Escuché cómo la linterna del oficial cayó al suelo e iluminó hacía la nada.
Corrí hacía dónde esta se encontraba sin importar que chocara con alguno que otro mueble y la tomé con rapidez para después iluminar hacía todos lados.
«Odio la maldita oscuridad»
––¿Oficial?–– Pregunté con mis manos temblorosas al iluminar ciertos lugares ––¿En dónde está?
Empecé a escuchar ruidos de carne siendo cortada bruscamente, y unas respiraciones agitadas con un sonido bastante extraño.
Me decidí por dar el primer paso y dirigirme hacía dónde provenían esos extraños ruidos.
Pude escuchar cómo una puerta era movida con bastante fuerza de atrás hacía adelante, por lo cuál alumbre de derecha a izquierda con mi respiración entrecortada.
Observé que la puerta que estaba agitandose era la quinta habitación.
Los sonidos que escuché anteriormente los noté cada vez más cerca de mí, estaba a tan sólo unos centímetros lejos de ese sonido.
––¿Estás ahí?–– Tartamudeé y ví una silueta de espalda en una posición fetal.
––¿Oficial?, ¿Es usted? ––Dije mirando sus movimientos rápidos y un gran charco de sangre esparcido en el suelo y las paredes.
Caminé dos pasos hacía adelante con lentitud y me coloqué unos cuatro metros lejos de su lado, luego tomé valentía y me dirigí justamente detrás de él.
Este seguía haciendo movimientos rápidos y la sangre seguía saliendo a ríos.
Acerqué mi mano temblorosa hacía su hombro, mientras que con la otra alumbraba hacía adelante.
Al sentir el tacto de mi mano en su hombro este volteó rápidamente hacía mi lugar.
Pude mirar cómo sostenía un cuchillo lleno de sangre, mientras que su boca estába completamente desfigurada, tenía una gran abertura de su boca hacía cerca de su oído.
Sus dientes se encontraban rotos, su carne se miraba hinchada, y sus ojos eran de un color amarillo intenso.
Pegué un fuerte brinco hacía atrás y dejé escapar un fuerte grito. Corrí lejos de él y me escondí debajo de un mueble alto boca abajo.
En este cabía a la perfección mi cuerpo.
Escuché sus pasos dirigirse hacía mí así que llevé mi mano hacía mi boca para evitar soltar algún sollozo qué él pudiese escuchar.
Luego inmediatamente mi linterna de apagó.
––Malditasea–– Susurré dejando escapar algunas lágrimas ––¡Prende, prende! ––Le dí golpes para que esta prendiera pero todo fué en vano.
Traté de quitarle las baterías pero una de estas salió rodando hacía los pies del oficial.
Apreté fuertemente mis labios y cerré mis ojos con fuerza esperando a que no lo hubiese notado.
Pero al final lo notó.
Miré cómo sus pies pararon de caminar y se pusieron enfrente de dónde yo me encontraba.
«¡Diablos!»
Observé cómo se agachó y apoyó una de sus manos en el suelo para después asomar su rostro por debajo.
Su respiración estába tan cerca de mi que hasta pude sentirla resoplando mi rostro.
Él me ha descubierto.
Grité con fuerzas y salí de mi escondite para dejar el gran mueble caer encima del oficial.
El cuchillo salió disparado fuera de su alcance así que aproveche a que el tipo estába inmóvil y tomé el cuchillo con mis manos.
El hombre cogió una fuerza sobrenatural y alzó el mueble con libros de apróximadamente unos cien kilos con sólo una mano y lo lanzó hacía la mí pero afortunadamente me agaché antes de que este chocara contra mí.
El mueble se partió a la mitad y los libros salieron disparados hacía diferentes lugares.
––¿Crees que podrás contra mí, maldita zorra? ––Dijo con una voz grave y demoníaca.
Corrí hacía él y lo empujé al suelo para intentar clavar el cuchillo en cualquier parte de su cuerpo.
Este empezó a forsejear conmigo y se me hizo sumamente complicado derrotarlo ya que el oficial o cualquier cosa que lo estuviera poseyendo tenía más fuerza que yo.
Moví mis manos con fuerza hacía abajo para clavar el cuchillo con el que se había cortado la boca en su pecho, pero no era fácil.
El tipo se levantó y con sólo un movimiento de sus manos me empujó con fuerza hacía una pared haciéndo que esta quedara con una gran abolladura.
Sentí cómo mis costillas tornaron y solté un fuerte sollozo mientras me intentaba levantar de mi lugar.
Divisé el cuchillo cerca del alcance del oficial así que corrí con rapidez hasta tomarlo.
De la adrenalina que tenía en el momento clavé el cuchillo en su pecho y este cayó al suelo.
Seguí apuñalandolo hasta que sangre saliera disparada hacía mi rostro y a cualquier lugar.
––¡Muere! ––Grité desde lo más profundo de mí y lo seguí apuñalando hasta el borde de poder ver sus órganos o huesos fuera.
Desde su pecho lo clavé en su rostro y este ya no movía ni un sólo músculo.
«Lo asesiné»
––Sí pude contigo, imbécil. ––Me levanté del suelo y saqué el cuchillo de su cuerpo.
––Llamaré a la policía. ––Dije para mi misma y tomé el celular de la casa para después marcar al número novecientos once.
––Departamento policial de Canadá–– Habló una voz femenina ––¿En qué podemos ayudarle?
––Necesito que vengan a mi casa con urgencia–– Mascullé soltando un sollozo ––Uno de sus oficiales trató de asesinarme–– Limpié mis lágrimas y sorbí la nariz.
––Denos su dirección, ahora ––Contestó.
Obedecí a la petición de la señora y dí la dirección de mi hogar.
––Vamos de imediato para allá.
En un abrir y cerrar de ojos sirenas de policias se escuchaban cerca de mi hogar.
Miré por la ventana y dos patrullas de policias estaban enfrente.
Salí y les expliqué con cada detalle lo que había sucedido.
Los oficiales entraron a la casa y miraron el cuerpo del hombre, por lo cuál taparon su nariz ya que el cuerpo desprendía un olor a putrefacción.
––¿Señorita, usted le ha echo esto a este oficial? ––Preguntó un chico pelinegro de ojos verdes.
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La Quinta Habitación »Shawn Mendes«
Fanfiction❛Hay una habitación, al que el infierno llama su hogar. Dónde habita uno de los demonios más poderosos. El hijo del Diablo.❜ PROHIBIDA SU COPIA O ADAPTACIÓN. [Publicada el 14 de enero de 2018]