Cap. 57

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Me levanté mientras Lyna estaba en el baño, bajé a la cocina y comencé a hacer tostadas con mermelada para desayunar.
Preparé los platos cuando noté una mano en mi cintura.
Al girarme ví a Lyna sonriente.

-Te voy a contratar de sirvienta...- dijo apoyándose en el mármol -

-Sólo de eso?- me miró con el ceñi fruncido unos segundos hasta que lo pilló y rió levemente -

-No hacía falta que lo hicieras... te debo ya demasiado.- sonreí -

-No tanto, me has curado el labio, me has puesto crema en los golpes, me has dejado dormir aquí y...- me callé -

-Y...?- dijo impaciente -

-Y...-

-Jennifer!- dijo como una cría y reí con ternura -

-Me has besado.-

-Eso también me beneficia a mi.- reí -

-Qué hora es?-

-Las siete.- joder... -

-El instituto comienza a las ocho y tengo que pasar a por el uniforme.- dije ya estresada y me miró con una sonrisa divertida -

-Relájate, te llevo yo a casa.-

-No, no hace falta...-

-Jennifer.- me miró con las cejas alzadas y tuve que aceptar -

-Está bien...- suspiré y nos sentamos en la mesa a desayunar -

-Te duele?- dijo seria y asentí -

-Si te refieres al labio... bastante, y los golpes sólo me duele el del costado...- bajó la mirada - No es culpa tuya, Lyna.-

-Sí lo es, la que tendría que haber recibido esos golpes sería yo.- dejé la tostada en el plato -

-No, yo los recibí y él tenía razón, aunque no me estaba tirando a su mujer pero...-

-No es tu culpa, yo arreglaré esto, pero no quiero que te heches la culpa de nada, vale?- asentí -

-Y tú tampoco tendrías que haber recibido golpes.-

-No los he recibido.-

-Qué pasó con Maikel y porqué volvió?-

-Él es muy avaricioso, todo lo quiere para él y se cree incapaz de perder algo... ya llevábamos tiempo discutiendo, siempre estaba con el trabajo y casi no tenía tiempo para mi. Ya se lo dije varias veces pero es muy terco y seguía pensando que no llevaba razón... me dijo que volvería a por mi, a arreglarlo, que se esforzaría, y ahora quiere hacerte daño, pero no dejaré que lo haga.-

-Él te hizo algo?- pregunté molesta con él -

-No llegó.-

-Si él llega a hacerte algo quiero que me avises.- dije tensando la mandíbula -

-Prométeme lo mismo.-

-Lo prometo.- asintió - Puedes cambiarte en mi casa.- dije encongiéndome de hombros -

-Si tu madre...-

-Mi madre acaba de venir de trabajar, así que la única que nos podría ver es Aria y ella no dirá nada.-

-Es igual, me cambio aquí.-

-Está bien...- recogimos los platos entre las dos -


Ella se empeñó en fregar los platos, así que le dejé fregarlos mientras yo iba a buscarle algo para ponerse.
Le abrí el armario y busqué algún vestido provocador pero que tampoco se pasara.
Cogí una falda de tubo corta blanca y una camisa blanca que le quedaría perfecta.
Unos tacones color negro mate y los cogí con una mano.
Bajé a abajo y le ví cambiando la bolsa de la papelera, estaba agachada de cuclillas, con aquel pijama que le quedaba perfectamente a sus curvas, me dejó una vista impresionante de su culo, y no pude evitar no morderme el labio al verlo.
Aparté la vista enseguida cuando se levantó y me sonrojé levemente.

-Iré a cambiarme...- dijo cogiendo la ropa y me miró sonriente -

No dijo nada y se metió en el baño.
Revisé mi móbil, tenía un par de llamadas perdidas de Laura, otra de Damon, una de Aria y... 8 llamadas de mi madre!
No le dije que no iba a dormir! Mierda!
La llamé corriendo y al segundo tono lo cogió.


-Jennifer! Por qué no cogías el teléfono! Estaba preocupada!- gritó aliviada -

-Lo siento mamá, no me acordé de decirte que...- interrumpió -

-De quedarte a dormir con Thomas y Laura, losé, les llamé a ellos porque tú no cogías el teléfono y me dijeron que estaba con ellos...- qué? Laura y Thomas mintieron por mi? Dios, me habían salvado... - Jennifer?-

-Eh... sí mamá, claro, ahora iré a casa a ponerme el uniforme, te quiero.- colgué antes de que volviera a chillarme y Lyna salió del baño, iba preciosa... -


Me quedé embobada mirándola, la falda le enseñaba la mayor parte del muslo, ví a cámara lenta cómo se acercaba a mi, la miraba como si no hubiera otra en el mundo, como si ella fuera la luna rodeada de estrellas...
Se paró enfrente mio y me dediqué a observale el rostro.
Igual de perfecto que ella.

Después de clasesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora