El más alto acariciaba lentamente la espalda del que lloraba en su hombro, esperando que este calmara; un rato después, este apasiguó su llanto pero no quiso separar el abrazo.
—¿Quieres hablar de esto?—le preguntó suavemente.
A Marck no le gustaba hablar de sus problemas, lo hacía sentir indefenso, pero Noah era Noah, el chico que aunque no llevara más que algunos meses de conocerlo, era el chico que podía converserlo con solo pedírselo amablemente, tal como lo había hecho ahora.
Pero a Marck le dolían mucho las piernas debido a los recientes golpes, y eso Noah lo notó al sentir como el chico se sostenía más fuerte y dejaba caer su peso sobre el.
—Vamos a entrar—Marck asintió, agradeció en sus adentros que Noah fuera tan perpicaz al estar con él.
Noah cargó a Marck en brazos y empezó a caminar en dirección hacia la casa, esperaba que el chico lo insultara o que mínimo lo golpeara como siempre lo hacía, pero en cambio, solo se acurrucó más en su pecho.
Noah se preocupó, Marck parecía un muñeco vacío y sin vida. Entraron a la cálida casa y Noah se sentó en el sofá con el castaño aún en brazos, no quería soltarlo, sentía que si lo soltaba, se rompería en cualquier momento, por que así se veía Marck, sumamente frágil.
—Ahora dime, que o quién es la razón por la que estás así—Noah siempre había sido algo rústico en cuestión de "consolar", pero con Marck era diferente, podía tratarlo de una manera de la que no trataba a nadie más, el mismo se preguntaba aún la razón por la que trataba a ese delgado chico de una manera tan...especial.
—Estas heridas... me las hizo mi padre—Habló Marck después de unos segundos de silencio, esperaba que Noah dijera algo, esperaba incluso algo ofensivo al respecto, pero no hubo nada de eso.
—¿Te duele mucho? Fueron las únicas palabras que dijo, a lo cual Marck se sorprendió un poco.
—Ya curé la mayoría de las heridas, el dolor pasará con algunos medicamentos.
—No me refería a ese dolor—Pasaron unos segundos hasta que Marck entendiera a que se refería, se pensó cuidadosamente la respuesta—Se sincero, por favor.
De nada serviría mentirle a Noah, así que asintió con la cabeza.
—Aún duele como el primer día, aún siento el mismo miedo de hace unos años, es como si...—las palabras se habían cortado de la garganta del chico, y su pecho ardía y dolía.
—Es como si el odio que te demuestra, lo sintieras vivido y fuerte en ti, que llega un punto, en el que solo quieres morirte para que todo acabe—Completó Noah.
Marck se sorprendió al escuchar a Noah describir con tanta exactitud, como si el mismo lo hubiera vivido.
—¿Como lo sabes?—Preguntó Marck queriendo verificar su duda.
—Por que...—Noah parecía no quería completar la frase, tomó aire y suspiró para seguir hablando—Yo también sufrí de abuso por parte de mi padre.
Fecha de public: 01/02/18
Fecha de edición: 15/06/18
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Él es Hermosa
Ficção AdolescenteMark Cowell es un chico talentoso, estudioso y que amaba el boxeo, bueno, asi lo veían todos. Pero lo que nadie sabía, es que Mark, un chico con un fuerte temperamento, tenía una vida problemática y dolorosa, y el hecho de que pasaba algunos de sus...