras Romea nos prepara unos cafés?- dijo con una sonrisa falsa y miré por primera vez a su hija, que ya me miraba desde hace tiempo -

-Yo no quiero.- dije cruzandome de brazos y su mujer se acercó a mi lentamente -

-Mira hija, yo no sé cómo serás en tu casa, pero en esta casa no quiero ni malhabladas, ni contestonas, ni niñas rebeldes, aquí en mi casa hay unas normas y la primera es la educación y el respeto...- interrumpí -

-Primero, no soy tu hija.- alzó una ceja - Segundo, esta no es mi casa y estoy aquí por ciertos... obstáculos.- miré a mi padre - Y tercero, no me apetece tomar un café ahora.- iba a hablar pero volví a interrumpir - Y en mi casa tengo mucha más educación y respeto que aquí, pero esta no es mi casa ni mi família, y si tengo este carácter será por algo, no crees?-

-No permitiré que me hables así, Jennifer.-

-Y yo no permitiré que intentes hacer como si no hubiera pasado nada.- nos miramos unos segundos y suspiró rendida -

-Deberíamos empezar con buen pié, o acabaremos peor.- asentí sin darle importancia y se acercó mi padre -

-Podemos hablar un momento, porfavor?- asentí y me llevó a la cocina -

-Qué quieres?-

-Compórtate de una puta vez quieres!?- me gritó levantando el puño y ni me inmuté -

-Me comportaré como me dé la gana.- dije apretando los puños de la furia -

-Recuerdas todo lo que le hice a tu madre? Cómo la tocaba?-

No aguanté más, le empujé fuertemente, descargué toda la furia de hace años contra él en ese momento, no podía más.
Cayó al suelo inesperado y cogí un jarrón de cristal a punto de tirárselo a la cabeza cuando alguien me cogió del brazo.
Me intenté escapar de su agarre aunque no sabía quién era, yo sólo quería matarlo de una maldita vez.

-Ojalá te mueras! No mereces una puta mierda! Celebraría tu muerte y bailaría en tu tumba!- le grité mientras él me miraba furioso desde el suelo y me sacaron a la fuerza de la cocina -

-Qué haces!?- era su hijastra... vaya... -

-Suéltame!- le aparté el brazo de golpe como si su tacto quemara - Me voy.- iba a subir las escaleras pero me volvió a coger del brazo -

-Espera!-

Subí corriendo las escaleras y entré a mi habitación, cerré la puerta con pestillo.
Metí toda la ropa en la bolsa rápidamente, aunque no había sacado casi nada.
Si salía por la puerta no me dejarían salir y si viera de nuevo a mi padre...
Cogí todas las sábanas y mantas que pude haciéndoles un nudo y até una parte a la pata de la cama.
Lancé el resto por la venta y me asomé para ver la altura.
Dios mio, era malditamente enorme.
Estaba muy alto, por lo menos a unos 6 o 7 metros de altura.
Lancé la bolsa por la ventana con lágrimas en los ojos y cuando cayó del todo me senté en al ventana.
Cogí la cuerda y bajé deslizándome por ella.
Fué más fácil de lo que pensé, aunque me hice bastante daño en las manos.
Cogí la bolsa mientras llamaba a un taxi con el móbil y me esperé un par de minutos hasta que llegó.