Cap. 70

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Al subirme al taxi me extrañé de que tardara tan poco, pero me subí y dejé la bolsa en el maletero.
Miré al conductor, me daba mala espina, era un rubio algo tatuado con gafas de sol y tenía pinta de ser bastante... grande.
Le dije la dirección y asintió arrancando de nuevo.
Me pasé la mayor parte del camino durmiendo, aunque tenía un mal presentimiento y no sabía por qué.
Algo me decía que algo estaba mal y pronto iba a pasar alguna cosa, pero no hice caso y seguí durmiendo.
El camino ya se había hecho demasiado largo, cuando me dí cuenta que estábamos en el barrio que hay al lado del de Lyna.
Estaba lejos de mi casa y cerca de la de Lyna, pero la dirección que dije era la de mi casa.


-Perdona, pero te has pasado la dirección.- frenó en seco aparcando delante de una calle vacía -

-Vaya, qué despiste.- escuché el sonido del bloqueo de las puertas y pegué una patada a la puerta -

-Déjame salir!- grité -



Abrió el pestillo y al salir corriendo me encontré con tres hombres más.
Dos me cogieron por los brazos, y era prácticamente imposible escapar de ellos, eran demasiado grandes y fuerzudos.
Comencé a dar patadas y gritar, pero sin éxito.
Justo en ese momento me fijé en que el tercer hombre era Maikel...
Mierda!



-Joder...- susurré -

-No sabías con quién te metías...- sacó unos nudillos de su bolsillo y maldecí mil veces a mi puta decisión de haberme subido a ese "taxi" -



Sabía perfectamente lo que venía ahora, y no sabía si moriría hoy, estaba asustada, tenía mucho miedo, no lo demostraba pero por dentro gritaba y lloraba.
Estaba cogida por dos hombretones guardaespaldas, mi madre no me esperaba hasta el domingo, y los demás igual.
Maikel me quería quitar la vida y estaba realmente jodida.
No quería morir todavía, no quería, pero y si moría? Y si Maikel me mataba?



-Vas a matarme?- pregunté yendo directa y negó con la cabeza -

-No todavía...- se puso los nudillos de oro pesado y se acercó a mi lentamente - Quién te va a salvar ahora? Lyna?- rió pasandome el frío metal por la mandíbula -

-Suéltame, porfavor...-

-No lo haré.-

-Porfavor, no volverás a saber de mi...-



En ese momento recibí un fuerte golpe en la cara.
Dolía mucho, me dolía el pómulo derecho y podía jurar que se me hinchó y se puso morado.
Los ojos casi comenzaron a llorar, hice lo posible por retener las lágrimas.



-Sabes? Quédate con ella, fóllatela...- ya lo hice... - No me importa bonita...- recibí otro golpe en el ojo que me hizo gritar -



Ese si fué fuerte, cerré el ojo con cuidado, no podía abrirlo, estaba hinchado y seguramente morado.
Me temblaban las piernas, estaba muy delicada y cada golpe era fuerte...
Ojalá Lyna llegara ahora mismo...
Qué estaría haciendo ahora?


*Pov Lyna*

Había escuchado los gritos de su padre, y me preocupó.
Nunca me quiso hablar mucho de su padre, pero lo poco que me dijo me ha hecho ver la horrible persona que era.
Además ella ahora estaría allí obligada, pasando un mal rato.
Tenía un mal presentimiento, algo me decía que pasaba algo, pero tampoco era adivina como para pensarlo.
No sabía si esperar su llamada o llamarla yo, quizá se pensaría que era muy pesada...
Pero por otra parte tampoco me había separado del teléfono por si me llamaba.
No sabía qué hacer... pero... y si le había pasado algo? Y si se había peleado con su padre? Jennifer tenía poca paciéncia y era algo agresiva.
Si su padre llegaba a hacerle algo...
No quería ni pensar que podría haberse peleado con él.
La cabeza me iba a explotar con tantas dudas, así que marqué su número y con el pulso acelerado pulsé a llamar.

Después de clasesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora