Después de clases

Cap. 7

Mierda.
MIERDA Y MÁS MIERDA!
SABÍA QUE HABÍA SIDO ÉL.
Lo ví en los ojos de mi madre.
Le ví a él, le ví a él poniéndole la mano encima a mi madre.
Cogí el móbil rápidamente y marqué el número de mi padre.

-Qué le has dicho!?- dije sin paciéncia en cuanto contestó y escuché una puta risa al otro lado de la línea -

-Vamos a revivir viejos tiempos... te apuntas?- respiré hondo -

-Si haces que no se mueva de casa y arreglas esto, te compensaré.- dije con algo de inseguridad y hubieron unos segundos de silencio - Noel?-

-Está bien... acordaremos las cosas cuando vengas.- colgó y suspiré alviada, aunque bastante molesta y preocupada -

Lancé el móbil a la basura, canastando, y después de reaccionar y darme cuenta de la estupidez que había hecho, lo cogí, pero mo encendía.

-Qué mierda!- dije mientras le daba golpecitos a la pantalla -

.....

Íbamos a cenar ya, mi madre estaba recogiendo el desastre que montó en su habitación y yo decidí preparar la cena como "sorpresa".
Intenté hacee huevos fritos pero el aceite me saltó a la mano y grité como si me hubieran matado.

-Jennifer!?- gritó mi madre preocupada desde su habitación -

-No es nada!- grité tirando todo a la basura de plástico -

-EL ACEITE LOCA!- gritó mi hermana metiendo la sarté en en fregadero y sacando la bolsa de la basura, que con en aceite caliente se agujereó y fundió el plástico -

-Mierda!- le heché agua a la basura y la bolsa y mi hermana me miró asesinamente -

-Dios!- tiró la bolsa dentro del cuno de basura indignada -

-Ahora qué!?- dije confundida y me miró con los ojos entrecerrados como si fuera evidente -

-El día que vivas sola incendiarás la casa...- suspiré -

-Gracias maja.-

Hice unas tortillas y las serví en la mesa.
Prepare lo que faltaba en la mesa y llamé a ambas.

-Aria! Mamá! A cenar!- grité sentándome en la mesa -

Al rato bajó mi madre mirándome asombrada y aplaudió mi hermana por detrás, burlándose.

-Felicidades, sabes hacer la cena...- dijo mi hermana con un tono misterioso e hice una mueca de desprecio -

-Almenos tuve el detalle de hacerla.- me quejé -

-Gracias cariño.- dijo mi madre apretando mi mano y nos sentamos a cenar -

Cenamos hablando sobre nuestro primer día, perdón MI PRIMER DÍA.

-Se puede saber por qué ella no fué?- pregunté indignada -

-No te pongas así, es más pequeña que tú.- abrí la boca asombrada ante aquel comentario de mi madre -

-Y eso lo justifica?- pregunté creando silencio - Menos mal.-

-Tu hermana tiene razón.- le dijo a Aria apuntándola con el tenedor y sonreí victoriosa -

Acabamos de cenar y mi hermana lavó los platos, ya que mi madre la obligó.
Ella no hace ni el huevo nunca.
En casa es como si fuera un mueble.
Subí a mi habitación, me puse el pijama y respondí algunos mensajes, entre ellos el de Laura.

Hablamos un rato sobre Thomas y decidí acostarme, tenía sueño y tampoco quería llevar unas ojeras de medio metro mañana.

........

Me levanté con una mala hostia de la leche, me peiné, me maquillé y me vestí.
ODIO MADRUGAR JODER!
Después de hacer el café y tomármelo, salí de casa.
Aria todavía no había salido ya que ella entraría un poco más tarde, yo quedé con Laura un poco antes.
Caminé con los auriculares puestos hasta llegar a la puerta, donde me esperaban Thomas, Clara, Thais y Laura.

-Hola chicos!- dije saludándolos -

Hablamos un rato de todo, tranquilamente, SIN NADIE MOLESTANDO.
Oh... pero adivinen quién llegó...
KATIA.
KATIA LA RUBIA OXIGENADA.

-Vaya vaya...- dijo Clara señalando a Katia, que hablaba coquetamente con uno de los capitanes de rugby -

-Argh...- dije con cara de asco y escuché pasos que se acercaban - Decirme que no es ella porfavor.- sus caras de "lo siento, la tienes detrás" y las de "viene derechita hacia aquí", lo demostraba todo -

-Buenos días novata...- dijo Katia detrás mio y apreté los puños molesta -

-Buenos días rubia oxigenada.- apretó la mandíbula -

-Vamos a tener problemas... y no vas a querer eso.- dijo seria y la gente comenzó a escuchar nuestra conversación -

-Vaya... mira cómo tiemblo.- dije burlona y fué a darme un manotazo pero le paré la mano a tiempo y le apreté la muñeca dolorosamente -

-SUÉLTAME!- me gritó con esa voz de pito ruidosa y molesta -

-Vaya... siento muchísimo haberte hecho rendirte...- me burlé y gruñó mientras todos abucheaban y reían -

-De qué reís!?- gritó mirando a su alrededor y la gente calló -