La Quinta Habitación »Shawn Mendes«

Capítulo 16 ❝Arrastrada al Inferno❞

Tomé aquella pala con mis manos, y empecé a golpear con todas mis fuerzas aquella puerta con el pico filoso de esta, aunque prácticamente a este no le hacía ningún tipo de daño.

Un grito salió desde lo más profundo de mi garganta, al sentirme cada vez más frustrada por no poder abrir la habitación.

Tiré la pala al suelo, y tomé cada tipo de jarrón que hubiese a mi alcance, para después reventarlos contra la puerta.

Después de haber quebrado todos esos jarrones o adornos, golpeé con las palmas de mis manos la puerta, y seguido ma comencé a patear, con un gran nivel de salvajismo.

––¡Ábrete!–– Grité con fuerzas ––¡Ábrete ahora!

Al decir esas palabras, miré cómo la manija de la habitación comenzó a moverse con brusquedad, al igual que la puerta, varios cuadros, y espejos que tenía en la casa se vinieron abajo, cómo sí estuviera ocurriendo un fuerte terremoto.

Un gran viento resopló por toda la casa, haciendo que mi cuerpo se inclinara hacía atrás, de manera indescriptible.

––¡Ordeno que te abras!–– Volví a pronunciar de manera fuerte y las luces de la casa se apagaron, dejando todo completamente oscuro.

La puerta de la quita habitación fué abierta con una fuerza sobrenatural, desprendiendo una luz incandescente, que por poco podría dejarte ciego.

Al abrirse una fuerza me empujó contra la pared del fondo, haciéndome golpear todos los huesos de o espalda.

Mi cuerpo estaba levitando en el aire, y este era controlado una manera impredecible.

Esa misma fuerza que me había empujado contra esa pared, me estampó entre todas las demás, hasta el punto de poder quedar inconsciente.

Sólo sentía cómo mi cuerpo era manejado por algo, o alguien, y de la misma manera golpeado bruscamente contra las paredes de la casa.

Mi vista se nubló, dejándome aturdida, por los golpes ocasionados.

Sentí cómo mi cuerpo cayó al suelo, y fué arrastrado de los pies hacía la quita habitación.

Cómo sí estuviese siendo arrastrada al infierno.

Estiré mis brazos y clavé mis uñas en la madera del suelo para no se arrastrada, pero era imposible.

Alguna de mis uñas fueron arrancadas de su respectivo dedo, dejándolo en carne viva.

Solté un fuerte gritó de dolor, y seguidamente aquella fuerza me adentró por completo a la quinta habitación.

Sólo pude observar cómo al estar adentro la puerta de esta se cerró con fuerza por sí sola. Seguidamente quedé inconsciente.

Después de vario tiempo, sentí cómo iba recuperando la conciencia. Fuí abriendo poco a poco los ojos, hasta poder ver con claridad.

Observé cómo todo estaba de cabeza, por lo cuál decidí volver a ver arriba, y miré cómo mis pies estaban atados con una soga en un gancho herrumbrado.

Cuándo recobre mis cinco sentidos escuché unos gritos desgarradores provenientes de esta misma habitación.

Traté de no darle mucha importancia, ya que pensaba que sólo era mi cabeza.

Miré a mi lado, y me arrepentí de haberlo hecho.

Al lado mío había un cuerpo descuartizado, con varias mordidas, cómo sí alguien le hubiese arrancado la carne con brusquedad. Sus ojos estaban afuera, su mandíbula dislocada, su piel se apreciaba algo verde o viscosa, etc.

No podía creer lo que estaba viendo.

Mordí mis labios con fuerza, para no soltar ningún grito.

Decidí inspeccionar lo que había, y pude apreciar las paredes de esta habitación, estas estaban carcomidas, y con sangre seca, también habían pedazos de excremento, y organos vitales esparcidos por toda esta.

Era absolutamente repugnante.

Tenía miedo de volver a ver hacía otros lugares, por el hecho de no saber que más me puedo encontrar.

Cerré mis ojos, y miré hacía abajo. Lo que se encontraba ahí era mucho peor que lo demás.

Había un gran charco de sangre, y junto con eso habían, huesos, cabezas humanas y de animales, órganos, cadáveres, moscas rodeando los cuerpos, y demás. Aparte de ello, toda esta habitación desprendía un olor putrefacto, era algo insoportable y repulsivo.

Coloqué una de mis manos en mi boca para callar los gritos que querían salir involuntariamente de esta, y decidí mover mi cuerpo, para mirar lo que había detrás de mí.

Pude apreciar una pared, pero en esta había una ventana con un tipo de vidrio "blindado", por lo cuál se podía ver lo que había detrás de esa pared.

Cuándo miré no pude creer de nuevo lo que estába viendo, había un hombre de espaldas, un hombre alto, de traje negro, cabello rizado, de color castaño, y tez blanca.

No pude apreciar su rostro, pero cuándo comencé a recordar algunas cosas que pasaron hace unas horas atrás, me dí cuenta que era el mismo hombre que estaba en todas mis fotos.

Aquellos gritos seguían sonando, de manera estruendosa, dejándome prácticamente aturdida.

Sentí un dolor en la sien de mi cabeza, así que por ello decidí tomar un leve suspiro.

Traté de no moverme mucho, para que ese tipo no notara que yo estaba despierta, por lo cuál miré de reojo, y pude notar de dónde provenían esos gritos desgarradores.

Los gritos venían de una mujer, qué estaba colgada de pies y manos, pero el gancho que me tomaba a mí de los pies, ella lo tenía atravesado por debajo de la barbilla.

Esta estaba al frente de él, y pude apreciar cómo el tipo con un chasquido de dedos hacía que ella gritara de manera horrenda, cómo sí la estuviese torturando sin necesidad de hacerle daño físico.

De un último chasquido de dedos, el estampó su puño en una mesa de metal, y automáticamente la mujer se partió a la mitad, dejando caer todos sus intestinos al suelo, cómo por ejemplo, su hígado, páncreas, intestino grueso y delgado, etcétera.

Toda su parte de abajo cayó al suelo, y la otra quedó arriba, colgada de aquél gancho que la atravesaba.

No pude evitar hacer que lágrimas descontroladas salieran de mis ojos. Traté de eliminar esas escenas de mi cabeza, pero mis intentos fueron en vano.

El tipo se movió de su lugar, y tomó la parte de arriba de la chica, y la tiró en el lugar separado de la otra pequeña habitación que me dividía o separaba de él, exactamente en dónde estaba yo.

Miré de reojo y pude observar cómo este hombre se iba dirigiendo hacía dónde yo me encontraba.

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