Capítulo 21 ❝Posesión❞

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Al haber dicho aquellas palabras sentí un fuerte revoltijo en el estómago.

Segundos después pude escuchar qué desde afuera era tocada puerta de la casa.

––Heather, soy yo, James–– Este seguía tocando consecutivas veces la puerta ––¿Estás ahí?

Shawn giró su cabeza rápidamente hacía el lado derecho con aquellos ojos negros qué tanto me aterraban.

Un gruñido salió de sus labios y este me tomó de la camisa bruscamente para levantarme del suelo. En el acto solté un pequeño quejido, ya qué mi espalda seguía adolorida.

––¿Heather? ––Se escuchó la voz de James por fuera de mi hogar.

Aquél hombre chisqueó los dedos, y al hacerlo se desvaneció en una sombra color negro.

Sentí una fuerte presión en mi mandíbula, hasta qué esta me hiciera abrir la boca involuntariamente, mi cabeza se inclinó hacía atrás, cómo sí alguien me estuviese tomando de esta para realizar la acción. Al estar mirando hacía el techo, observé cómo esa sombra entró en mí, por medio de mi boca.

Sentí cómo mis ojos se hicieron hacía atrás, hasta qué mis córneas no fueran visibles. Sabía qué algo me tenía poseída.

Mis ojos volvieron a moverse hacía abajo, dejándome mirar aquella habitación solitaria en la qué me encontraba.

Me podía sentir de una forma extraña, cómo sí esa no fuese yo.

Parpadeé rápidamente, tratando de recuperar mis cinco sentidos, pero aún no lo lograba.

Ésta no era yo.

Podía escuchar cómo los golpes en la puerta seguían sonando, por lo cuál me dirigí hacía la puerta de la habitación, y con sólo el tacto de mí mano en la manija esta se abrió con una fuerza qué jamás había adquirido.

Al salir de la habitación un portazo de escuchó por detrás, eso significaba qué la puerta había sido cerrada.

Fuí hacía el baño, y me encerré en este, mirándome hacía el espejo qué estaba enfrente del lavatorio.

Mis ojos se encontraban de una forma muy diferente al color celeste qué estos tenían, ellos estaban opacados, llegando a un color negro, casi al borde de qué mi pupila no se llegara a apreciar.

Mi piel estaba más blanca de lo normal, mientras qué algunas facciones de mi rostro habían cambiado lo suficiente para no parecerme a mí verdadera persona.

Me alejé del espejo y bajé mi mirada hacía la vestimenta qué andaba puesta, aprecié cómo esta estaba manchada de sangre, por lo cuál subí mí mano, y de un movimiento qué hice con esta, la ropa qué tenía anteriormente cambió por otra aún más "aseada" y casual.

Abrí el grifo, observando cómo aquél líquido transparente salía disparado por la boquilla del tubo, junté mis manos y tiré agua en mi rostro, para volver a mirarme nuevamente al espejo.

No me tomé la molestia de secarme el rostro, así qué lo dejé húmedo.

Salí del baño y me dirigí hacía la puerta.

Seguidamente la abrí, encontrándome con James.

––¡Hola cariño!–– Añadió saludando con su mano izquierda ––Por un momento pensé qué me estabas ignorando–– Rió levemente y estiró sus brazos para poder abrazarlo.

Lo miré sin expresión alguna, dejando una extraña mirada por parte de él.

––¿Te sucede algo?–– Preguntó mirándome extrañado ––No te vez muy bien.

––No me sucede nada. ––Contesté de una manera cortante, rechazando su abrazo.

––Muy bien ––Contestó bajo, agachando su mirada.

––¿Qué quieres? ––Lo miré directo a los ojos, haciendo qué este se sintiera incómodo.

––Sólo venía a fijarme sí estabas bien–– Aclaró su garganta ––Llevo bastante sin saber de tí. Llegué a preocuparme.

––Estoy bien–– Sonreí con falsedad ––Ahora puedes irte–– Coloqué mi mano en la perilla de la puerta e intente cerrarla, pero éste metió su pie en medio de esta para qué no pudiese realizar la acción.

Suspiré conteniendo la paciencia y tomé su camisa, para después acercarlo hacía mí, hasta obligarlo a mirarme directo a los ojos.

––Dime qué quieres ahora, antes de qué pierda la maldita paciencia. ––Añadí bajando las cejas, mientras lo fulminaba con la mirada.

––Tranquilízate, por favor–– Se soltó de mi agarre y acomodó el cuello de su camisa ––¿Por qué estás actuando de esa manera?, tú no eres así–– Negó con la cabeza–– Te estás comportando muy diferente a la chica tierna qué conocí.

––No tengo qué explicarte absolutamente nada, ¿Okay? ––Gruñí y golpeé la puerta, hasta qué James pegara un pequeño brinco de su lugar.

––Heather, dime qué te sucede–– Tragó seco ––No es normal qué cambies conmigo de la noche a la mañana–– Masculló tratando de acercarse a mí ––Anda dame un abrazo. ––Volvió a estirar sus brazos.

Me acerqué a él y este me abrazó, pero yo sólamente me quedé inmóvil, ni siquiera estire mis brazos de la misma forma en la qué él lo hizo.

James se separó de mí, algo incómodo al notar qué no le seguí aquél abrazo, así qué rascó su nuca de manera nerviosa.

––¿Qué te parece sí salimos y nos olvidamos de todo lo que pasó?–– Preguntó el castaño ––No quiero qué sigas malhumorada conmigo, apesar de qué yo nunca te he hecho nada.

Una pequeña sonrisa maliciosa se formó en mis labios, al escuchar aquellas palabras.

––¿Salir?–– Hice una pequeña pausa ––Por mí estaría perfecto, ¿No crees? ––Lo miré con esa mirada sin vida, aún con esa pequeña sonrisa brotando de mis labios.

––Eh..–– Bajó sus cejas algo extraño al mirar mi sonrisa ––¿Sí? ––Respondió inseguro de aquella respuesta.

––¿A qué hora quieres qué nos encontremos?–– Pregunté.

––A las 10:00p.m–– Contestó ante mi pregunta ––¿Te parece?

Giré mi cabeza hacía el reloj qué estaba colgando en la pared, mirando qué sólo faltaban dos horas para volvernos a encontrar.

––Nos vemos a las diez. ––Sonreí cínicamente y cerré la puerta en su cara.

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La Quinta Habitación »Shawn Mendes«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora