Cap. 53

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-Cuenta.- dijo Thomas al ver mi cara -

Les conté todo lo que pasó, en clase, ella casi llorando, el marido...

-Joder Jenn, cómo se te ocurre dejarle sola!?-

-Yo qué se!?-

-La quieres?- preguntó Thomas interrumpiendo seriamente -

- ... - bajé la mirada - Sí...-

-Vé tras ella, vamos.-

-A-Ahora?-

-No, mañana...- alcé las cejas - AHORA!- dijo sin paciéncia empujándome por las escaleras -

-Pero...-

-Nada de peros.- dijo Laura cuando llegamos abajo -

-Nos vamos señora Martin!- gritó Thomas arrastrándome a la salida -

-Tan pronto? Está bien, pasarlo bien chicos...-

-Adiós mamá...- salimos a la calle y me soltaron - Qué?-

-Ahora vas a decirme dónde está y te voy a llevar ahí.- dijo Thomas subiéndome a su coche -

-Pero...- interrumpieron -

-Nada de peros.- arrancó -

-Nidi di piris.- dije mirando por la ventana y reímos con el sonido de la radio de fondo -

Le indiqué dónde estaba la casa de Lyna y Thomas condujo hasta allí.
Por el camino sólo pude centrarme en ella, en su manera de mirarme, su manera de sonreír, cómo me alegraba el día con solo una mirada y ese brillo especial en los ojos.
Y es que sentía demasiado por ella, creía que me estaba enamorando...
Era única, deseaba esos labios más que a ningún otro, cada beso me llevaba a marte, y es que lo que sentía por ella no lo había sentido en la vida...


-Creo que llegamos.- dijo Thomas frenando delante de su casa y no podía creer que fuera a presentarme aquí, así -

-No estoy preparada.- dije nerviosa y Laura me miró frunciendo en ceño -

-No me seas huevona, ahora mismo sales ahí y recuperas tu vida.- dijo seriamente y supe que tenía razón -

-Joder... os quiero.- le dí un beso en la frente a cada uno y ví cómo se iban con el coche deseándome suerte -


Joder... no sé ni qué hacía aquí...
Era tarde, eran las 9 de la noche, y no sabía si Maikel estaría en casa.
Y si él estaba? Podría sospechar algo...
Decidí tocar al timbre de la verja.
Tardó bastante tiempo en contestar, pero cuando lo hizo una preocupación inmensa y una culpabilidad me inundó.
Lyna... estaba... borracha.
No podía estar pasando esto...

-Digamelón...- dijo acompañada de una risita floja -

-Mierda Lyna... estás borracha! Estás sola!?- pregunté con las manos en la cabeza -

-No lo estoy...- dijo arrastrando las palabras -

-Lyna está Maikel ahí!?-

-Nno...-

-Abre, porfavor.-

-Tú que hacess... aquí?- preguntó como si se acabara dar cuenta de quién soy -

-Lyna déjame pasar porfavor, vas borracha.-

-No voy borracha...- dios mio... estaba fatal y me estaba preocupando mucho por ella -

-Lyna abre...- supliqué y escuché que le dió a no se cuántos botones hasta que se abrió la puerta -

Corrí por el pequeño césped hasta llegar a la gran casa/mansión.
Piqué a la puerta varias veces, impaciente, pero cómo iba a abrir si estaba así!?
Miré las macetas que había cerca y rebusqué en ellas hasta que encontré una llave en una.
Metí la llave en la puerta y dí gracias a dios que era la correcta.
Al abrir ví a Lyna apoyada en el sofá sentada en el suelo, con un chándal color gris, un moño mal hecho y el maquillaje de ojos corrido, había llorado, y mucho.
Ví que en su mano aguantaba una botella grande de vodka, y había otra sobre la mesa.
Corrí hacia ella quitándole la botella antes de que le diera otra trago y se quejó.
Olía tremendamente a alcohol, estaba muy mal y tenía muy mala pinta.

-Dámela.- me ordenó -

-No. Qué ha pasado?- pregunte sentándome en frente de ella y intentó coger la botella - Deja eso.-

-Dámela!-

-No!- intentó levantarse, pero cuando fué a hacerlo casi cae en el intento y le cogí por la cintura - Siéntate.- dije dejandola con cuidado sobre el sofá y me puse delante de ella -

-No quiero hablar vale?- dijo sabiendo que iba a preguntarle y asentí - Y tú qué haces aquí?-

-Vengo a cuidar de ti.-

-No eres mi niñera...-

-Pero me preocupo por ti Lyna...-

-Dame la botella.- me ordenó y lancé la puta botellita a la basura y me miró enfadada y molesta - Por qué has hecho esso!?-

-Lyna... vamos, vé a darte una ducha y te prepararé algo.- le cogí del hombro para que se aguantara y le subí por las escaleras -

Había un largo pasillo, abrí la puerta de todas las habitaciones hasta que dí con la suya.
Lo percibí porque olía a ella, y había un gran armario con una puerta corredera abierta lleno de zapatos y vestidos lujosos.
La dejé con cuidado sobre la cama y ví que se puso a mirarme con los ojos todavía rojos mientras yo buscaba ropa nueva para ella.

Después de clasesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora