Cap. 54

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Le cogí un pijama cómodo y le comencé a llenar la bañera caliente.
Dejé la ropa en el gran baño mientras el agua llenaba la bañera y cuanfo volví a la habitación ví que Lyna no estaba.
Volví al pasillo y ví que iba en dirección a las escaleras, apoyada en la pared sin equilibrio.

-Lyna, vamos...- fuí a cogerla por la cintura y subí su brazo por encima de mis hombros -

-Déjame...- dijo pero no se soltó - No deberías estar aquí...- la senté en la cama de nuevo -

-Por qué? Volverá Maikel?- negó sacando una petaca de alcohol de la mesa de noche y le pegó un trago -

-No creo que vuelva ese estúpido...- le quité con cuidado la petaca de las manos -

-Te he llenado la bañera, necesitas darte un baño.- asintió levantándose desequilibrada y le acompañé al baño - Si necesitas algo, sólo dímelo.- asintió y cerré la puerta -


Bajé a su comedor mientras llamaba a Damon.


-Damon...- dije recogiendo las botellas que Lyna bebió -

-Jennifer, pasa algo? Te noto preocupada.-

-No... sólo que no podré ir a dormir con vosotros hoy...- escuché un suspiro por su parte -

-Está bien... otro día entonces?-

-Claro... está ahí Thomas o Laura?- pregunté mientras sacaba platos para hacer la cena -

-Sí, te los paso.- escuché unos pasos y seguidamente la voz de mis dos queridos amigos - Jenn!- dijo Laura emocionada -

-No podré ir hoy, os lo cuento mañana.- colgué de un suspiro -


Hice la cena rápida, hice una tortilla parq Lyna acompañada de un poco de ensalada y le preparé un vaso de leche para beber.


-Jennifer?- dijo Lyna desde la planta de arriba -

-Voy.- subí rápidamente las escaleras y me la encontré apoyada en el marco de la puerta del baño, ya vestida, preciosa como siempre... aunque llevaba el pelo mojado - Pasa algo?- pregunté preocupada y ví que casi se cae de pié -

-Mareada...- todavía no se le había pasado el efecto del alcohol, así que le acompañé hasta la cama y le encendí la tele -

-Espera aquí un segundo.- bajé a por una bandeja, le puse la cena sobre ella y subí con cuidado de no derramar nada -

-Qué? No... Jennifer...- se quejó al verme con la bandeja y sonreí dejándola en la mesa - Déjame ayudar en algo...- fué a levantarse pero casi cae, pero se apoyó en la mesa -

-Lyna, no es nada enserio, come tranquila...- le dí la bandeja y ví que se llevó una manoa la sien - Traeré una pastilla.-

-No!- dijo antes de que me moviera - Déjame un momento y te haré la cena...-

-No, me iré ahora a casa... no quiero...-

-Puedes quedarte esta noche.-

-No hace falta, puedo volver tranquilamente...-

-Sólo si quieres.- ví en sus ojos que pasaría la noche sola y se volvería a emborrachar, y además no podía dejarla sola, no ahora -

-Seguro que no te importa?- pregunté y ví que sonrió con un brillo en los ojos -

-No...- todavía iba algo mal -

-Te subiré la pastilla, ves comiendo...- fué a decir algo pero rápidamente salí y fuí al primer baño que me encontré -


Busqué por todos los cajones, pero nada, entonces se me ocurrió mirar detrás de la puerta donde había un pequeño armario metido en la pared.
Lo abrí y ví todos los medicamentos, cogí una aspirina y subí de nuevo a su habitación.
Me asomé por el marco, estaba acostada en posición fetal, en lo que tardé en buscar la pastilla ella ya había cenado, ahora ella miraba la televisión a punto de quedarse dormida.
No quise molestarla, ví que comenzaba a cerrar los ojos y me dí por vencida.
Me encantaba mirarla mientras dormía, y no soy una psicópata, es que era muy tierna, era guapa de cualquier manera, de maquillada y reluciente a desmaquillada y con las mejillas rojas de llorar...
Era preciosa de todas formas.
Cogí la manta que había en su armario, que era bastante gruesa, y apagué la televisión, sólo quedaba la débil luz de la lámpara de la mesilla de noche.
Le puse con cuidado la manta por encima, observando su rostro relajado y descansado.
Sonreí admirando lo que tenía delante y le dí un beso en la frente.
Cogí la bandeja y la llevé a abajo, pasaría la noche en el sofá.
Después de lavar los platos y recoger un poco todo, fuí a su gran y cómodo sofá y me tumbé en él.
Me tapé con una manta y cerré los ojos pensando en todo lo que había ocurrido en el día.
Desde que ella llegó, mi vida cambió por completo...

Después de clasesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora